XXV Semana del Tiempo Ordinario (Año Impar)
Viernes
Lecturas bíblicas
a.- Ag.1, 15-2,9: Llenaré de gloria este templo.
b.- Lc. 9, 18-22: Profesión de fe de Pedro y primer anuncio de la Pasión.
En este evangelio encontramos dos momentos: la profesión de fe de Pedro (vv.18-
21) y primer anuncio de la Pasión (vv.21-22). Vemos a Jesús en un círculo más
íntimo, sólo con sus discípulos, en un clima de oración e inicio de la misión
apostólica. Su oración la interrumpe para hacer varias preguntas a los discípulos;
Lucas destaca estos momentos de intimidad de Jesús con el Padre (cfr. Lc.6, 12;
22, 32s). Por una parte, encontramos la opinión de los hombres, lo que dicen de
Jesús, lo identifican con un antiguo profeta o uno de los profetas que preparan el
tiempo final, en cambio, Pedro en nombre de todos los apóstoles, confiesa a Jesús,
como el Cristo, el Ungido (cfr. Is.61,1-2). Le sigue la revelación de Jesús, como el
Hijo del Hombre, que padece, muere y resucita. En la respuesta de Pedro hay un
trasfondo que corresponde a las expectativas mesiánicas de Israel: le reconocen
como Mesías. En las palabras de Pedro eres: “El Cristo de Dios” (v. 20), si bien
representa un triunfo de Jesús, queda abierto su misterio para descubrirlo, ya que
no abarca toda su realidad el reconocerle como Hijo del Hombre. Acepta esa
definición, pero para evitar confusiones de carácter político, añade el tema de la
pasión, muerte y resurrección. Les manda callar ya que sabemos por Marcos, que
Pedro será precisamente el que se oponga a la pasión de su Maestro (cfr. Mc. 8,
32), con lo que manifiesta su idea del mesianismo que quería para Jesús; Lucas,
elimina la reacción de Pedro, ya que cuando escribe, Pedro ya es cabeza de la
Iglesia de Jesús. El silencio que impone a sus discípulos se puede entender, como el
tiempo prudente para manifestar su idea de mesianismo que va a vivir, ya que
precisamente una vez vivido su misterio pascual, el lema será no callar nada, sino
proclamar la buena noticia a todo el mundo. También se puede pensar en que
necesitaba tiempo, para que las autoridades judías no se sorprendieran de sus
pretensiones mesiánicas y así instruir a sus discípulos. En segundo momento
encontramos el primer anuncio de la pasión, es el mejor complemento a la
declaración de Pedro, al Cristo de Dios hay que unirlo al Mesías que sufre, Hijo del
Hombre, y el Siervo de Isaías, van unidos según Lucas (cfr. Is. 52, 13; 53,3-
4.8.11.12). La mención de los enemigos de Jesús: ancianos, sumos sacerdotes y
escribas (v.22), es para dar a conocer a los que tuvieron que ver con su muerte.
Desenlace trágico, muere el Inocente por excelencia, por los culpables, un
asesinato, ya que el Juicio celebrado por el Sanedrín, no fue tal, pero Dios
preparaba la Resurrección de su Hijo, auténtico triunfo de su amor salvador.
La Santa Madre Teresa de Jesús como esposa del crucificado contempla en la
Pasión el precio de su rescate, pero sobre todo el amor que tuvo Jesucristo para
padecerlo todo por cada pecador. “Hay muchas almas que aprovechan más en otras
meditaciones que en la de la Sagrada Pasión…La Pasión y vida de Cristo, es de
donde nos ha venido y viene todo bien” (CV 10,13).