Comentario al evangelio del Miércoles 25 de Septiembre del 2013
Queridos hermanos:
Hace tiempo conocí una pequeña comunidad de laicos que intentaban vivir de la “providencia”. A mi
me parecieron poetas incurables… ¿quién en nuestro mundo se atreve a una osadía mayor, desafiando
las leyes de la mercadotecnia? Pero hay personas que lo hacen, seducidas por Jesús se lanzan al camino
de la vida fiados únicamente de esta palabra que hemos escuchado en el Evangelio de hoy,
manifestando así su libertad y su confianza en Dios Padre Providente. Son testimonio de que el
Evangelio no es una utopía, sino que se puede vivir, y que para ello sólo hace falta una cosa: “fiarse de
Dios”.
Nos cuesta tanto fiarnos de Dios, incluso los que hemos hecho votos de pobreza, castidad y obediencia
para manifestar al mundo que sólo Dios basta, nos llenamos de cosas inútiles pensando que ahí está la
eficacia del trabajo por el Reino.
Necesitamos poetas que nos recuerden lo absurdo de nuestras inseguridades, necesitamos poetas que
nos digan que con Dios a nuestro lado ya lo tenemos todo, necesitamos poetas que nos recuerden esa
libertad primigenia de quien se desprende de todo para llenarse de Dios.
C.R.