HOMILIA DEL XXXI DOMINGO ORDINARIO.- CICLO A 2014
“JESUS CRITICA LA OSTENTACIÓN, VANIDAD E HIPOCRESÍA” (Mat 23,1-12)
1.- JESUS CRITICA LA OSTENTACIÓN, VANIDAD E HIPOCRESÍA
- A los escribas que eran los doctores de la Ley
- A los fariseos que era el grupo religiosos más prestigioso.
Jesús les criticó:
1.1 En primer lugar su ostentación :
Todo lo que hacen es para que les vea la gente, alargan las filacterias y
ensanchan las franjas del manto para que las gentes les consideren como
los más religiosos.
1.2 Su vanidad
Les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor
en las sinagogas, que les hagan reverencia por las calles y que la gente les
llame maestro .
1.3 Su hipocresía
Pero sobre todo les criticó su hipocresía, ellos no hacen lo que dicen.
2.- NO HAGAIS LO QUE ELLOS HACEN
Los escribas y fariseos no eran sacerdotes por eso esta frase hay que aplicarla no
solo a los sacerdotes sino a todos los creyentes tanto sacerdotes como no
sacerdotes y así lo indica el comienzo de este evangelio cuando dice: Jesús habló a
la gente y a sus discípulos y por tanto se dirige a todos ellos cuando dice
NO HAGÁIS LO QUE ELLO HACEN
2.1 No hagáis ostentación de vuestros actos buenos y religiosos pues vuestro
Padre ve en lo secreto y ello os basta .
2.2 No tengáis la vanidad de querer tener los primeros puestos sólo para presumir
Sino para servir: el que sea mayor entre vosotros sea vuestro servidor. El que
mayor dignidad y cualidades tenga, mayor es el servicio que debe prestar.
2.3 Pero sobre todo no disociéis vuestra fe de la vida
No haciendo lo que creéis, como los escribas y fariseos que no hacían lo que
decían.
3.- HACED Y CUMPLID TODO CUANTO ELLOS OS DIGAN
Este es el punto más importante de este evangelio, que consta de dos partes:
4.- NO DISOCIAR LA FE DE LA VIDA
4.1 El divorcio entre la fe y la vida
Además de ser una infidelidad a Dios y a los hombres es una falta de sinceridad
(una forma corriente de hipocresía)
4.2 Tiene la funesta consecuencia de ser un antitestimonio, una de las causas del
ateísmo moderno, como explica el CVII (GS 19,3):
“En esta proliferaci￳n actual del ateísmo una parte no peque￱a de
responsabilidad carga sobre los creyentes que por los defectos de su vida
religiosa, moral y social en vez de revelar el rostro auténtico de Dios que es
amor y de la religión que es fraternidad se ha de decir que más bien lo velan
4.3 Oigo con frecuencia decir que muchos se apartan de la Religión por el
antitestimonio de los sacerdotes pero nunca he oído que la causa principal es el
antitestimonio de los cristianos en general. Esta es la verdad.
Si todos los cristianos diéramos muestras de amor al prójimo muchos no se
apartarían de la fe.
4.4 El célebre místico hindú llamado Ghandi dijo que le había entusiasmado la
doctrina de Jesús pero le habían decepcionado los muchos cristianos que no la
aplicaban a su vida.
5.- EL SEGUNDO TEMA ES EL QUE DEBEMOS APLICAR LA FE A LA VIDA
Como se aplica la fe a la vida
Se aplica de dos maneras: Con obras y palabras.
5.1 Con obras
Haciendo el bien con alegría siempre que podamos con una actitud
servicial y fraternal.
Con nuestro servicio de amor revelamos el rostro (amoroso) de Dios que
es amor y de la auténtica religión que es fraternidad. Y así contribuimos a
la construcción de la civilización del amor.
Con ejemplos tan sencillos como el siguiente: Si una persona enferma
delicada de salud necesita compañía para ir al médico, acompáñala con
alegría.
5.2 Con palabras
Explicando, siempre que se presente ocasión, como la fe ha transformado
nuestra vida, y dando razón de nuestra esperanza.
Haciendo que la fe gobierne nuestros pensamientos y conversaciones y
guíe nuestras acciones.
6.- PORQUÉ NO SE APLICA LA FE A LA VIDA?
5.1 Por temor a que nos impida ser felices
Privándonos de algunos bienes o alegrías de la vida. Pero la fe de lo único que
nos priva es de la esclavitud de nuestros vicios y pecados.
Nos permite gozar de los bienes de este mundo en su verdadera realidad , esto
es, como dones de Dios y de la hermosura de este mundo y sus criaturas como
reflejo de la hermosura de Dios. Como dice San Juan de la Cruz:
Mil gracias derramando pasó por estos sotos con presura y llenándolas mirando,
con solo su figura vestidos; los dejo de su hermosura.
Nos permite también disfrutar de las alegrías de la vida con el sentido con que
Dios nos la ha dado:
Por ejemplo, el placer de la comida para nuestra alimentación; pero todos
rechazamos al glotón que devuelve la comida para poder seguir teniendo el
placer, porque ha separado el placer de la comida, de su fín que es la
alimentación.
5.2 Hay otro motivo por el cual la fe no se aplica a la vida
Es la ignorancia: No se conoce que la vida cristiana nos conduce a la verdadera
felicidad
7.- LA VIDA CRISTIANA NOS CONDUCE A LA FELICIDAD VERDADERA
La vida cristiana consiste en una vida de fe, esperanza y amor de Dios.
Y las tres nos dan verdadera felicidad
La fe viva nos da la felicidad del conocimiento de la verdad revelada en Cristo. De
quién es Dios y quién es el hombre.
Dios es amor y el hombre es un ser creado por Dios por amor y para el amor para
que realizando su vida en el amor, unido a Cristo por su Espíritu y hecho Hijo de
Dios pueda participar de su vida trinitaria de amor. Esta fe en Dios amor que nos
ama como Padre nos inunda de felicidad.
También la esperanza firme nos hace felices : Sin esperanza el hombre no puede
ser feliz, inevitablemente cae en la melancolía pagana, que es una tristeza profunda
propia del que vive sin esperanza. Porque nos hizo Dios para Él e inquieto está
nuestro corazón hasta que descanse en Él.
Finalmente la experiencia de la felicidad coincide en última instancia con la
experiencia del amor. La fe en el amor ilimitado de Dios al hombre significa:
1º) que la sed de amor infinito en el sentido de felicidad será saciado un día,
2º) también que el don de ese amor recibido mediante la fe, capacita ahora para
una vida gratificante y para unas nuevas relaciones humanas felices.
3º) La mística unión de amor con Dios trae una felicidad que es una anticipación
de la beatitud celestial, pues (a vida eterna sabe). San Juan de la Cruz
Padre Manuel Benito Fernández