Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 29, Lunes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Está escrito también por nosotros, a quienes nos valdrá si
creemos en él * Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su
pueblo. * Lo que has acumulado, ¿de quién será?
Textos para este día:
Romanos 4,20-25:
Hermanos: Ante la promesa de Dios Abrahán no fue incrédulo, sino que se hizo
fuerte en la fe, dando con ello gloria a Dios, al persuadirse de que Dios es capaz de
hacer lo que promete, por lo cual le valió la justificación. Y no sólo por él está
escrito: "Le valió", sino también por nosotros, a quienes nos valdrá si creemos en el
que resucitó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, que fue entregado por
nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación.
Lucas 1,69-75:
Nos ha suscitado una fuerza de salvación / en la casa de David, su siervo / según lo
había predicho desde antiguo / por boca de sus santos profetas. R.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos / y de la mano de todos los que
nos odian; / realizando la misericordia / que tuvo con nuestros padres, /
recordando su santa alianza. R.
Y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. / Para concedernos que, libres de
temor, / arrancados de la mano de los enemigos, / le sirvamos con santidad y
justicia, / en su presencia, todos nuestros días. R.
Lucas 12,13-21:
En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: "Maestro, dile a mi hermano que
reparta conmigo la herencia." Él le contestó: "Hombre, ¿quién me ha nombrado
juez o árbitro entre vosotros?" Y dijo a la gente: "Mirad: guardaos de toda clase de
codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes."
Y les propuso una parábola: "Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a
echar cálculos: "¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha." Y se dijo:
"Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y
almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí
mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come,
bebe y date buena vida." Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir la
vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?" Así será el que amasa riquezas para
sí y no es rico ante Dios."
Homilía
Temas de las lecturas: Está escrito también por nosotros, a quienes nos valdrá si
creemos en él * Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su
pueblo. * Lo que has acumulado, ¿de quién será?
1. Las Cualidades de la Fe
1.1 Si estudiamos en San Pablo cuál es la grandeza de la fe y cuáles son sus
principales cualidades, descubrimos que hay algo básico, y es la resolución de no
apoyarse uno en sí mismo sino en Aquel en quien de veras cree.
1.2 El ejemplo de Abrahán es elocuente. Puede decirse que tenía todo en contra: la
edad, la falta de vigor, la esterilidad de la esposa. Pero no dudó, no tuvo
desconfianza. Aprovechó su misma debilidad para apoyarse por completo en el que
no es débil, es decir, en Dios, nuestro Señor.
1.3 Ese género de fe produce resultados. El gran resultado para Abrahán fue, en
primer lugar el hijo de la promesa, Isaac, peor si lo pensamos mejor, los resultados
de la maravillosa fe de Abrahán están todavía produciéndose, porque todos
nosotros, los que le llamamos "nuestro padre en la fe", de algún modo hemos
nacido y seguimos naciendo de la inmensa fe que Dios le concedió a este hombre.
1.4 Necesitamos una fe así, robusta, generosa y volcada hacia Dios, para recibir en
plenitud las promesas divinas. Ya en Cristo está todo "dado" pero para que todo sea
ahora "recibido" necesitamos ejercer fe, desprendiéndonos de nuestro méritos
pasados o pecados pasados y fiándonos por entero del que es bueno, compasivo,
sabio y poderoso.
2. Cuando hablamos demasiado solos...
2.1 El rico del evangelio de hoy hablaba demasiado. Pero ese no es el problema; el
problema es que hablaba demasiado solo. Tenía ojos para su cosecha, oídos para
sus anhelos y vientre para su prosperidad. Vivía y giraba en torno a sí mismo. Eso
lo mareó. Se emborrachó y perdió la perspectiva.
2.2 Dios le interrumpió esa conversación en solitario. Dios se entrometió y abrió un
diálogo, cortando el monólogo que este "pobre rico" llevaba antes. La primera
palabra, con la que Dios irrumpe, es dura: "¡insensato!". Es dura, pero es cierta,
porque es insensatez construirse el ser humano desde sí y para sí, sin ojos para el
cielo ni para el pobre.
2.3 Y nuestro mundo en muchos aspectos sigue repitiendo la parábola de hoy.
Pueblos, familias o individuos siguen hablando sólo consigo mismos, y siguen o
seguimos ciegos al cielo y sordos al clamor del pobre. También a nosotros Dios nos
reprocha por insensatos.
2.4 Pero la parábola no está ahí para regañarnos solamente. Está para salvarnos.
Dios denuncia nuestra insensatez para llamarnos a su sabiduría. Nos hace ver que
no vemos para que empecemos a ver. Nos corrige para salvarnos y nos llama a
juicio ahora para no juzgarnos al final de los tiempos.