Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 26, Martes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Vendrán pueblos numerosos a visitar al Señor en
Jerusalén * Dios está con nosotros. * Tomó la decisión de ir a Jerusalén
Textos para este día:
Zacarías 8,20-23:
Así dice el Señor de los ejércitos: "Todavía vendrán pueblos y vecinos de ciudades
populosas; los de una ciudad irán a los de otra y les dirán: "Vamos a aplacar al
Señor." "Yo voy contigo a visitar al Señor de los ejércitos." Así vendrán pueblos
numerosos y naciones poderosas a visitar al Señor de los ejércitos en Jerusalén y a
aplacar al Señor. Así dice el Señor de los ejércitos: En aquellos días, diez hombres
de cada lengua extranjera agarrarán a un judío por la orla del manto y le dirán:
"Vamos con vosotros, pues hemos oído que Dios está con vosotros.""
Salmo 86:
Él la ha cimentado sobre el monte santo; / y el Señor prefiere las puertas de Sión /
a todas las moradas de Jacob. / ¡Qué pregón tan glorioso para ti, / ciudad de Dios!
R.
"Contaré a Egipto y a Babilonia / entre mis fieles; / filisteos, tirios y etíopes / han
nacido allí." Se dirá de Sión: "Uno por uno / todos han nacido de ella; / el Altísimo
en persona la ha fundado." R.
El Señor escribirá en el registro de los pueblos: / "Éste ha nacido allí." / Y cantarán
mientras danzan: / "Todas mis fuentes están en ti." R.
Lucas 9,51-56:
Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión
de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante. De camino, entraron en una
aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se
dirigía a Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron:
"Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?" Él se
volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea.
Homilía
Temas de las lecturas: Vendrán pueblos numerosos a visitar al Señor en
Jerusalén * Dios está con nosotros. * Tomó la decisión de ir a Jerusalén
1. ¿De dónde viene el judaísmo?
1.1 Leyendo con atención la primera lectura, del profeta Zacarías, se nos ocurre
que conviene comentar algunos datos fundamentales sobre esa realidad compleja y
rica que es el judaísmo.
1.2 En efecto, en el libro del Éxodo, cuando se describe la salida del pueblo elegido
y su conformación misma en la alianza del Sinaí, habremos notado que el término
más usado no es "judíos" sino "israelitas". Ciertamente, uno de los hijos de Jacob-
Israel es Judá, de donde viene el término "judío", pero es posible que no sepamos o
no recordemos con certeza qué sucedió para que ya no se hablara más de las
demás once tribus que atravesaron el desierto y llegaron a la tierra prometida.
1.3 La clave está en que, según cuentan los Libros de los Reyes, estas doce tribus
se dividieron en dos grandes reinos, que se llamaron precisamente, de Israel (al
Norte) y de Judá (al Sur). Esto sucedió en el año 931 a.C. Diez tribus quedaron en
reino de Israel y sólo dos, Benjamín y Judá, en el del Sur. El Reino del Norte
terminó deshaciéndose hacia el año 621 a.C. por su tendencia a la idolatría y el
sincretismo (es la explicación teológica que da la Biblia misma) y por una
multiplicación de breves dinastías que tuvieron casi siempre un final violento (es el
dato que ofrecen tanto la Biblia como la historia independiente). Quedó por eso sólo
el reino del Sur. Y como la tribu de Benjamín había quedado reducida a poco, fue la
tribu de Judá la que permaneció como testigo de la alianza sinaítica.
1.4 Pero los judíos tuvieron que sufrir destierro en el 587 a.C. Fueron llevados
cautivos a Babilonia, por Nabucodonosor, que se sació humillando a Jerusalén y
devastando el templo. Como sabemos, fue el acontecimiento más espantoso que
pudiera imaginarse en el contexto de la solemne alianza que Dios había sellado con
su pueblo. Aparentemente esto marcaba el final de todo. Mas quedó un "pequeño
resto", que regresó a Palestina. Sin demasiado entusiasmo, es honesto decirlo,
porque la Biblia misma nos ha mostrado en los pasajes que hemos escuchado estos
días, de los libros de Esdras, Ageo y Zacarías, que después de la pavorosa
humillación de Babilonia, los judíos, que ya eran el único remanente, no estaban
demasiado entusiasmados con la idea de levantar ruinas.
2. La realidad de un retorno difícil
2.1 Sobre la realidad cruda de ese retorno leemos: "El edicto de Ciro—del cual la
Biblia conserva dos versiones (Esd 1,2–4; 6,3–5) —permitió a los deportados
regresar a Palestina y reconstruir el templo de Jerusalén (con la ayuda del imperio
persa). Además, permitió la devolución de los utensilios sagrados que habían sido
llevados a Babilonia por Nabucodonosor.
2.2 "Al finalizar el exilio, el retorno a Palestina fue paulatino. Muchos judíos
prefirieron quedarse en la diáspora, particularmente en Persia, donde prosperaron
económicamente y, con el tiempo, desempeñaron funciones de importancia en el
imperio. El primer grupo de repatriados llegó a Judá, dirigido por Sesbasar (Esd
1,5–11), quien era funcionario de las autoridades persas. Posteriormente se
reedificó el templo (520–515 a.C.) bajo el liderazgo de Zorobabel y el sumo
sacerdote Josué (Esd 3–6), con la ayuda de los profetas Ageo y Zacarías.
2.3 "Con el paso del tiempo se deterioró la situación política, social y religiosa de
Judá. Algunos factores que contribuyeron en el proceso fueron los siguientes:
dificultades económicas en la región; divisiones en la comunidad; y,
particularmente, la hostilidad de los samaritanos" (Sociedades Bíblicas Unidas,
1997).
3. La vocación del judaísmo
3.1 A la vista de esta historia, que hemos comprimido a grandes trechos, uno
siente que detrás de estos azares debe haber algo profundo. ¿Para qué hizo Dios
esta obra única, rescatando y a la vez educando, protegiendo y a la vez
reprendiendo a los judíos? El profeta Zacarías nos ofrece pistas en la lectura de
hoy.
3.2 El judío, a pesar de su pobreza, lleva una riqueza inmensa la mundo; a pesar
de su humillación, dignifica; a pesar de se rudeza, enseña; a pesar de su
impotencia, es una señal del señorío intransferible del Dios de cielos y tierra.
3.3 Mas no es su riqueza ni su ciencia, no es su poder ni su concepto de sí lo que
será bendición para el mundo. Es el judío en cuanto se ha convertido en un
embajador de la humanidad que sufre destierro, hambre, humillación y desprecio.
La vocación propia del judaísmo es la de revelar la verdad del hombre por la obra
triste del pecado, y a la vez, la verdad de Dios, por la obra gozosa y gratuita de su
amor siempre fiel.
3.4 ¿Y en dónde vemos esa vocación realizada? En un judío, el más representativo
de su raza, el más bello de los hombres, en cuyos labios se derrama la gracia:
Jesucristo.