“CRISTO NO ANULA, SINO PLENIFICA TODA CULTURA”
Homilía monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas
para el 30º domingo durante el año
(27 de octubre de 2013)
En este domingo daremos continuidad a la reflexión realizada en la primera sesión del Sínodo
Diocesano introduciendo a la temática que posteriormente debía trabajarse en las restantes sesiones por
los sinodales. Después de haber reflexionado sobre los dos primeros temas: la necesidad de nuevas
estrategias en relación a la misión y a la formación integral de discípulos; en este domingo realizaremos
algunas observaciones generales sobre los tres temas siguientes del Sínodo: los laicos, Jóvenes y
Familia. En dichas observaciones señalaremos algunas condiciones teológico-pastorales a tener en
cuenta para asumir estos temas y desafíos.
El texto de la reflexi￳n desgrabada nos se￱ala: “Son pastorales que requieren de testigos para poder
ahondar desde la fe nuestras respuestas evangelizadoras en estos tres temas que forman parte de la
temática del Sínodo: laicos, jóvenes y familia.
Queremos responder, desde el núcleo de la fe cristiana , “en Él”, como subraya el tema de Aparecida.
Porque Él es la vida , “yo soy la vida, he venido para que la tengan en abundancia”… es en “Él” en
quien nosotros queremos evangelizar al Pueblo de Dios. Desde nuestra misión discipular cristocéntrica
nos encontramos con temas concretos en los que ahora vamos a avanzar: Laicos: el compromiso de los
laicos en la Iglesia y en el mundo; Jóvenes: Iglesia, casa y escuela de comunión para los jóvenes;
Familia: testimonio de comunión.
En primer lugar quiero partir de una observación central. En la Misa Inaugural del Sínodo hicimos una
profesión de fe, esto refuerza evidentemente toda nuestra actitud sinodal, queremos ser discípulos y
misioneros y sentirnos así en Comunión profunda con lo que creemos, con las enseñanzas de la Iglesia,
con el Magisterio, con las orientaciones pastorales, sobre todo aquellas que están ligadas a la fe y a las
costumbres.
No vamos a introducirnos en temáticas que no nos toca resolver en la Iglesia local o Diócesis.
Trataremos de avanzar en las tantísimas situaciones pastorales, (por eso es un Sínodo fundamentalmente
pastoral), que tenemos que resolver y que están abiertas y en muchas propuestas teológicas que quizás
puedan ayudar a abrirnos realmente a mejorar dichas respuestas.
Pero si bien tenemos que tener esa comunión profunda, desde la profesión de fe que realizamos
habitualmente, quiero distinguir como segunda observación, que al introducirnos en el Sínodo,
tendremos que hacerlo con la amplitud de plantear la temática del mismo, revisándola y considerando
que a veces son problemáticas que en parte están ligadas a una modalidad cultural, esto será clave para
no dogmatizar erróneamente un modelo cultural de vivir y comportarse.
Es obvio señalar que la Iglesia no se identifica a un modelo cultural. En realidad está al servicio, se
ofrece, a toda cultura para plenificar o corregir valores o antivalores, para salir de idolatrías, porque en
definitiva, Cristo no anula ninguna cultura, sino que viene a plenificarlas. Por eso la Iglesia no se liga a
un modelo cultural. A la vez tenemos que decir en esta observación, que los modelos culturales nunca
son estáticos, siempre son dinámicos, van variando. Hay cosas que van variando, algunas para mal, y
muchas para bien. Esta diversidad de modelos culturales, hace que las respuestas pastorales varíen en
Posadas, Xai Xai, o Hong Kong.
Son modelos culturales diversos y la Iglesia no se identifica con ningún modelo cultural, es un error
identificar un estilo de evangelizar tipo europeo y considerar que toda evangelización se debe realizar de
la misma manera, con respuestas ligadas a algunas cuestiones europeas que se dieron en algún
momento.
La Iglesia evangeliza todas las culturas, todos los modelos culturales, porque su misión es anunciar a
Cristo que no anula nada, sino que todo lo plenifica. Por supuesto muchas veces su misión será corregir
idolatrías y los antivalores que subsisten en estos diversos sistemas.
En este domingo queremos, especialmente, rezar por nuestra patria, en este día de elecciones. El voto
responsable es parte de nuestra democracia participativa y republicana. Pedimos a Dios que como
ciudadanos construyamos en paz una patria de hermanos y hermanas.
¡Un saludo cercano y hasta el próximo domingo!
Mons. Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas