CICLO C
TIEMPO DE CUARESMA
V DOMINGO
Seguimos recorriendo el camino cuaresmal hacia la pascua. Es tiempo de
entrenamiento para la larga carrera de nuestra vida. Hasta que lleguemos a la
Pascua eterna que no acaba, encuentro definitivo con Cristo resucitado y glorioso.
Ya Isaías anunciaba que el Mesías traería algo nuevo. Una vida nueva: agua en el
desierto, ríos en la estepa para apagar la sed de mi pueblo, de mi escogido
(primera lectura). C aminos nuevos en el desierto de la vida humana. Cristo mismo,
el Mesías, es camino, verdad y vida.
En la segunda lectura se nos dice en qué consistirá esta nueva vida: vivir unidos a
Cristo muerto y resucitado, muertos al pecado y vivos para Dios por la gracia y el
bien. Corriendo siempre hacia Cristo, que es nuestra plenitud. Él es nuestra meta,
nuestro modelo, nuestro premio. Este correr hacia Cristo no hay nada que nos lo
impida, pues, cuando flojean las fuerzas, Él se acerca más a nosotros.
El evangelio nos dice que sólo el amor infinito de Dios puede cambiar desde dentro
la existencia del hombre, porque sólo su amor lo libra del pecado, raíz de todo mal.
Dios es justicia, pero sobre todo, es amor. Ama a cada uno de nosotros, y su
fidelidad es tan fuerte que no se desanima ni siquiera ante nuestro rechazo. “Él
jamás se cansa de perdonar” (Papa Francisco).
El evangelio nos presenta el episodio de la mujer adúltera. Jesús la salva de la
condena a muerte. No hay en Él palabras de desprecio, ni de condena. Solamente
palabras de amor y misericordia, invitando a la conversión: Tampoco yo te
condeno. Anda, y en adelante no peques más (Evangelio) . Jesús, perdonando a la
mujer la introduce en una nueva vida.
San Agustín, comentando este pasaje del evangelio de san Juan, dice que "el
Señor, en su respuesta, respeta la Ley y no renuncia a su mansedumbre". Cuando
todos se marcharon, Jesús se quedó solo con la mujer. El mismo San Agustín hace
un comentario muy conciso: "quedaron sólo ellos dos: la miserable y la
misericordia".
Cristo no toma en consideración la ley antigua, que mandaba matar a pedradas a la
mujer adúltera. Pero tampoco aprueba lo que había hecho: La invita a que cambie
de vida, a que no peque más. Cristo no cierra nunca sus puertas. Nos ofrece la vida
nueva: vivir unidos a Él, con Él como Él. Vivir la vida de hijos de Dios en nuestro
ser y en nuestro obrar.
La cuaresma: cuarenta días, tiempo de aprendizaje intensivo. Camino de
conversión hacia Cristo, nuestra Pascua: ( El que esté sin pecado que tire la primera
piedra ). Para la carrera de toda nuestra vida siguiendo a Cristo. Hasta nuestro
encuentro con Él en la Pascua que no acaba. Él nos dará el premio de la vida
eterna.
MARIANO ESTEBAN CARO