Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 26, Viernes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Pecamos contra el Señor no haciéndole caso * Líbranos,
Señor, por el honor de tu nombre. * Quien me rechaza a mí rechaza al que me ha
enviado
Textos para este día:
Baruc 1,15-22:
Confesemos que el Señor, nuestro Dios, es justo, y a nosotros nos abruma hoy la
vergüenza: a los judíos y vecinos de Jerusalén, a nuestros reyes y gobernantes, a
nuestros sacerdotes y profetas y a nuestros padres; porque pecamos contra el
Señor no haciéndole caso, desobedecimos al Señor, nuestro Dios, no siguiendo los
mandatos que el Señor nos había dado. Desde el día en que el Señor sacó a
nuestros padres de Egipto hasta hoy, no hemos hecho caso al Señor, nuestro Dios,
hemos rehusado obedecerle. Por eso, nos persiguen ahora las desgracias y la
maldición con que el Señor conminó a Moisés, su siervo, cuando sacó a nuestros
padres de Egipto para darnos una tierra que mana leche y miel. No obedecimos al
Señor, nuestro Dios, que nos hablaba por medio de sus enviados, los profetas;
todos seguimos nuestros malos deseos, sirviendo a dioses ajenos y haciendo lo que
el Señor, nuestro, Dios reprueba .
Salmo 78:
Dios mío, los gentiles han entrado en tu heredad, / han profanado tu santo templo,
/ han reducido Jerusalén a ruinas. / Echaron los cadáveres de tus siervos / en pasto
a las aves del cielo, / y la carne de tus fieles / a las fieras de la tierra. R.
Derramaron su sangre como agua / en torno a Jerusalén, / y nadie la enterraba. /
Fuimos el escarnio de nuestros vecinos, / la irrisión y la burla de los que nos
rodean. / ¿Hasta cuándo, Señor? / ¿Vas a estar siempre enojado? / ¿Arderá como
fuego tu cólera? R.
No recuerdes contra nosotros / las culpas de nuestros padres; / que tu compasión
nos alcance pronto, / pues estamos agotados. R.
Socórrenos, Dios, Salvador nuestro, / por el honor de tu nombre; / líbranos y
perdona nuestros pecados / a causa de tu nombre. R.
Lucas 10,13-16:
En aquel tiempo, dijo Jesús: "¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en
Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían
convertido, vestidas de sayal y sentadas en la ceniza. Por eso el juicio les será más
llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el
cielo? Bajarás al infierno. Quien a vosotros os escucha a mí me escucha; quien a
vosotros os rechaza a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí rechaza al que me
ha enviado."
Homilía
Temas de las lecturas: Pecamos contra el Señor no haciéndole caso * Líbranos,
Señor, por el honor de tu nombre. * Quien me rechaza a mí rechaza al que me ha
enviado
1. La grandeza de quien sabe arepentirse
1.1 Es un hecho notable que, entre las grandes confesiones cristianas que hay en la
actualidad, la única que pidió públicamente perdón por las deficiencias de sus hijos
fue la católica, con nuestro Papa Juan Pablo II a la cabeza. Y así comoel texto de la
primera lectura de hoy nos invita a aprender a arrepentirnos, así también nos deja
saborear un poco de la dulzura de ese sentimiento tan noble y propio del alma que
descubre la bondad de Dios y su infinita ternura y poder restaurador.
1.2 En ese contexto quiero recordar aquí un bello momento de oración y penitencia
pública que realizó la Iglesia Católica en Argentina el 8 de septiembre del año 2000,
dentro del conjunto de celebraciones propias del Gran Jubileo. Los textos, que son
como una lectura actualizada de la contrición que nos enseña Baruc, nos inspiran,
también hoy, a no bajar el ideal sino levantarnos hacia él.
2. Confesión de los pecados contra la unidad querida por Dios para su
pueblo.
2.1 Padre, tu Pueblo te pide perdón: por la falta de esfuerzo para comprender las
razones de quienes no creen y por no interpretar el significado de sus búsquedas.
2.2 Por omitir una acción más intensa en promover caminos comunes con los
hombres y mujeres de buena voluntad.
2.3 Por no haber rechazado adecuadamente el antisemitismo.
2.4 Por descuidar la oración y los gestos que favorezcan el impulso ecuménico.
2.5 Por la falta de testimonio en la vivencia de la comunión entre los obispos,
miembros del clero, religiosos, consagrados y laicos en nuestras comunidades.
2.6 Porque tantas veces los católicos fuimos responsables, con nuestro modo de
actuar, del alejamiento de muchos hermanos.
2.7 Dios Padre de los hombres, en la víspera de su Pasión, tu Hijo nos confió el
desafío de la unidad para que el mundo crea.
2.8 Tú que nos quieres protagonistas y constructores de la historia, concédenos
vivir el don de la unidad, para ser signos e instrumentos de tu amor, sirviendo y
siendo fermento del Reino.
3. Confesión de los pecados contra el servicio a la verdad.
3.1 Oh Dios de misericordia, perdónanos por las veces en que tus hijos hemos
cedido a métodos autoritarios de intolerancia e imposición, desfigurando el rostro
de la Iglesia.
3.2 Por las veces que hemos dejado de buscar, meditar y servir a la verdad,
callándola o disimulándola, por conveniencia o complacencia.
3.3 Por la falta de fidelidad en la transmisión de la verdad, y la escasa presencia de
los católicos comprometidos con la fe cristiana en los medios de comunicación.
3.4 Recibe en tu corazón de Padre nuestro arrepentimiento.
3.5 Ten misericordia de nosotros, acepta nuestro propósito de buscar y proponer la
verdad con la dulzura del amor, conscientes que la verdad nos hará libres.
4. Confesión de los pecados contra el Evangelio de la vida.
4.1 Padre, te pedimos perdón porque muchas veces los cristianos, en nombre de
los mismos derechos del hombre, hemos provocado el crimen del aborto y de la
eutanasia, de la manipulación genética y del ensañamiento terapéutico, reclamando
un poder sobre la vida que sólo te pertenece a Ti.
4.2 Perdónanos porque, por diversos motivos, amenazamos nuestra salud con el
consumo de drogas, con la falta de descanso, con el abuso del alcohol, y del
tabaco, y con otros excesos.
4.3 Dios Padre, en Jesús nos dices: "Yo he venido para que tengan Vida y la tengan
en abundancia" (Jn 10,10) y nos la regalas como don de tu amor y bondad.
4.4 Concédenos la gracia que nosotros, Pueblo servidor de la Vida, ofrezcamos al
mundo nuevos signos de esperanza, que promuevan y afiancen la cultura de la
vida.
5. Confesión de los pecados contra la dignidad humana.
5.1 Padre, te pedimos perdón por el estilo de vida consumista y por las actitudes de
muchos cristianos que contribuyen a la marginación u obstaculizan la participación
de todos los hombres en la vida y en los bienes de la comunidad, no alcanzando los
niveles elementales de alimentación, salud, vivienda, vestido y educación.
5.2 Como comunidad eclesial, imploramos tu perdón por la falta de un testimonio
de austeridad y de una acción más decidida a favor de los pobres, "en la vastedad
de su extensión: los enfermos, los subocupados, los desocupados, los ancianos, los
sin techo, las víctimas de injusticia y calamidades, los analfabetos y semi-
analfabetos, los marginados o postergados de todo tipo, los migrantes e itinerantes,
los amplios sectores juveniles, espiritualmente desorientados y los menores
desamparados.
5.3 Padre bueno, que enviaste a tu Hijo para anunciar a los pobres la Buena Nueva
y para dar libertad a los oprimidos, acrecienta la vocación solidaria de nuestro
pueblo, para vivir de modo que nuestra fe en Ti manifieste todo su potencial
humanizador y generador de dignidad.
6. Confesión de los pecados contra los derechos del hombre.
6.1 Padre, tenemos el deber de acordarnos ante Ti de aquellos hechos dramáticos y
crueles.
6.2 Te pedimos perdón por los silencios responsables y por la participación efectiva
de muchos de tus hijos en tanto desencuentro político, en el atropello a las
libertades, en la tortura y la delación, en la persecución política y la intransigencia
ideológica, en las luchas y las guerras, y la muerte absurda que ensangrentaron
nuestro país. 6. 3Padre bueno y lleno de amor, perdónanos y concédenos la gracia
de refundar los vínculos sociales y de sanar las heridas todavía abiertas en tu
comunidad.