Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 31, Miércoles
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Amar es cumplir la ley entera * Dichoso el que se apiada
y presta. * El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío
Textos para este día:
Romanos 13,8-10:
Hermanos: A nadie le debáis nada, más que amor; porque el que ama a su prójimo
tiene cumplido el resto de la ley. De hecho, el "no cometerás adulterio, no matarás,
no robarás, no envidiarás" y los demás mandamientos que haya, se resumen en
esta frase: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Uno que ama a su prójimo no
le hace daño; por eso amar es cumplir la ley entera.
Salmo 111:
Dichoso quien teme al Señor / y ama de corazón sus mandatos. / Su linaje será
poderoso en la tierra, / la descendencia del justo será bendita. R.
En las tinieblas brilla como una luz / el que es justo, clemente y compasivo. /
Dichoso el que se apiada y presta, / y administra rectamente sus asuntos. R.
Reparte limosna a los pobres; / su caridad es constante, sin falta, / y alzará la
frente con dignidad. R.
Lucas 14,25-33:
En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: "Si
alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a
sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser
discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío.
Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a
calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos
y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: "Este
hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar." ¿O qué rey, si va a dar
la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá
salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía
lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Lo mismo vosotros: el que no
renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío."
Homilía
Temas de las lecturas: Amar es cumplir la ley entera * Dichoso el que se apiada
y presta. * El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío
1. El Amor, Resumen de la Ley
1.1 Escribió hace más de 1500 años san Agustín:
"Ama, y haz lo que quieras.
Si callas, callarás con amor.
Si gritas, gritarás con amor.
Si corriges, corregirás con amor.
Si perdonas, perdonarás con amor.
Si está dentro de ti la raíz del amor,
ninguna otra cosa sino el bien
podrá salir de tal raíz."
Es un comentario completo a la primera lectura de la Misa de hoy.
1.2 En el siglo XX, la bienaventurada Teresa de Calcuta escribió:
"Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien;
Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi
comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda
atender;
Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro
amor misericordioso, imagen del tuyo."
1.3 Y san Mauro lo puso en verso:
"Desde que mi voluntad,
está a la tuya rendida
conozco yo la medida
de la mejor libertad.
Ven Señor y toma,
las riendas de mi vida
de tu mano me fío
y a tu mano me entrego
que es poco lo que me niego
si yo soy tuyo y vos mío
A fuerza de amor humano
me abraso en amor divino.
La santidad es camino
que va de mí a mi hermano
Me di sin tender la mano
para cobrar el favor
me di en salud y en dolor
a todos, y de tal suerte,
que me ha encontrado la muerte,
sin nada más que el amor."
2. Exigencias del Seguimiento de Cristo
2.1 Estas ternuras y ternezas del amor no deben, sin embargo, hacernos creer que
sea fácil o trivial vivir en el amor. El evangelio de hoy nos recuerda de modo agudo,
casi agresivo, las infinitas exigencias del amor, que no sabe darse todo sin pedirlo,
así como es verdad que nada pide sino entregándose.
2.2 El amor nos trae todos los derechos, según aprendimos en la primera lectura,
pero por todo ello pide un precio: nosotros mismos. No hay alternativa. La
alternativa sería no amar, que equivale a amar la muerte. Una vida sin ataduras,
una vida en absoluta independencia, es una vida desatada de la vida, es decir: un
monumento a la muerte.
2.3 Catalina de Siena llegó a decir que el alma estaba "hecha" de amor. No puede
dejar de amar sin morir. Pero al amar necesita desposeerse, arriesgarse, hacerse
vulnerable, entregarse. Entonces todo el tema de esta vida nuestra es ese: ¿por
qué o para quién va a ser la vida que vas a entregar? Y Cristo nos dice que en él,
que es Fuente de todo Amor, y en su Evangelio, que es Palabra Máxima sobre el
Amor, está el único lugar justo para poner esa carga cuasi divina que llevamos por
ser humanos y que se llama amor.
2.4 Así entendemos que su "exigencia" es en realidad una "bendición", pues al
llamarnos y acogernos Cristo está dando una ruta, --en realidad, la única y
verdadera ruta-- a nuestro propio ser de hombres o mujeres necesitados de amor y
de amar.