Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 30, Martes
---------------------------------------------
Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: La creación, expectante, está aguardando la plena
manifestación de los hijos de Dios * El Señor ha estado grande con nosotros. *
Crece el grano y se hace un arbusto
Textos para este día:
Romanos 8,18-25:
Hermanos: Sostengo que los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un
día se nos descubrirá. Porque la creación, expectante, está aguardando la plena
manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración, no por su
voluntad, sino por uno que la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación
misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad
gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está
gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que
poseemos las primicias del Espíritu, gemidos en nuestro interior, aguardando la
hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza
fuimos salvados. Y una esperanza que se ve ya no es esperanza. ¿Cómo seguirá
esperando uno aquello que ve? Cuando esperamos lo que no vemos, aguardamos
con perseverancia.
Salmo 125:
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, / nos parecía soñar: / la boca se nos
llenaba de risas, / la lengua de cantares. R.
Hasta los gentiles decían: / "El Señor ha estado grande con ellos." / El Señor ha
estado grande con nosotros, / y estamos alegres. R.
Que el Señor cambie nuestra suerte, / como los torrentes del Negueb. / Los que
sembraban con lágrimas / cosechan entre cantares. R.
Al ir, iba llorando, / llevando la semilla; / al volver, vuelve cantando, / trayendo sus
gavillas. R.
Lucas 13,18-21:
En aquel tiempo, decía Jesús: "¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo
compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en
su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas." Y añadió:
"¿A qué compararé el reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer toma y
mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta."
Homilía
Temas de las lecturas: La creación, expectante, está aguardando la plena
manifestación de los hijos de Dios * El Señor ha estado grande con nosotros. *
Crece el grano y se hace un arbusto
1. Una mirada sobre el mundo
1.1 Comenta con sabiduría Adrien Nocent: En esta carta se nos invita a reformar
nuestros juicios y nuestras maneras de ver el mundo. No se trata, como pensamos,
de un mundo sometido a unas leyes cosmológicas que le hacen, a la vez, agradable
y difícil de vivir por encontrarse en un estado de lucha entre los elementos que a
veces se enfrentan entre sí y provocan catástrofes. Las condiciones zoológicas del
mundo también carecen de equilibrio e Isaías, en su poema de la edad de oro,
predecía la reconstrucción de este mundo en la unidad, cuando veía al cordero y al
león viviendo juntos. Las condiciones del hombre en sí mismo también son muchas
veces contradictorias, y su cuerpo ya no es la traducción de su alma, sino que hay
una ley de oposición a la que hay que someterse.
1.2 Es preciso considerar esta situación presente en función de un futuro. No existe
una medida común entre los desequilibrios del tiempo presente y la gloria que Dios
va a revelar pronto en nosotros. Porque toda la creación aspira con todas sus
fuerzas a ver esta revelación de los hijos de Dios. La creación, es decir, no sólo los
cristianos, no sólo los hombres, sino todo el universo. Toda esta creación, ahora
bajo los efectos del pecado, espera su liberación, la gloria de los hijos de Dios. Pero
es necesario que pasen el tiempo y los dolores de la infancia y aceptar gemir,
nosotros y toda la creación, con una esperanza en el corazón que no se equivoca.
Ya hemos recibido el Espíritu, pero esperamos la liberación total.
1.3 Esta es realmente la descripción de nuestra condición de cristianos y de la
condición del mundo entero. Tampoco los progresos del mundo pueden dejar
indiferente al cristiano; son el signo de la reconstrucción del mundo y de su
recreación progresiva en la unidad. Es preciso, también, que los desequilibrios que
nosotros constatamos no destruyan nuestra esperanza, sino que hemos de aceptar
la insatisfacción que todo ser siente, como un signo del futuro al que estamos
abocados y cuyas primicias ya nos han sido dadas por el Espíritu. (Hasta aquí nos
predica Nocent.)
2. Como un grano de mostaza
2.1 Aquel canto carismático, tan difundido, seguramente viene a nuestra memoria.
Y es bueno que una canción pueble nuestra mente, si ello nos ayuda a enamorarnos
del precioso mensaje de Cristo Jesús.
2.2 El mensaje es sencillo: lo más pequeño puede llegar a ser lo más grande. Sin
duda a Cristo le llamaban la atención y quería que nos atrajeran los contrastes: hay
primeros que serán últimos; el que se ensalza será humillado; lo pequeño quizá
será lo más grande; lo oculto quedará de manifiesto... En todos estos casos el
Señor parece exhortarnos a no fiarnos de las apariencias, o quizá más aún: a
desconfiar de lo que aparece y buscar el estilo y el plan de Dios en aquello que no
aparece, en lo que no se impone por sí mismo ni se hace propaganda a sí mismo.
2.3 Asumir la "lógica del grano de mostaza", entonces, es todo un programa de
vida: es pensar que Dios puede decir sus mejores discursos por boca de los que
juzgamos torpes, inútiles o poco listos; es amar lo sencillo, lo sobrio y lo discreto, y
desconfiar de lo ampuloso, lo prepotente o lo deslumbrante; es cuidar la vida frágil:
la del embrión, la del agonizante, la del emigrante; es adorar con las cosas
elementales y con la gente que no cuenta; es creer con fe viva que en la Eucaristía
está Él.