XXVII Semana del Tiempo Ordinario (Año Impar)
Martes
Jesús explica a Marta y María el modo de hacer las cosas del mejor modo,
escoger la mejor parte. San Pablo nos ayuda a vivir cara a Dios
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada
Marta lo recibió en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María,
que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Y Marta se
multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y
dijo: -«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola
con el servicio? Dile que me eche una mano.» Pero el Señor le
contestó: -«Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas
cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no
se la quitarán»” (Lucas 10,38-42).
1. En su camino hacia Jerusalén, Jesús se hospeda en una casa
amiga: la de Marta y María. Jesús sabe tomarse un descanso y es capaz de
amistad. Hermanas de Lázaro, a quien Jesús resucitó. La breve escena es
muy familiar. Marta y María tienen carácter muy diferente: una, buena ama
de casa, se esmera en atender a las cosas materiales; la otra se sienta a los
pies de Jesús, en actitud de discípula, y le escucha atentamente. He aquí un
relato propio de Lucas que sin duda lo había obtenido de un grupo de
mujeres, de las que siguieron a Jesús y habían conservado unas tradiciones
originales.
-Por el camino entró Jesús en una aldea, y una mujer de
nombre Marta lo recibió en su casa. Esta tenía una hermana llamada
María...” Marta y María aparecen en tres relatos, y en los tres las
descripciones de sus temperamentos coinciden: Marta, la activa... María, la
sensible, la contemplativa: Lucas (10,38-42) cuenta una comida muy
sencilla que Jesús compartió con ellas... Juan (11,1-44) cuenta la pena que
estaban pasando por la muerte de su hermano Lázaro... Juan (12,1-8)
relata la unción perfumada que hizo María, una semana antes de la
pasión... De modo que Jesús tenía amigos y en su casa se encontraba bien.
Allí regresaba cada tarde de la última semana anterior a la pasión. Viven las
dos la hospitalidad según su genio, como dice S. Agustín: “aquella se
agitaba, ésta se alimentaba; aquélla disponía muchas cosas, ésta sólo
atendía a una. Ambas ocupaciones eran buenas”.
-“ María, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra”
¿De qué les hablas, Señor? Seguramente, de lo que llevas dentro, tu
próxima muerte y su resurrección, y necesitas la compasión y la amistad de
los amigos. Eso haría más verosímil el hecho que María comprendiera,
mejor que otros, el misterio de la unción previa a la sepultura de Jesús y el
de la resurrección (Lc 14,8; 16,1). María está "sentada a los pies de Jesús".
Esta es para Lucas, la posición del "discípulo" (Lc 8,35; Hch 22,3). Las
posiciones corporales no son indiferentes, tienen una significación simbólica,
y además facilitan o estorban tal o cual tipo de oración. La posición
"sentado" facilita el escuchar: esta es la actitud litúrgica que la Iglesia
recomienda en ciertos momentos de la misa en los cuales la meditación es
lo primero... del mismo modo que la Iglesia recomienda "estar de pie"
cuando se trata de expresar colectivamente la acción de gracias, durante la
gran plegaria eucarística..."Sentada, María escuchaba."
-“ Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose
dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el
trabajo? Dile pues que me ayude"”. Marta es útil. Su servicio es
indispensable. Todo amor, puesto al servicio de los demás, honra a Jesús,
como tú has dicho: " me disteis de comer, me disteis de beber... venid
los benditos de mi Padre " (Mt 25,34-35). Te ofrezco, Señor, las múltiples
tareas domésticas, tan humildes, hechas con tanto amor, de innumerables
mujeres de todo el mundo. Ayúdame a reconocer su grandeza.
-“ Le respondió el Señor: "Marta, Marta, te afanas y preocupas
por muchas cosas y hay necesidad de una sola... ” La "preocupaci￳n",
la "inquietud", es lo que veo que quieres que evitemos; tú, Jesús, lo repites
a menudo. “No os agobiéis”, decías (Lc 12,22-31; 8,14; 21,34).
-“ María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada ”. No
quieres que nos desviemos de lo esencial, Señor. Quizá los nervios por lo
que escucha llevan a Marta a pensar en otra cosa, con la acción (Noel
Quesson).
Ante la queja de Marta, Jesús, amablemente, le recuerda que " sólo
una cosa es necesaria: María ha escogido la parte mejor ", porque
aprovecha la ocasión de que tienen al Maestro en casa y le escucha. A veces
se ve a Marta como modelo de vida activa, a María de contemplativa, pero
no es tanto en el exterior, sino dentro de cada persona, donde ha de
encontrarse esta unidad de vida espiritual… como decía san Josemaría: “En
esta tierra, la contemplación de las realidades sobrenaturales, la acción de
la gracia en nuestras almas, el amor al prójimo como fruto sabroso del
amor a Dios, suponen ya un anticipo del Cielo, una incoación destinada a
crecer día a día. No soportamos los cristianos una doble vida: mantenemos
una unidad de vida, sencilla y fuerte en la que se fundan y compenetran
todas nuestras acciones (…)
”Seamos almas contemplativas, con diálogo constante, tratando al
Señor a todas horas; desde el primer pensamiento del día al último de la
noche, poniendo de continuo nuestro corazón en Jesucristo Señor Nuestro,
llegando a El por Nuestra Madre Santa María y, por El, al Padre y al Espíritu
Santo (…) Dios os llama a servirle en y desde las tareas civiles materiales,
seculares de la vida humana (…). Sabedlo bien: hay un algo santo, divino,
escondido en las situaciones más comunes, que toca a cada uno descubrir”.
A veces, Jesús recomienda claramente la caridad, el servicio a los
demás, como ayer, con la parábola del samaritano. Otras, como hoy,
destaca la actitud de fe y de escucha. A los doce apóstoles, y luego a los
setenta y dos, les había recomendado que no tuvieran demasiadas
preocupaciones materiales, sino que se centraran en lo esencial, la
predicación del Reino. Otras veces nos dice que busquemos el Reino de
Dios, que todo lo demás se nos dará por añadidura. Cuando quiso
enseñarnos quiénes eran ahora su madre y sus hermanos, recordamos lo
que dijo: " los que oyen la palabra de Dios y la ponen en práctica ". Lo
cual quiere decir que no pueden ser opuestas las dos actitudes: la de la
caridad detallista y la de la oración y la escucha. Sino complementarias.
Hemos de ser hospitalarios, pero también discípulos. Con tiempo para los
demás, pero también para nosotros mismos y para Dios. Y al revés: con
oración, pero también con acción y entrega concreta. Cada cristiano -no
sólo los monjes o sacerdotes- debe saber conjugar las dos dimensiones: la
oración y el trabajo servicial. ¿Cuál es el aspecto que yo descuido?, ¿me
refugio tal vez en la meditación y luego no doy golpe?, ¿o me dedico a un
activismo ansioso y descuido los momentos de oración?, ¿soy sólo Marta, o
sólo María?, ¿no debería unir las dos cosas? Nuestro trabajo no puede ser
bueno si no tiene raíces, si no estamos en contacto con Dios, si no se basa
en la escucha de su Palabra. Jesús no desautoriza el amor de Marta, pero sí
le da una lección de que no tiene que vivir en excesivo ajetreo: debe
encontrar tiempo para la escucha de la fe y la oración (J. Aldazábal). Marta
se precipita a “hacer” y este “hacer” no parte de una escucha atenta de la
Palabra de Dios que sí vive María, y por eso ella estará más cerca de la
Cruz. Ha elegido inmediatamente, “la mejor parte”.
2. " De nuevo vino la palabra del Señor sobre Jonás: levántate
y vete a Nínive ". Yahvé se sale con la suya: Jonás se da cuenta de que no
puede desobedecer, se levanta, va a Nínive y empieza a proclamar el
mensaje que se le ha encargado. -“ Jonás se levantó y partió hacia
Nínive, según la palabra del Señor. Ahora bien, Nínive era una
ciudad extraordinariamente grande: se necesitaban tres días para
atravesarla ”. El mundo a evangelizar nos parece HOY también enorme. -
Jonás, si antes desobedeció, ahora obedece, y el éxito no depende de él
sino del Se￱or… hizo un día de camino recorriendo la ciudad
proclamando: "¡Dentro de cuarenta días, Nínive será destruida!"
-“ Enseguida los ninivitas creyeron en Dios” . Jesús hace
referencia al buen corazón de los ninivitas, que se convierten al toque de la
llamada divina (Mt 12,4), y quedan en la tradición cristiana como modelo de
penitencia (cf Biblia de Navarra), como recuerda S. Clemente Romano:
“recorramos todos los tiempos, y aprenderemos c￳mo el Se￱or, de
generación en generación, concedió un tiempo de penitencia a los que
deseaban convertirse a él. Noé predicó la penitencia, y los que lo
escucharon se salvaron. Jonás anunció a los ninivitas la destrucción de su
ciudad, y ellos, arrepentidos de sus pecados, pidieron perdón a Dios y, a
fuerza de súplicas, alcanzaron la indulgencia, a pesar de no ser del pueblo
elegido”. Y entonces Dios "se compadeci￳" y desisti￳ de aplicar el castigo
amenazado. Dios es el que perdona. Es lo suyo.
¡Qué poca confianza tenemos a veces en las personas! Sí, hay
motivos para pensar que la sociedad está distraída, preocupada por otras
mil cosas y no precisamente por el evangelio. Pero ¿tenemos derecho a
perder la esperanza, a no dar a nuestros contemporáneos un margen de
confianza, como el que les da Dios?
3. " Desde lo hondo a ti grito, Señor ". El pecado provoca en
nosotros arrepentimiento y así el perdón. San Ambrosio señala: "Tenemos
un Señor bueno, que quiere perdonar a todos (…) si quieres ser justificado,
confiesa tu maldad: una humilde confesión de los pecados deshace el
enredo de las culpas... Mira con qué esperanza de perdón te impulsa a
confesar". Añade: "Y no sólo te devuelve lo que te había quitado, sino que
además te concede dones inesperados". Como con Zacarías, padre de Juan
Bautista. " Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá
resistir? Pero de ti procede el perdón... porque del Señor viene la
misericordia ".
Llucià Pou Sabaté