VI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A.
Padre Dr. Juan Pablo Esquivel
S
L IBRES PARA AMAR
(Sexto Domingo“A”)
Dios nuestro Padre creó al hombre como un ser libre (es decir, con capacidad
de obrar el bien inteligentemente, buscando los mediosmás apropiados), a
diferencia de los animales, que obran por instintos rígidos, predeterminados
einvariables.
Es evidente que, al hacer las cosas de este modo, Dios se jugó por
elhombre : podría haber creado autómatas que lo alaben“automáticamente”, como
perfectos sirvientes; pero prefirió crear hombres ymujeres libres, que lo amen
libremente, que respondan “responsablemente” en ese diálogo (y el diálogo siempre
compromete a los que se animan al mismo; eldiálogo - como la amistad - une a
lossemejantes, o hace semejantes a los que une...); diálogo que no es sino
una invitación divina al amor y a la comunióncon el Señor....
Desde el comienzo mismo, las cosas fueron así : ellibro del Génesis nos
muestra que “Dios se paseabapor el paraíso” es decir, busca al hombre, lovisita,
quiere entablar con él una alianza de amor. Y esto nos habla de la grandeza del
llamado, de la vocación que el Señorha pensado desde siempre para el
serhumano.
Es precisamente por eso que las elecciones de la persona humanaestán tan
cargadas de responsabilidad, de profundidad, detrascendencia...
¿Qué puede pasar si una persona cruza distraídamente unaavenida?...
¿Y si conduce irresponsablemente unauto?...
¿Y si se pone a improvisar mientras maneja unavión?...
¿Y si tiene procede descuidadamente con los controles de unacentral nuclear
que están delante suyo?...
¿Y sitodos estos adjetivos se refieren al modo de llevare adelante su
única,preciosa, irrepetible e intransferible existencia???
“AnteTi el fuego y el agua...” (Iªlect, señalando la fuerza de nuestra
libertad...)
Es éste el contexto en el que debemos leer y meditar las lecturasde hoy, y
particularmente el Evangelio: El Señor del Universo y de toda suhistoria se fija en
nosotros, nos llamaa algo muy grande, muy importante, y espera de parte
nuestra una respuesta queesté a la altura de lascircunstancias...
El Evangelio que hoy leemos es parte de esas enseñanzasfundamentales de
Jesucristo que llamamos “Serm￳n dela monta￱a” : enseñanzas que
constituyenun “programa” de la nuevacreatura, de la persona humana que tiene a
Dios no sólo en su boca, sino antetodo en su corazón... Es una página ardua y
hermosa; no utopía, sino desafío permanente .
Programa exigente, pero hermoso... a la altura del hombre , que es Dios ,
que nos puso a su altura... ElHijo eterno de Dios no se tomó la molestia de venir a
nosotros para “informarnos” denuestros pecados, sino para transformar nuestros
corazones: “No vine a abolir, sino a dar plenitud...”
No se trata de “No matar” o “No robar”... No basta, no alcanza sólo coneso...
Dios quiere héroes del amor (es lo que se expresa con esas imágenes tan
fuertes: sacarse elojo, cortarse la mano...) Se trata de un corazónnuevo , capaz de
una amor nuevo ( y no “másde los mismo”...). Un amor que refleje el que alimenta
nuestra vida: un amordesmedido, “excesivo”, sobreabundante. Porque no hay
medida para el amor deDios,... ni del cristiano!
Los que dicen no pocas veces con tanta liviandad: “La
Iglesiadeberíaactualizarse...” , cuando en realidad lo que quieren decir (pero
nose animan) es que las enseñanzas morales de Jesucristo resultan
pesadas,obsoletas e inadecuadas, no han comprendido la dinámica del amor,
quecapacita para dar la vida por quien se ama. Y si no lo descubren, su
existenciafracasará trágicamente.
LaIglesia(todosnosotros, no sólo los curas y las monjas!) sigue a Cristo
(Camino, Verdad yVida), en todo, y hasta el fin, como essu Amor por nosotros.
+ A los cristianos nunca se nos prometió lo más fácil, sino LOMEJOR.
En este tiempo, en que tantas veces se escuchan preguntas yrespuestas
acerca de cuál es la “vidarealizada, plena, satisfecha”... Nosotros respondemos sin
titubear: la más llena deDios , de Su Amor, de Su Gracia... lo únicoque
puede satisfacer plenamente el infinito deseo de amar yser amado que
siente el corazónhumano...
Trabajemos con seriedad y alegría por nuestra vocación detransformar al
mundo, transformando nuestro corazón, desde donde se irradie elDios - Amor para
todo el mundo...!
Amén