Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 28, Martes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Conociendo los hombres a Dios, no le han dado la gloria
que Dios se merecía * El cielo proclama la gloria de Dios. * Dad limosna, y lo
tendréis limpio todo
Textos para este día:
Romanos 1,16-25:
Hermanos: Yo no me avergüenzo del Evangelio; es fuerza de salvación de Dios para
todo el que cree, primero para el judío, pero también para el griego. Porque en él
se revela la justicia salvadora de Dios para los que creen, en virtud de su fe, como
dice la Escritura: "El justo vivirá por su fe."
Desde el cielo Dios revela su reprobación de toda impiedad e injusticia de los
hombres que tienen la verdad prisionera de la injusticia. Porque, lo que puede
conocerse de Dios lo tienen a la vista; Dios mismo se lo ha puesto delante. Desde
la creación del mundo, sus perfecciones invisibles, su poder eterno y su divinidad,
son visibles para la mente que penetra en sus obras. Realmente no tienen disculpa,
porque, conociendo a Dios, no le han dado la gloria y las gracias que Dios se
merecía, al contrario, su razonar acabó en vaciedades, y su mente insensata se
sumergió en tinieblas. Alardeando de sabios, resultaron unos necios que cambiaron
lo gloria del Dios inmortal por imágenes del hombre mortal, de pájaros,
cuadrúpedos y reptiles. Por esa razón, abandonándolos a los deseos de su corazón,
los ha entregado Dios a la inmoralidad, con la que degradan ellos mismos sus
propios cuerpos; por haber cambiado al Dios verdadero por uno falso, adorando y
dando culto a la criatura en vez de al Creador. ¡Bendito él por siempre! Amén.
Salmo 18:
El cielo proclama la gloria de Dios, / el firmamento pregona la obra de sus manos: /
el día al día le pasa el mensaje, / la noche a la noche se lo susurra. R.
Sin que hablen, sin que pronuncien, / sin que resuene su voz, / a toda la tierra
alcanza su pregón / y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.
Lucas 11,37-41:
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su
casa. Él entró y se puso a la mesa. Como en fariseo se sorprendió al ver que no se
lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo: "Vosotros, los fariseos, limpiáis
por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosáis de robos y maldades.
¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? Dad limosna de lo
de dentro, y lo tendréis limpio todo."
Homilía
Temas de las lecturas: Conociendo los hombres a Dios, no le han dado la gloria
que Dios se merecía * El cielo proclama la gloria de Dios. * Dad limosna, y lo
tendréis limpio todo
1. ¿De qué siglo es esto?
1.1 La primera lectura de hoy es de la Carta de san Pablo a los Romanos, escrita
hace casi dos mil años. Pero podría haber sido escrita la semana pasada. Lo que allí
se describe, creo que sin excepción, es lo que vemos y vivimos en muchas partes
del mundo.
1.2 ¿Qué critica con dolor el apóstol? Que no se le da la gloria a Dios; que
razonamientos inútiles ofuscan la mente de la gente, que entonces se llena de
ídolos de toda clase; que viven en gran impureza en sus cuerpos. Y el texto bíblico
completo es más descriptivo: homosexualismo rampante en el hombre; bestialismo
en la mujer.
1.3 Por eso preguntamos: ¿de qué siglo es esto? Respuesta: es de todos los siglos;
es de todos los tiempos; es lo que sucede cuando Dios no reina.
2. No basta por fuera
2.1 Ante el espectáculo de la maldad hay muchas reacciones posibles. Una de ellas
es guardar las apariencia. Cristo se rebela contra esta solución que no soluciona
nada.
2.2 La hipocresía es el arte de huir de la verdad. Es el esfuerzo inútil, pero
comprensible; desesperado, pero tan común, de ahorrarnos el esfuerzo de afrontar
lo que somos y padecemos.
2.3 El problema es que una mentira, ya entrada en la casa, no sabe estar sola sino
que trae sus acompañantes. Y en este caso esos acompañantes son terribles:
primero intentamos evitar la humillación de sabernos sucios; luego pasamos a
humillar a los otros cuando los vemos sucios. De este modo, una mentira sobre
nosotros se convierte en una mentira contra los otros.
2.4 Y este es el punto en el que Cristo levanta su voz de profeta, de santo y de rey.
Que tú te olvides de quién eres, hasta puede entenderse, peor que hagas de tu
mala memoria un estrado para condenar a tu hermano no es algo que Cristo vaya a
tolerar. Hará que tus ojos se abran, así les duela la luz.