EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Lucas 11,37-41.
Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se
sentó a la mesa.
El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer.
Pero el Señor le dijo: "¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el
plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia.
¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro?
Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro .
Comentario del Evangelio por :
San Rafaél Arnaiz Barón (1911-1938), monje trapense español
Escritos espirituales, 04/03/1938
"Da limosna de lo que tienes, así todo en ti será puro"
Dios está en el corazón desprendido…, en el silencio de la oración, en el sacrificio
voluntario al dolor, en el vacío del mundo y sus criaturas... Dios está en la Cruz, y
mientras no amemos la Cruz, no le veremos, no le sentiremos...
Callen los hombres, que no hacen más que meter ruido.
¡Ah!, Señor, qué feliz soy en mi retiro... Cuánto te amo en mi soledad... Cuánto
quisiera ofrecerte que no tengo, pues ya te lo he dado todo... Pídeme, Señor...,
mas ¿qué he de darte? ¿Mi cuerpo?, ya lo tienes; es tuyo. ¿Mi alma?... Señor, ¿en
quién suspira sino en Ti, para que de una vez la acabes de tomar? ¿Mí corazón?
está a los pies de María, llorando de amor..., sin ya nada querer, más que a Tí. ¿Mi
voluntad? ¿acaso, Señor, deseo lo que Tú no deseas? Dímelo... dime, Señor, cuál
es tu voluntad, y pondré la mía a tu lado... Amo todo lo que Tú me envíes y me
mandes, tanto salud como enfermedad, tanto estar aquí como allí, tanto ser una
cosa como otra ¿Mi vida? tómala, Señor Dios mío, cuando Tú quieras.
¡Cómo no ser feliz así!
Si el mundo y los hombres supieran. Pero no sabrán; están muy ocupados en sus
intereses; tienen el corazón muy lleno de cosas que no son Dios. Vive el mundo
muy para un fin terreno; sueñan los hombres con esta vida, en que todo es
vanidad, y así..., no se puede encontrar la verdadera felicidad que es el amor a
Dios. Quizás se llegue a comprender, pero para sentirla hay que vivirla, y muy
pocos renuncian a si mismos y toman su cruz (Mt 16,24).., aun entre los
religiosos...Señor..., qué cosas permites..., tu sabiduría sabrá; tenme a mi de la
mano y no permitas que mi pie resbale, pues si Tú no lo haces..., ¿quién me
ayudará? ¿Y si Tú no edificas? (Sal. 126,1)...
Ah!, Señor, cuánto te quiero. ¡Hasta cuándo, Señor!
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”