Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 31, Viernes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Ministro de Cristo Jesús para con los gentiles, para que la
ofrenda de los gentiles agrade a Dios * El Señor revela a las naciones su victoria. *
Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz
Textos para este día:
Romanos 15, 14-21:
Respecto a vosotros, hermanos, yo personalmente estoy convencido de que
rebosáis de buena voluntad y de que os sobra saber para aconsejaros unos a otros.
A pesar de eso, para traeros a la memoria lo que ya sabéis, os he escrito, a veces
propasándome un poco. Me da pie el don recibido de Dios, que me hace ministro de
Cristo Jesús para con los gentiles: mi acción sacra consiste en anunciar el Evangelio
de Dios, para que la ofrenda de los gentiles, consagrada por el Espíritu Santo,
agrade a Dios.
En Cristo Jesús estoy orgulloso de mi trabajo por Dios. Sería presunción hablar de
algo que no fuera lo que Cristo hace por mi medio para que los gentiles respondan
a la fe, con mis palabras y acciones, con la fuerza de señales y prodigios, con la
fuerza del Espíritu de Dios. Tanto, que en todas direcciones, a partir de Jerusalén y
llegando hasta la Iliria, lo he dejado todo lleno del Evangelio de Cristo. Eso sí, para
mí es cuestión de amor propio no anunciar el Evangelio más que donde no se ha
pronunciado aún el nombre de Cristo; en vez de construir sobre cimiento ajeno,
hago lo que dice la Escritura: "Los que no tenían noticia lo verán, los que no habían
oído hablar comprenderán."
Salmo 97:
Cantad al Señor un cántico nuevo, / porque ha hecho maravillas: / su diestra le ha
dado la victoria, / su santo brazo. R
El Señor da a conocer su victoria, / revela a las naciones su justicia: / se acordó de
su misericordia y su fidelidad / en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado / la victoria de nuestro Dios. / Aclamad al
Señor, tierra entera; / gritad, vitoread, tocad. R.
Lucas 16,1-8:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Un hombre rico tenía un
administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes. Entonces lo
llamó y le dijo: "¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu
gestión, porque quedas despedido."
El administrador se puso a echar sus cálculos: "¿Qué voy a hacer ahora que mi amo
me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya
sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre
quien me reciba en su casa." Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo
dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi amo?" Éste respondió: "Cien barriles de
aceite." Él le dijo: "Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta." Luego
dijo a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?" Él contestó: "Cien fanegas de trigo." Le dijo:
"Aquí está tu recibo, escribe ochenta." Y el amo felicitó al administrador injusto, por
la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más
astutos con su gente que los hijos de la luz."
Homilía
Temas de las lecturas: Ministro de Cristo Jesús para con los gentiles, para que la
ofrenda de los gentiles agrade a Dios * El Señor revela a las naciones su victoria. *
Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz
1. El Sacerdocio de Pablo
1.1 Quizá el único lugar donde Pablo habla de sí mismo como "sacerdote" es en el
pasaje de la Carta a los Romanos del día de hoy. Ello merece un comentario.
1.2 Los primeros cristianos no usaron mucho la palabra "sacerdote" para referirse a
aquellos que presidían sus comunidades y también sus celebraciones litúrgicas. Es
natural que haya sido así, porque aquellos seguidores de Cristo vivían en un
contexto judío o pagano o intermedio entre estos dos, y en cualquier caso la
terminología propia del sacerdocio resultaba equívoca: en el caso del judaísmo,
porque sacerdotes sólo eran algunos de la tribu de Leví, de modo que llamarse
sacerdote era devolverse al esquema de la Ley de Moisés o causar confusión en los
oyentes. Y en cuanto al mundo pagano, ¿quiénes eran los sacerdotes de aquellos
cultos idolátricos y qué hacían? Eran funcionarios del estado, más que otra cosa, y
sus oficios se limitaban a la repetición de algunos ritos completamente extraños a
las necesidades próximas de los demás ciudadanos. Nada de eso podía tener
sentido en el contexto cristiano.
1.3 Por eso, en el Nuevo Testamento, sólo encontraremos que se desarrolla el
pensamiento de Cristo como Sacerdote en la Carta a los Hebreos, y ello por una
razón muy específica: para ayudar a algunos que habían sido sacerdotes de la ley
mosaica ha asumir con entereza su nueva realidad de cristianos.
1.4 Según esto, hemos de decir que Pablo está aquí obrando con cierta "audacia",
pues ciertamente él no ignoraba en qué atmósfera iban a ser recibidas sus
palabras, cuando se refería a su "sacerdocio". Sin embargo, no se privó de hacerlo,
y así nos dejó un testimonio precioso tanto del talante de sus propias intenciones y
afectos, como de la esencia del ministerio del evangelizador.
1.5 La evangelización es sacerdotal, porque tiene una ofrenda, que son los
corazones convertidos; y tiene quién reciba esa ofrenda, que desde luego es Dios
mismo, de quien viene toda dádiva, y sobre todo este don excelso de la conversión.
No puede faltar entonces quien presente esa ofrenda, no para gloria suya sino para
honra de quien la merece, Dios. Y ese es el papel del verdadero evangelizador.
2. Un extraño ejemplo
2.1 Desde que era niño recuerdo la extrañeza que me despertaba este pasaje del
Evangelio que hemos escuchado hoy, porque es tan claro el proceder torcido de ese
administrador, que todos estaremos de acuerdo en que Jesús decididamente no
estaba proponiéndonos un ejemplo a seguir. Y entonces la pregunta es: ¿qué
pretendía al presentarnos esa comparación?
2.2 Para avanzar un poco en la comprensión del texto, es útil que salgamos de una
idea muy común pero que en realidad no tiene fundamento. Solemos pensar que
las parábolas son como "modelos" que Jesús nos está presentando, como si
quisiera decirnos: "hagan esto; ¿vieron lo que les mostré? ¡pórtense de esa
manera!". Jesucristo es un maestro de la palabra. Si quisiera decirnos: "sean
honrados, no sean malas personas...", o cosas parecidas, ¡pues nos lo diría, sin
más!
2.3 Así pues: en primer lugar, el objetivo de las parábolas no es simplemente
decirnos con imágenes y colores lo que podría decirnos con palabras; y en segundo
lugar, tampoco se trata de recordarnos los preceptos que ya estaban bien claros en
la Ley de Moisés.
2.4 La parábola no nos enseña simplemente con "lo que dice", sino que es un modo
de enseñarnos a ver nuestra propia realidad. En nuestro mundo real hay gente
tramposa, y hay momentos en que a los tramposos se les complica la vida. La
pregunta es: ¿podemos aprender algo de ahí? Desde la perspectiva de la Ley de
Moisés la respuesta sería moralista y directa: "¡Nada! ¡Sólo que al malvado debe
irle mal!". Pero esa respuesta, aparte de poner un muro entre los de la ley y los sin
ley, no nos ayuda mucho.
2.5 Cristo da un paso más: toma ese hecho, que en sí es lamentable, y lo convierte
en un lenguaje para provecho del reino. No quiere que nos detengamos en el
hecho, sino que aprendamos a mirar todo, incluso lo ordinario o tramposo del
mundo, y de allí saquemos enseñanzas para encontrarle la lógica, la belleza y la
verdad al mensaje del reino de Dios.