¿LA MUERTE? ¡UNA LLAVE!
Padre Javier Leoz
1.- Día de todos los fieles difuntos. Soñamos rezando y pensamos rezando en ese
gran rascacielos eterno donde siempre hay una morada libre para el que cree y
espera en Dios. El día de Todos los Santos junto con Todos los Difuntos es un
perfecto acorde de dos celebraciones en una misma nota: la eternidad.
Con esa intencionalidad vivieron y se dejaron seducir por DIOS aquellos que fueron
fieles suyos en su trayectoria por la tierra y que murieron sin dar un paso atrás en
ese convencimiento: creo que al final, como al mismo Cristo, Dios me resucitará.
El camino, ese camino por el que preguntamos en más de una ocasión los nuevos
“Tomás”, nos fue señalado por aquellos que marcharon delante de nosotros (a
tiempo y destiempo, jóvenes o maduros).
2.- El día de Todos los Difuntos es un entrar en el corazón y en el alma para
escuchar, como si fuera la primera vez, “no perdáis la calma”.
Podemos perder la calma: cuando impotentes y preocupados asistimos
desanimados a las limitaciones de los espacios y de los tiempos donde vivimos.
Podemos perder la calma: cuando nos creemos eternamente estables,
indestructibles y ansiosos en esta tierra y entonces, la hermana muerte, llama a
nuestro orgullo recordándonos que –además de engreídos y estar equivocados-
somos existencialmente caducos.
Podemos perder la calma: cuando la FE se debilita y, en vez de vivirla como
apertura a Dios, nos cerramos en banda a toda posibilidad de salvación.
3.- En medio de todo, ese es el contrasentido, la muerte nos duele pero abre
delante de nosotros una realidad distinta. “La muerte es la llave de oro que abre el
palacio de la eternidad” (Milton).
Como cristianos sabemos, y lo manifestamos especialmente en este día, que la
muerte no tiene la última palabra. Que hay dentro de nosotros un embrión que
despuntará aun cerrando los ojos a este mundo. Desde esta orilla de la tierra unos
gritamos en medio de lágrimas ¡Ya se marchan! y, otros desde el otro lado cantan
gozosamente ¡Mirad…ya vienen!”
Hoy, como cristianos, nos sentimos especialmente sensibles con aquellos que
partieron. Lo hacemos, con lo mejor que tenemos: con nuestra oración sincera,
cuya fuerza, significado y valor sólo lo conoce Dios pero que, afecta de lleno, al
futuro feliz de los que nos han precedido.
4.- Seamos solidarios y agradecidos con tantos difuntos anónimos con los cuales
Dios posibilitó y facilitó nuestra vida y la fe de cada día. Y pidamos por aquellos que
fueron nuestros enemigos, que nos hicieron daño, porque como cristianos Dios
también nos movilizó al amor que es el perdón.
5.- SI TENÉIS FE
Recordad los momentos que juntos pasamos
pero, pedid a Dios,
que nos haga coincidir en la eternidad.
SI TENÉIS FE
No os dejéis seducir por el olvido
por la ingratitud y el paso del tiempo
Hoy, aun con los ojos cerrados,
quisiéramos permanecer vivos
en el latido de vuestros corazones
Pedid, a Dios, que mantenga despierto
vuestro gusto por el camino del cielo
SI TENÉIS FE
Guardad respeto a nuestra memoria
y, si existe un palmo de tierra libre
dejad que descansen nuestros restos
como testimonio de que, un día,
aquí y entre vosotros estuvimos vivos.
SI TENÉIS FE
No lloréis si, mañana, sin saber por qué,
guardáis de repente vuestro pañuelo.
No adornéis nuestra última morada con flores
si, a continuación, no van acompañadas
de sinceras y profundas oraciones.
Porque la flor, aun teniendo aroma,
desde este lado no se siente
Porque, la flor, siendo ornato
su belleza hasta el cielo no alcanza
Porque, la flor, de vez en cuando
esconde o disimula alguna que otra espina
que, en vida, se hizo excesivamente punzante
SI TENÉIS FE
Creed que, este compás de silencio,
es antesala de una gran sinfonía celeste
Creed que, este compás que nosotros ejecutamos,
es pregón de otro que también vosotros
daréis hoy, tarde, pronto o pasado mañana
Creed que, un Dios, es más grande que la muerte
Creed que, Cristo, la venció y la sometió
Creed que, más allá de esta muerte que nos separa
existe una inmensa plaza
que, antes o después, a todos abraza: la eternidad.
SI TENÉIS FE…
Llorad pero nunca dejéis de rezar por nosotros
Os esperamos