EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
jueves 10 Octubre 2013
Jueves de la vigésima séptima semana del tiempo ordinario
Libro de Malaquías 3,13-20a.
Ustedes hablan duramente contra mí, dice el Señor,
y todavía preguntan: "¿Qué hemos dicho contra ti?". Ustedes dicen: "Es inútil servir
a Dios, ¿y qué ganamos con observar sus mandamientos o con andar enlutados
delante del Señor de los ejércitos?
Por eso llamamos felices a los arrogantes: ¡prosperan los que hacen el mal;
desafían a Dios, y no les pasa nada!".
Entonces se hablaron unos a otros los que temen al Señor. El Señor prestó atención
y escuchó: ante él se escribió un memorial, en favor de los que temen al Señor y
respetan su Nombre.
Ellos serán mi propiedad exclusiva, dice el Señor de los ejércitos, en el Día que yo
preparo. Yo tendré compasión de ellos, como un hombre tiene compasión de su hijo
que lo sirve.
Ustedes volverán a ver la diferencia entre el justo y el impío, entre el que sirve a
Dios y el que no lo sirve.
Porque llega el Día, abrasador como un horno. Todos los arrogantes y los que
hacen el mal serán como paja; el Día que llega los consumirá, dice el Señor de los
ejércitos, hasta no dejarles raíz ni rama.
Pero para ustedes, los que temen mi Nombre, brillará el sol de justicia que trae la
salud en sus rayos, y saldrán brincando como terneros bien alimentados.
Salmo 1,1-2.3.4.6.
Dichoso el hombre que no va a reuniones de malvados,
ni sigue el camino de los pecadores ni se sienta en la junta de burlones,
mas le agrada la Ley del Señor y medita su Ley de noche y día.
Es como árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo
y tiene su follaje siempre verde. Todo lo que él hace le resulta.
No sucede así con los impíos: son como paja llevada por el viento.
Porque Dios cuida el camino de los justos y acaba con el sendero de los malos .
Evangelio según San Lucas 11,5-13.
Jesús agregó: "Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a
medianoche, para decirle: 'Amigo, préstame tres panes,
porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle',
y desde adentro él le responde: 'No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y
mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos'.
Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se
levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.
También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les
abrirá.
Porque el que pide, recibe; el que busca,
encuentra; y al que llama, se le abre. ¿Hay entre ustedes algún padre que da a su
hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar
una serpiente?
¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el
Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan".
Comentario del Evangelio por:
Papa Francisco
Homilía del 19/05/2013, para Pentecostés (trad. © copyright Libreria
Editrice Vaticana)
Nuestro Padre del cielo, nos dará el Espíritu Santo, que trae novedad
La novedad nos da siempre un poco de miedo, porque nos sentimos más seguros si
tenemos todo bajo control, si somos nosotros los que construimos, programamos,
planificamos nuestra vida, según nuestros esquemas, seguridades, gustos. Y esto
nos sucede también con Dios. Con frecuencia lo seguimos, lo acogemos, pero hasta
un cierto punto; nos resulta difícil abandonarnos a Él con total confianza, dejando
que el Espíritu Santo anime, guíe nuestra vida, en todas las decisiones; tenemos
miedo a que Dios nos lleve por caminos nuevos, nos saque de nuestros horizontes
con frecuencia limitados, cerrados, egoístas, para abrirnos a los suyos.
Pero, en toda la historia de la salvación, cuando Dios se revela, aparece su
novedad —Dios ofrece siempre novedad—, trasforma y pide confianza total en Él:
Noé, del que todos se ríen, construye un arca y se salva; Abrahán abandona su
tierra, aferrado únicamente a una promesa; Moisés se enfrenta al poder del faraón
y conduce al pueblo a la libertad; los Apóstoles, de temerosos y encerrados en el
cenáculo, salen con valentía para anunciar el Evangelio. No es la novedad por la
novedad, la búsqueda de lo nuevo para salir del aburrimiento, como sucede con
frecuencia en nuestro tiempo.
La novedad que Dios trae a nuestra vida es lo que verdaderamente nos realiza, lo
que nos da la verdadera alegría, la verdadera serenidad, porque Dios nos ama y
siempre quiere nuestro bien. Preguntémonos hoy: ¿Estamos abiertos a las
“sorpresas de Dios”? ¿O nos encerramos, con miedo, a la novedad del Espíritu
Santo? ¿Estamos decididos a recorrer los caminos nuevos que la novedad de Dios
nos presenta o nos atrincheramos en estructuras caducas, que han perdido la
capacidad de respuesta?
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”