II Domingo después de Navidad. Ciclo A
Padre Dr. Juan Pablo Esquivel
S
+ Texto: El "Prólogo" del Evangelio de San Juan, una página muy
particular del Evangelio: no es Jesús el que habla, ni se relata algún hecho de su
vida, de modo semejante al resto de Evangelio. El Evangelista, en lenguaje poético,
nos habla de los orígenes de Jesús y de su venida hacia nosotros.
Es un Himno , en el que con profunda admiración y alegría, se nos dice que
éste recién nacido no es otro que el Hijo de Dios hecho hombre, el Verbo, la
Palabra misma de Dios que ha existido desde siempre, y que es el mismo Dios.
+ ¿Porqué este himno se refiere Cristo diciendo que Él es el “Verbo”
de Dios?
"En el principio estaba el Verbo..." ---> nos recuerda las palabras con las
que empieza la Biblia, en el libro del Génesis: allí se nos enseña que Dios hizo todas
las cosas por su Palabra : Dios dijo , y las cosas fueron hechas . Dios tiene una
Palabra omnipotente . Una Palabra que expresa dinamismo, fuerza, que cumple
inexorablemente lo que dice, una Palabra llena de vida... No es cualquier Palabra,
sino un verbo , El Verbo ... Por eso, para expresar la relación entre Dios padre y
Dios Hijo, se lo llama a Cristo "Verbo de Dios" : las palabras, los “verbos” que
salen del corazón de una persona expresan su intimidad, revelan su corazón... En
este caso, EL VERBO del Padre manifiesta al Padre.
Y en este Verbo omnipotente, en el Hijo Eterno del Padre, se encuentra la LUZ y la
VIDA : la creación que Dios obra por su Verbo es un despliegue de luz y vida,
que vencen a la oscuridad y la muerte.
+ Así, pues, todo el mundo ha surgido a la existencia por la fuerza del
Verbo de Dios. Por eso toda la creación "nos habla" de Dios : porque nos remite
a su Poder . Y por eso contemplando todo lo que existe, podemos "escuchar a
Dios" , que silenciosa pero maravillosamente nos habla por sus criaturas: el cielo
estrellado; el amanecer y el atardecer; la majestuosidad del mar inmenso; la
belleza de un paisaje nos hablan de que hay "Alguien" detrás, sin ninguna duda.
Pero ante esta presencia, los hombres reaccionan de diversas maneras:
v Algunos, admirados de estas obras, las adoran como a dioses (Sol, Luna,
estrellas)...
v Otros andan tan tristes y abatidos que ni siquiera levantar la cabeza para
verlas. Si contemplasen la grandeza de la creación sólo por momento,
descubrirían que Dios les está hablando...
"el Verbo estaba en el mundo, pero el mundo no lo conoció"...
Pero Dios no renuncia a dialogar y compartir con nosotros, y nos habla de
un modo aún más claro:
(IIª lectura: Heb.) "En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios
antiguamente a nuestros padres por los profetas. Ahora, en esta etapa final, nos ha
hablado por su Hijo".
Dios se eligió un pueblo: Israel
Le envió mensajeros de parte suya: patriarcas, profetas, Moisés.
Les dio a conocer su Palabra : que al venir el mundo venía a “su casa”.
"Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron" : Israel no supo
reconocer al Salvador...
+ Pero Dios no renuncia. No se rinde.
Nos hablará tan claramente que nos dejará sin argumentos.
Ya que no queremos escuchar su voz en la Creación, ni en los profetas, Dios
enviará a Su Verbo, Su Palabra Personal y definitiva, para que nos hable de un
modo aún más claro: el Verbo se hace hombre como todos nosotros.
Se hace “ carne , concepto que en la Biblia indica toda la debilidad
inherente a la condición humana, incluido el dolor y la muerte.
Sin dejar de ser lo que era, comenzó a ser lo que no era . Jesucristo,
nacido en Belén y recostado en un pesebre, es el Verbo todopoderoso de Dios ,
Verbo que creó el mundo, que existió desde siempre, que es Dios ; Verbo que de
tantas maneras ha querido hablar con los hombres, que se han negado el diálogo.
Después de esto, Dios Padre ya no hablará más: en el Verbo hecho carne
nos ha dicho todo, nos ha contado todo, nos ha dado todo: "ya no los llamo
servidores... los llamo amigos... todo se los he dado a conocer" (Jn. 15,15).
Llegará el momento en que los hombres tomaremos a éste que hoy es un
recién nacido, por nosotros y por nuestra Salvación, y lo clavaremos en una Cruz.
Allí comprendemos hasta donde llega el Amor de Dios: "tanto amó Dios al
mundo..." (Jn. 3, 16).
+ Al hacerse hombre débil como nosotros, el Verbo no dejó de ser lo que
era: el mismísimo Dios, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Viene a
buscarnos para elevarnos: el Hijo Dios se hizo hombre para que el hombre
comience a ser hijo de Dios. Al hacerse Él de nuestra raza, todos comenzamos a
ser familiares de Dios.
+ Así, pues, el Verbo de Dios nos habla nuevamente, clarísimamente, en
nuestra lengua.
Todos estamos invitados a acercarnos al pesebre, para ver al recién nacido.
Su presencia tiene que hacernos reflexionar.
En este Niño, Dios nos está diciendo que nos ama... y hasta dónde .
Nos está pidiendo que salgamos de nuestro egoísmo y nuestra indiferencia,
que nos abramos a Él y a los demás hombres.
Nos invita a todos a ser la familia de los hijos de Dios.
+ Dios podría haberlo "tenido todo"... y prefirió venir sin nada: a todos los
que viven metidos en "su mundo", "sus cosas" y no salen de allí, el Niño recién
nacido los invita a levantar la mirada para descubrir a Dios y a sus hermanos. Al
presentarse tan frágil entre nosotros Dios nos quiere "pegar un sacudón": Él está
entre nosotros, somos sus familiares : aprendamos a descubrirlo.
Descubramos su Salvación que es para todos, en este día en que "los
confines de la tierra contemplan la victoria de nuestro Dios" (Isaías, Iª
lectura).
Amén.