Comentario al evangelio del Martes 24 de Septiembre del 2013
Estaba Jesús hablando cuando se presentó alguien con la noticia de que si familia estaba afuera
esperándole, porque el gentío era tan grande que no podían llegar hasta él. Jesús, no sólo no sale sino
que responde: "Mi madre y mis hermanosson los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen".
La frase de Jesús reafirma su pensamiento sobre la Palabra: que hay que escucharla, asumirla,
irradiarla y hacerla vida.
Podría parecer que la frase de Jesús es un desprecio hacia su familia, pero por duro que parezca, para
Jesús, ante el Reino, todo pasaba a un segundo plano: no estaba dispuesto a que nadie le domesticara,
ni los jefes religiosos ni su propia familia.
La verdadera familia de Jesús no estaba constituida por los lazos de la sangre, sino por la obediencia a
la Palabra de Dios. Nos hacemos hermanos de Jesús y miembros de su nueva familia por el
compromiso que asumimos como su proyecto, es decir si nos comprometemos en la construcción del
Reino de Dios con una actitud profética que proclame a los cuatro vientos la novedad radical que Jesús
nos trae, Palabra Encarnada, Palabra entregada para dar vida al mundo.
C.R.