XXV Semana del Tiempo Ordinario (Año Impar)
Miércoles
Lecturas bíblicas
a.- Esd.9, 5-9: Dios no nos abandonó en nuestra esclavitud.
b.- Lc. 9, 1-6: Los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar a los
enfermos.
Este evangelio nos narra el primero de los envíos que encontramos en Lucas (vv. 1-
3) y los consejos para ir a la misión (vv.4-6). Este primer envío es protagonizado
por los Doce, el otro por los Setenta y dos discípulos, con los cual se refleja que la
evangelización de judíos y paganos, que no sólo los Doce tenían esa misión
(cfr.Lc.10,1-16). Lo primero que encontramos es el traspaso de autoridad, luego de
ser testigos de un buen número de prodigios realizados por Jesús, los Doce son
enviados en misión: serán pescadores de hombres. Proclamarán el reino de Dios
con poder, sobre demonios, enfermedades, es decir, realizar ahora lo que hasta ese
momento sólo había realizado Jesús. Se trata de sanar, curar al hombre por medio
de la palabra de Dios, lo que provoca la conversión. En un segundo momento,
encontramos los consejos para la misión que consisten básicamente en vivir de la
Providencia divina y la generosidad de los que escuchan la palabra de Dios, con lo
cual se quiere resaltar el carácter profético y escatológico de la misión. La
hospitalidad la conseguirán, lo mismo, que la comida, de la gente de buena
voluntad que acoge el mensaje y al mensajero (cfr. Lc. 10,7). Deben permanecer
en la misma casa, mientras dure la misión, para evitar el deseo de buscar mayor
comodidad, nada les faltará (cfr. Lc.22, 35). Finalmente, Jesús les advierte, que así
como el evangelio y el mensajero, es decir, ÉL, fueron rechazados, también ellos
conocerán el rechazo por eso los instruye: a la salida del pueblo deben sacudir el
polvo, testimonio claro, del rechazo que han padecido. Gesto que hacían los judíos
cuando salían de un pueblo de paganos, unido al tema de la impureza y signo de la
absoluta separación con las demás naciones de parte de los judíos. El rechazo del
mensaje, es rechazo a Dios, un Dios que no han aceptado en sus vidas, lo que
encierra juicio en contra de ellos mismos por su cerrazón. La palabra era predicada,
termina el texto, era anunciada por aldeas y ciudades, es decir, tiene un sentido
universal. El envío inicial corresponde renovarlo continuamente, por una razón muy
simple, el hombre de hoy también necesita ser sanado de muchos males, para eso
es la misión de predicar el evangelio en todo tiempo y lugar. Tarea hoy de la Iglesia
que con el ejemplo y la palabra construye el reino de Dios.
Teresa de Jesús, buscó buenos confesores, predicadores y teólogos que la
ayudasen a vivir su vida cristiana y religiosa, pero se comprometía no sólo a orar
por ellos sino que procuraba esforzase de ser tal, buenas contemplativas, en la
Iglesia para ayudarles en su misi￳n. “Mas ¿para qué he dicho esto? Para que
entendáis, hermanas mías, que lo que hemos de pedir a Dios es que en este
castillito que hay de buenos cristianos no se nos vaya ya ninguno con los
contrarios, y a los capitanes de este castillo o ciudad los haga muy aventajados en
el camino del Señor, que son los predicadores y teólogos; y pues los más están en
las Religiones, que vayan muy adelante en su perfección y llamamiento, que es
muy necesario; … Y pues para lo uno ni lo otro no valemos nada para ayudar a
nuestro Rey, procuremos ser tales que valgan nuestras oraciones para ayudar a
estos siervos de Dios, que con tanto trabajo se han fortalecido con letras y buena
vida y trabajado para ayudar ahora al Se￱or.” (CV 3,2).