EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Lucas 7,11-17.
En seguida, Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus
discípulos y de una gran multitud.
Justamente cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo
único de una mujer viuda, y mucha gente del lugar la acompañaba.
Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: "No llores".
Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron y Jesús dijo:
"Joven, yo te lo ordeno, levántate".
El muerto se incorporó y empezó a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre.
Todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo: "Un gran
profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo".
El rumor de lo que Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda
la región vecina.
Comentario del Evangelio por :
San Ambrosio (c 340-397), obispo de Milán y maestro de San Agustín,
doctor de la Iglesia
Tratado sobre el Evangelio de san Lucas, 5, 89, 91-92
“Joven, yo te lo ordeno, levántate”
Lo mismo que los síntomas de la muerte quitan toda esperanza de vida, lo
mismo que los cuerpos de los difuntos mueren después en la tumba, sin embargo,
a la voz de Dios, los cadáveres listos a su descomposición se levantarán,
reconociendo la palabra; el hijo es devuelto a su madre, ha vuelto de la tumba, ha
sido arrancado. ¿Qué tumba le retiene? Tus malas costumbres, tu falta de fe. Es de
la tumba que Cristo te ha liberado, de esa tumba tú resucitarás, si escuchas la
Palabra de Dios. Lo mismo si tu pecado es grave y no puedes limpiarlo por las
lágrimas de tu arrepentimiento, la Iglesia, tu madre, llorará por ti, ella que
interviene por cada uno de sus hijos como una madre viuda por su único hijo. Pues
ella comprende por una clase de sufrimiento espiritual lo que es natural, cuando
ella ve que sus hijos son arrastrados hacia la muerte por sus vicios funestos...
Qué llora por tanto, esta piadosa madre: que una multitud la acompaña, no
solamente una multitud, sino una multitud considerable compadece a esta tierna
madre. Entonces tú resucitarás en tu tumba, tú serás liberado; tus portadores se
detendrán, y podrás decir palabras de vivos, todos quedarán estupefactos. El
ejemplo de uno solo corregirá a muchos y ellos alabaran a Dios de haber tenido
tales remedios para evitar la muerte.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”