EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Lucas 14,12-14.
Después dijo al que lo había invitado: "Cuando des un almuerzo o una cena, no
invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no
sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa.
Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los
paralíticos, a los ciegos.
¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en
la resurrección de los justos!".
Comentario del Evangelio por :
Santa Teresa del Niño Jesús (1873-1897), carmelita descalza, doctora de
la Iglesia
Manuscrito autobiográfico C, 28 r°-v°
“Serás bienaventurado porque ellos no te pueden pagar”
He observado (y es muy natural) que las hermanas más santas son también las
[28rº] más queridas. Se busca su conversación, se les hacen favores sin que los
pidan… Por el contrario, a las almas imperfectas no se las busca; se las trata,
ciertamente, conforme a las reglas de la educación religiosa; pero, por miedo a
decirles alguna palabra menos delicada, se evita su compañía…
Y ésta es la conclusión que yo saco: en la recreación y en la licencia, debo buscar la
compañía de las hermanas que peor me caen y desempeñar con esas almas heridas
el oficio de buen samaritano.
Una palabra, una sonrisa amable, bastan muchas veces para alegrar a un alma
triste.
Pero no quiero en modo alguno practicar la caridad con este fin, pues sé muy bien
que pronto cedería al desaliento: una palabra dicha con la mejor intención puede
ser interpretada completamente al revés.
Por eso, para no perder el tiempo, quiero ser amable con todas [28vº] (y
especialmente con las hermanas menos amables) por agradar a Jesús y seguir el
consejo que él da en el Evangelio, poco más o menos en estos términos: “Cuando
des un banquete, no invites a tus parientes ni a tus amigos, porque corresponderán
invitándote y así quedarás pagado. Invita a pobres, cojos, paralíticos; dichoso tú,
porque no pueden pagarte: tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará”. ¿Y qué
banquete puede ofrecer una carmelita a sus hermanas sino un banquete espiritual
compuesto de caridad atenta y gozosa?
Yo no conozco ningún otro, y quiero imitar a san Pablo, que se alegraba con los
que estaban alegres. Es cierto que también lloraba con los tristes, y que las
lágrimas han de aparecer también algunas veces en el banquete que yo quiero
servir; pero siempre intentaré que al final esas lágrimas se conviertan en alegría,
pues el Señor ama a los que dan con alegría.
(Referencias Bíblicas: Lc 10,33; Lc 14,12-14; Mt 6,4-5; Rm 12,15; Jn 16,20;
2Co 9,7)
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”