XXVI Semana del Tiempo Ordinario (Año Impar)
Padre Julio Gonzalez Carretti O.C.D
Lunes
Lecturas bíblicas
a.- Zac. 8,1-8: Yo libertaré a mi pueblo del país de Oriente y de Occidente.
b.- Lc. 9, 46-50: El más pequeño de vosotros, es el más importante.
En este texto, encontramos dos temas: la disputa de los apóstoles, por saber quién
es el mayor entre ellos (vv.46-48) y el empleo del Nombre de Jesús para expulsar
un demonio (vv.49-50). Después del segundo anuncio de la pasión, sin comprender
las palabras de Jesús, los discípulos por su cuenta tienen su propia discusión:
¿quién es el mayor a la llegada del reino de Dios? Al anuncio del dolor que se
aproxima para el Maestro, se contrasta con el anhelo de poder de parte de los
discípulos, buscan la grandeza para ellos, no entienden la cruz. Jesús que conoce
sus pensamientos, toma un niño, nos dice Lucas, que hay que imitar al niño o
hacerse como un niño, acogerlo como si se acogiera a Jesús. Acogerlo a ÉL,
significa acoger al que lo envió, es decir, a Dios Padre y su reino, lo que se extiende
también a los más pequeños de la sociedad, lo menos considerados, en definitiva,
abiertos a todos, porque a los grandes nadie los excluye. Poco entendieron esta vez
los apóstoles, puesto que se opondrán más tarde a que los niños se acerquen a
Jesús, y nuevamente discutirán sobre mayorazgos entre ellos (cfr. Lc. 18, 15; 22,
24-37). El segundo momento, tiene que ver con los intentos fallidos de los
apóstoles por impedir hacer un exorcismo a un hombre que usaba el Nombre de
Jesús para ello, y la reacción de Jesús. Es Juan apóstol, quien le cuenta que han
tratado de detener a uno que exorcizaba en su Nombre, y le da la razón, porque no
pertenece al número de los Doce. Se puede ver el intento de los discípulos de no
perder protagonismo, pues ellos, estaban encargados de eso. La respuesta de Jesús
es breve y concisa: no impedírselo. Su poder es amplio y no queda circunscrito al
grupo de los Doce y a￱ade: “El que no está contra vosotros, está a favor vuestro”
(v. 50), es decir, faculta de alguna manera a todas las personas a que invoquen su
santo Nombre para hacer el bien, aunque no pertenezca ordinariamente, al grupo
de los Doce o a la comunidad eclesial. Todos los hombres y mujeres de buena
voluntad, pueden ayudar a extender el reino de Dios (cfr.Flp.1,18); se trata de lo
que algunos denominan cristianos anónimos, que sin pertenecer a la Iglesia, son
simpatizantes de la causa de Jesús.
Teresa de Jesús, nos enseña a servir desde lo interior del ser humano, con limpio
coraz￳n, humildad y amor entra￱able a Dios y al pr￳jimo, “la caridad crece con ser
comunicada” (V 7, 12), decía ella. Afirma también: “Quien con más…limpieza de
conciencia sirviere a nuestro Se￱or, esa será la más santa” (6M 8,10).