XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
La Iglesia es una gran orquesta…
Nuestro Francisco, Papa, prosiguió su catequesis sobre la Iglesia, reflexionando
sobre la «catolicidad». Sobre todo se preguntó: «¿Qué significa ser católico?». «¿En
qué sentido decimos que la Iglesia es católica?
Diría que por tres aspectos fundamentales.
El primero, «porque es el espacio, la casa en la que es anunciada completa, toda, la
fe, en la que la salvación que ha traído Cristo se ofrece a todos. La Iglesia nos hace
encontrar la misericordia de Dios que nos transforma porque en ella está presente
Jesucristo, que le otorga la verdadera confesión de fe, la plenitud de la vida
sacramental, la autenticidad del ministerio ordenado». Y en la Iglesia cada uno
encuentra «lo necesario para creer, para vivir como cristiano, para volverse santo,
para caminar en cada lugar y en cada época».
Francisco puso el siguiente ejemplo: «Podemos decir que es como en la vida de
familia; en la familia cada uno de nosotros cuenta con lo que le permite crecer,
madurar, vivir. No podemos crecer solos, no podemos caminar solos, aislándonos,
sino que se camina y se crece en una comunidad, en una familia». Y en la Iglesia se
puede «escuchar la Palabra de Dios, seguros de que es el mensaje que el Señor nos
dio; en la Iglesia podemos encontrar al Señor en los Sacramentos que son las
ventanas abiertas a través de las que nos es dada la luz de Dios, las corrientes de
las que surge la vida misma de Dios; en la Iglesia aprendemos a vivir la comunión,
el amor que viene de Dios». Y luego el Pontífice planteó otras preguntas: «¿Cuando
voy a la Iglesia, es como si fuera al estadio, a un partido de fútbol? ¿Es como si
fuera al cine? ¡No! ¡Es otra cosa!». Entonces, «en este primer sentido, la Iglesia es
católica porque es la casa de todos».
El segundo significado es la universalidad: «Es católica porque es universal, está
en todas partes del mundo y anuncia el Evangelio a cada hombre y a cada mujer».
La Iglesia «no es un grupo de élite –precisó el Papa–, no está relacionada solo con
algunos. La Iglesia no tiene clausuras, ha sido enviada a la totalidad de las
personas, a todo el género humano. Y la única Iglesia está presente incluso en las
más peque￱as de sus partes. Cada uno puede decir: “en mi parroquia está presente
la Iglesia cat￳lica, porque también forma parte de la Iglesia universal”ᄏ. Y luego
Francisco afirmó que debemos «¡Sentirnos en comunión con todas las Iglesias, con
todas las comunidades católicas pequeñas o grandes del mundo! ¡Esto es hermoso!
Y luego sentir que todos estamos en misión, pequeñas o grandes comunidades,
todos debemos abrir nuestras puertas y salir por el Evangelio».
Y el tercer aspecto: ᆱLa Iglesia es cat￳lica porque es la “Casa de la armonía”, en la
que la unidad y la diversidad saben conjugarse para convertirse en riqueza». El
Papa propuso la imagen «de la sinfonía, que quiere decir acuerdo y armonía,
diferentes instrumentos tocan juntos, cada uno mantiene su timbre inconfundible y
las características de los sonidos se integran en algo común. Y luego hay un guía, el
director, y al ejecutar la sinfonía todos tocan juntos en “armonía”ᄏ, y no se anula
«el timbre de cada instrumento, la peculiaridad de cada uno; es más se le da el
mayor valor».
Esta es la imagen que trazó el Papa Francisco sobre la Iglesia: «la Iglesia es como
una gran orquesta en la que la hay variedad: no todos somos iguales, y no
debemos ser todos iguales. Todos somos diferentes, diversos, cada quien con las
propias cualidades y esto es lo hermoso de la Iglesia: cada uno aporta lo suyo, lo
que Dios le dio, para enriquecer a los demás». Francisco después sugirió lo
siguiente: «Preguntémonos: ¿en nuestras comunidades vivimos la armonía o nos
peleamos entre nosotros? ¿Hay chismes?». Y subrayó: «si hay chismes, no hay
armonía: es una lucha. Y esta no es la Iglesia: la Iglesia es la armonía de todos.
Nunca chismear los unos contra los otros, nunca pelear. Aceptemos al otro,
aceptemos que haya una justa variedad». «La uniformidad mata la vida –añadió. Y,
cuando queramos imponer esta uniformidad a todos, ¡matamos los dones del
Espíritu Santo!».
+ Miguel Esteban Hesayne – Obispo
mehm@fibertel.com.ar