HOMILIA DEL XXV DOMINGO ORDINARIO.- CICLO A-2.014
“PARÁBOLA DE LOS TRABAJADORES DE LA VIÑA”
1.- INTRODUCCIÓN
San Mateo introdujo esta parábola poco antes de la semana de Pasión, cuando ya
se había rechazado definitivamente a Jesús.
2.- LOS ESCRIBAS Y FARISEOS
Ellos habían añadido a los mandamientos de la Ley de Dios, más de 600 preceptos
de obligado cumplimiento.
De esto deducían dos enseñanzas erróneas :
1ª - Los que no conocían las leyes, no las cumplían, y por tanto eran pecadores,
indignos de entrar en el Reino.
2ª - La grandeza del premio en la vida futura depende del número de obras
realizadas en cumplimiento de las leyes que ellos habían creado, y por ello
el que más pronto había comenzado más obras habrá hecho y tendrá más
premio.
3.- JESÚS CRITICA ESTAS DOS ENSEÑANZAS
1º - Dios llama a todos los hombres a trabajar en su viña que es entrar en el
Reino. Incluso a los gentiles, para formar el nuevo Israel.
2º - El fruto de haber trabajado en el Reino de Dios
a) no es un salario merecido que corresponde a unas horas de trabajo
b) ni un premio exterior a uno mismo por las obras de la ley realizadas.
4.- EN CONTRASTE CON LA DOCTRINA FARISAICA JESÚS NOS ENSEÑÓ SU
HERMOSA DOCTRINA SOBRE EL MÉRITO Y LA RECOMPENSA
LA RECOMPENSA NO HAY QUE ENTENDERLA COMO ALGO EXTERNO A
NOSOTROS .
La recompensa es la vida eterna, pero nadie puede poseer la vida eterna, sino
renace de nuevo por el Espíritu Santo por la gracia (recibida en el Bautismo),
que consiste en participar del amor infinito de Dios Padre que nos otorga en Cristo
por su Espíritu en el fondo de nuestro ser. No es pues algo exterior sino más íntimo
que lo íntimo mío. Y esto es un don gratuito de Dios.
La gracia es ya la vida eterna en nosotros aunque bajo el velo del espacio-tiempo;
la gloria es la consumación de la gracia en la otra vida fuera de la limitación
espacio-temporal.
La comunicación del amor de Dios puede aumentar no en el sentido que Dios
incremente su amor sino que mediante el Espíritu vivificante en el hombre,
Dios hace que el alma se vaya desasiendo y vaciando de todo apego a los
objetos de los sentidos y a los bienes espirituales , y purificando la imperfección
de sus potencias con el aumento de la fe, esperanza y caridad, y el hombre así se
vuelve más apto para ser llenado más plenamente del amor de Dios.
A mayor grado de amor corresponde la recompensa de mayor grado de gloria
EL MÉRITO NO HAY QUE ENTENDERLO SEGÚN HACÍAN LOS FARISEOS
COMO UNA ADQUISICIÓN DE DERECHOS POR LA OBSERVANCIA EXTERNA
DE LA LEY.
El mérito consiste en hacerse más apto, más capaz de ser llenado cada vez del
amor de Dios, cooperando con la gracia en hacer rendir los dones y las gracias
recibidos y en el desasimiento de todo apego egoísta a las criaturas.
Dada la transcendencia infinita de Dios el hombre por sí solo no puede adquirir un
derecho en sentido estricto al amor de Dios; éste es un don totalmente gratuito de
Él. No es, pues, el hombre quien hace méritos, es Dios quien con su gracia y dones
hace obrar al hombre meritoriamente.
Los méritos son dones de Dios y Dios hace que lo que son dones suyos sean
méritos nuestros .
5.- APLIQUEMOS ESTE EVANGELIO A NUESTRA VIDA
1) Fijémonos una vez más en que el mensaje y la doctrina de Cristo son superiores
a todo lo demás.
Son algo singular, único; no se lo podía imaginar el hombre. Es algo divino, por
eso San Pedro, cuando Jesús les preguntó si también ellos querían apartarse de
Cristo, contestó:
A quién iremos, Señor. Tú sólo tienes palabras de vida eterna
2) A unos los llama en su niñez , a otros en su adolescencia , a otros en su vejez.
Esto es lo que significa la llamada a las distintas horas del día.
La llamada tardía depende de ordinario de que otros hombres no han cumplido
con su deber de apostolado ; esto es lo que significa la frase Nadie nos ha
contratado
Esta es un reproche de los fariseos y los esenios que no se preocupaban de
los pecadores.
Todos los cristianos estamos invitados por Cristo a ser cooperadores con él en
llamar a otras personas a trabajar en su Reino, porque la mies es mucha y los
operarios pocos.
Debemos pensar en las consoladoras palabras de Cristo :
Aquel que cumpla esto y se lo enseñe así a los hombres será grande en
el Reino de los Cielos
Estas palabras producen un especial consuelo en los sacerdotes y diáconos
que son ungidos por Dios para predicar el evangelio.
3) ¿Cuándo llama Dios a cada hombre? ¿por qué caminos le guía hacia él?; ¿con
que pruebas le abre su corazón para que perciba su llamada?; ¿cómo le
fortalece para que le pueda seguir?
Para estas cuestiones no hay ninguna respuesta que proceda de la justicia.
No por eso se da ninguna arbitrariedad; hay aquí el orden del amor en que
consiste su providencia, según el cual Dios establece el destino de cada
hombre.
4) “ TU SERÁS DEFINIDO ETERNAMENTE POR TU RESPONSABILIDAD ANTE
LOS DEMÁS Y ANTE LA HISTORIA ” (VAT. II)
En la tarde de la vida te examinarán en el amor. A veces, personas que se han
convertido siendo muy mayores aventajan en santidad a quienes se han
convertido en su juventud, porque (en breve tiempo cumplieron muchos
tiempos); en breve tiempo llegaron a un alto grado de amor.
La recompensa será dada no según el tiempo o la edad en que se han
convertido sino según el grado espiritual al que han llegado y esto se mide por
el grado de amor a Dios y a los hermanos.
De lo cual se deduce :
a) Que no deben quejarse los que hayan sido llamados los primeros sino, al
contrario, deben alegrase con Dios por:
a.1 La conversión de los pecadores
a.2 Porque Dios les haya dado más oportunidades de mostrar su amor a
Dios y al prójimo.
b) Tampoco deben quejarse los que han sido llamados más tarde porque con la
gracia pueden llegar a un más alto grado de amor.
Deben pensar como San Agustín: “Que tarde te amé ¡Dios mío! Que tarde”
y lanzarse a recuperar el tiempo perdido con actos de un más intenso amor.
6.- ORACIÓN FINAL
Recogiendo los sentimientos que ha suscitado en nosotros la consideración de este
evangelio oremos diciendo:
Gracias Dios mío, por tu infinita bondad te has dignado llamarme a participar de tu
vida trinitaria de amor. Que con mi ejemplo y mis palabras coopere con el Espíritu
Santo en la llamada a la conversión de los pecadores. Y puesto que he respondido a
tu llamada demasiado tarde, haz que me lance desde ahora a la recuperación del
tiempo perdido con actos de más intenso amor a ti y al prójimo.
Padre Manuel Benito Fernández