XXVI Semana del Tiempo Ordinario (Año Impar)
Jueves
El cristiano ha de llevar la paz y alegría a los demás, ser portador de Cristo.
La fe nos ayuda a vencer las dificultades
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó
por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde
pensaba ir él. Y les decía: "La mies es abundante y los obreros
pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su
mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en
medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os
detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una
casa, decid primero: "Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz,
descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comed y bebed lo que tengan, porque el
obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis
en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los
enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de
Dios". Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza
y decid: "Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a
los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed
que está cerca el reino de Dios." Os digo que aquel día será más
llevadero para Sodoma que para ese pueblo” (Lucas 10,1-12).
1. Hoy expandes la misión, Jesús, con el envío de 72 discípulos para
que vayan de dos en dos a prepararle el camino: -“ Entre sus discípulos,
designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de
dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir El ”. Es
un envío similar al de los Doce…
-" La mies es abundante y los braceros pocos; por eso rogad al
dueño de la mies que mande obreros a su mies ". Les dices, Señor, que
lo primero es la fuerza de la oración, que pidan a Dios que envíe obreros a
recoger la cosecha, porque hay mucha labor y pocos brazos. Me gusta ver
que sabes de pesca, de labores de campo… que te interesa la vida, entras
en los detalles de las personas, de la cultura… Todo cristiano se debe sentir
misionero, con una entrega generosa a la misión que nos encomiendas,
Señor. Y lo primero es la oración. Juan Pablo II comentaba que la actividad
misionera esta aun en sus comienzos. Se ha llevado la fe a toda Europa,
Asia, América, África, Oceanía… pero hay mucho por hacer: “Hoy se pide a
todos los cristianos, a las Iglesias particulares y a la Iglesia universal la
misma valentía que movió a los misioneros del pasado y la misma
disponibilidad para escuchar la voz del Espíritu”.
-“ Id, mirad que os envío como corderos entre lobos ”. Jesús,
pasas a hablar de cómo han de comportarse los "enviados de Dios", los
misioneros: la no-violencia, pues, en primer lugar son hombres
"indefensos", "corderos" entre lobos.
-“ No llevéis bolsa, ni alforja ni sandalias; y no os paréis a
saludar a nadie por el camino”. La pobreza. No confiemos mucho en los
medios humanos sino en la gracia de Dios: “tanta ha de ser la confianza
que ha de tener en Dios el predicador, que, aunque no se provea de las
cosas necesarias para la vida, debe estar persuadido de que no le han de
faltar, no sea que mientras se ocupa de proveerse de las cosas temporales,
deje de procurar a los demás las eternas” (S. Gregorio Magno). La
preocupación por las seguridades terrestres puede quitarnos la paz. La
libertad del apóstol, no estar atado a muchos negocios mundanos, le da
alas para su misión. Jesús, tú siempre tienes tiempo para atender a todos;
¿qué quieres decir con lo de no pararse a saludar? Supongo que no nos
perdamos por caminos laterales, porque es urgente la tarea principal.
-“ Cuando entréis en una casa, lo primero, saludad: "Paz a esta
casa". Si hay allí "gente de paz", la "paz que les deseáis", se posará
sobre ellos; si no, volverá a vosotros”. La paz es otra de tus consignas,
Señor, la alegría. La nuestra ha de ser una comunicación de paz y de
alegría. Hay que volver a leer y a meditar de nuevo esas fórmulas
admirables y, a su luz, revisar nuestra vida.
-“ Curad a los enfermos que haya en la casa o en la ciudad
donde estéis y decid a los habitantes: "Ya os llega el reino de
Dios"”. Hacer el bien, apartar el mal. Aliviar... y sobre todo anunciar el
Reino, todo esto es la materia de nuestra palabra. Sobre todo ¡el Reino de
Dios! ¡Que Dios reine! (Noel Quesson). Y Jesús se dirige a nosotros, a las
personas de todos los tiempos…
2. -“ Se pidió al escriba Esdras que trajera el libro de la Ley...
En presencia de la asamblea, compuesta de hombres, de mujeres y
de todos los niños con uso de razón. Esdras, vuelto hacia la plaza,
hizo la lectura... Estaba de pie sobre un estrado de madera. Todo el
pueblo le veía porque dominaba la asamblea ”. Se realza pues la
importancia del Libro, así como la del lector. No se trata de un libro
ordinario, ni de una lectura banal: se trata de una Palabra de Dios que se va
a proclamar, con solemnidad. Danos, Señor, da a todos los hombres el
respeto de tu Palabra.
La solemne renovación de la Alianza es una página espléndida, llena
de sentido para el futuro: - se reúne la gran asamblea, ya no se centra la
atención en el Templo, pues están lejos y se reúnen en casas, tiene lugar la
costumbre de la sinagoga y su institución; - todos escuchan con atención el
libro de la Alianza, que proclama el sacerdote Esdras; - se dividen en
grupos y los levitas van explicando a todos el sentido de lo que acaban de
leer; - la gente se llena de alegría y llora de emoción al escuchar esta
Palabra; - y lo celebran después con comida y bebida y una gran fiesta.
-“ Y todo el pueblo, alzando las manos, respondió: "¡Amén!
¡Amén!" Luego se inclinaron y se postraron ante el Señor, rostro en
tierra ”. Cuando Dios habla, hay que responder. Y la respuesta normal es un
asentimiento, un «sí». El «Amén» que hemos conservado del hebreo tiene
ese significado. Amén = «es verdad»... «es seguro»... Es el resumen mismo
de la Fe, que es la respuesta del hombre a la revelación que Dios nos
propone. Notemos que la asamblea no se contenta entonces con un mero
asentimiento de los labios: todo el cuerpo participa de ese «sí» que
proviene del fondo del ser. Se alzan las manos, luego todos se prosternan
hasta el suelo. Espectáculo que sorprende; cuyo sentido se ha perdido en
nuestras iglesias occidentales llenas de sillas y de bancos. Los jóvenes HOY
encuentran de nuevo esta expresión en la liturgia. Los pueblos africanos y
asiáticos pueden enseñarnos algo, respecto a esto. ¡La asamblea de miles
de musulmanes haciendo la gran postración es digna de ser contemplada!
-“ Esdras leyó en el libro de la Ley de Dios, aclarando e
interpretando el sentido para que los asistentes comprendieran la
lectura ”. La Palabra es una semilla que tiene que producir fruto en
nosotros. En la solemnidad de aquella ocasión, o la constancia de la
Eucaristía celebrada cada domingo -o cada día- y con la pedagogía de una
oportuna homilía: la Palabra de Dios va iluminando nuestro camino y
dándonos fuerza para ir mejorando nuestra vida. Ojalá también ahora el
pueblo cristiano pueda sentir una profunda alegría " porque han
comprendido lo que les han enseñado ".
Ese día está consagrado al Señor, vuestro Dios; no estéis
tristes ni lloréis Porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras
de la Ley . En efecto, la Palabra de Dios nos interpela. Nos revela nuestros
pecados. Escuchar a Dios es oír unas exigencias infinitas que nos hacen
sentir tanto más nuestras pobrezas.
Id y comed manjares suculentos, bebed bebidas
aromatizadas y mandad una ración a quien no tiene nada
preparado, Porque este día está consagrado a nuestro Dios: ¡la
alegría del Señor es vuestra muralla y fortaleza! » Domina ciertamente
la alegría. ¡Una atmósfera de fiesta! La «alegría de Dios» ¿es de veras mi
fortaleza? ( Noel Quesson).
La proclamación de la Ley aparece ligada a la fiesta de las Tiendas, 7
días en los que Esdras sigue leyendo la Ley como prescribe Dt 31,9-13 para
cuando la fiesta cae en a￱o sabático. Ahí se ve el origen de la “gran
sinagoga”, un ￳rgano oficial para discernir los libros sagrados que tendrán
los siglos siguientes. Esa lectura sagrada será la función principal de las
reuniones religiosas (Biblia de Navarra).
2. “ La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el
precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante ”. El salmo proclama
que la alegría nos viene de Dios: " los mandatos del Señor son rectos y
alegran el corazón... y dan luz a los ojos ". Por medio de su Palabra, el
Señor ha iluminado el camino del creyente. Por eso hemos de conocerla y
meditarla para convertirnos en sabios y llegar a vivir con rectitud del
corazón.
La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los
mandamientos del Señor son verdaderos y eternamente justos”. El
Señor nos ha indicado que quien quebrante uno de estos mandamientos, el
más mínimo, y enseñe eso a los demás, será el más pequeño en el Reino de
los cielos: son “ más preciosos que el oro, más que el oro fino; más
dulces que la miel de un panal que destila ”.
Llucià Pou Sabaté