EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Lucas 9,7-9.
El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que pasaba, y estaba muy desconcertado
porque algunos decían: "Es Juan, que ha resucitado".
Otros decían: "Es Elías, que se ha aparecido", y otros: "Es uno de los antiguos
profetas que ha resucitado".
Pero Herodes decía: "A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es este del que
oigo decir semejantes cosas?". Y trataba de verlo.
Comentario del Evangelio por:
Catecismo de la Iglesia Católica
§ 31-35 - Copyright © Libreria Editrice Vaticana
Herodes Antipas trata de ver a Jesús
Las vías de acceso al conocimiento de Dios: Creado a imagen de Dios, llamado a
conocer y amar a Dios, el hombre que busca a Dios descubre ciertas "vías" para
acceder al conocimiento de Dios. Se las llama también "pruebas de la existencia de
Dios", no en el sentido de las pruebas propias de las ciencias naturales, sino en el
sentido de "argumentos convergentes y convincentes" que permiten llegar a
verdaderas certezas. Estas "vías" para acercarse a Dios tienen como punto de
partida la creación: el mundo material y la persona humana. El mundo: A partir del
movimiento y del devenir, de la contingencia, del orden y de la belleza del mundo
se puede conocer a Dios como origen y fin del universo. San Pablo afirma
refiriéndose a los paganos: "Lo que de Dios se puede conocer, está en ellos
manifiesto: Dios se lo manifestó. Porque lo invisible de Dios, desde la creación del
mundo se deja ver a la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su
divinidad" (Rm 1,19-20; cf. Hch 14,15.17; 17,27-28; Sb 13,1-9)… El hombre: Con
su apertura a la verdad y a la belleza, con su sentido del bien moral, con su libertad
y la voz de su conciencia, con su aspiración al infinito y a la dicha, el hombre se
interroga sobre la existencia de Dios. En todo esto se perciben signos de su alma
espiritual...; su alma, no puede tener origen más que en Dios. El mundo y el
hombre atestiguan que no tienen en ellos mismos ni su primer principio ni su fin
último, sino que participan de Aquel que es el Ser en sí, sin origen y sin fin. Así, por
estas diversas "vías", el hombre puede acceder al conocimiento de la existencia de
una realidad que es la causa primera y el fin último de todo, "y que todos llaman
Dios" (San Tomás de Aquino). Las facultades del hombre lo hacen capaz de
conocer la existencia de un Dios personal. Pero para que el hombre pueda entrar en
la intimidad de Él ha querido revelarse al hombre y darle la gracia de poder acoger
en la fe esa revelación. Sin embargo, las pruebas de la existencia de Dios pueden
disponer a la fe y ayudar a ver que la fe no se opone a la razón humana.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”