EL CONSUMISMO RELIGIOSO
Homilía monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas
para el 32º domingo durante el año
(10 de noviembre 2013)
Así como ocurría en la época de Jesús, actualmente también nos encontramos con una
invasión de propuestas religiosas que toman aspectos de la fe cristiana y los mezclan con
esoterismo, ocultismo, magia, pseudo-psicología, curandería y “ciencias alternativas”, y sin
problemas siguen denominándose cristianos o católicos.
El texto del Evangelio de este domingo (Lc. 20,27-38), nos habla sobre uno de los temas
centrales de nuestra fe: “La resurrecci￳n”. El Se￱or responde a los saduceos que la
negaban: “Que los muertos van a resucitar, Moisés lo ha dado a entender en el pasaje de la
zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.
Porque él no es un Dios de muertos, sino de vivientes. Todos en efecto viven para él”
(Lc.20,37-38).
El Beato Juan Pablo II en la carta “Novo Milennio Ineunte”, nos se￱ala la importancia de
contemplar el rostro de Cristo resucitado, en este inicio de milenio: “... esta contemplaci￳n
del rostro de Cristo no puede reducirse a su imagen de crucificado. ¡Él es el resucitado! Si
no fuese así, vana sería nuestra predicación y vana nuestra fe (1 Cor. 15,14)... Después de
dos mil años de estos acontecimientos, la Iglesia los vive como si hubieran sucedido hoy.
En el rostro de Cristo ella, su Esposa, contempla su tesoro y su alegría... La Iglesia animada
por esta experiencia, retoma hoy su camino para anunciar a Cristo al mundo, al inicio del
tercer milenio: “Él es el mismo ayer, hoy y siempre” (Hb. 13,8) (N.M.I. 28).
Con frecuencia nos encontramos con algunos que se manifiestan cristianos, pero por
desconocer la centralidad de la Resurrección en su fe, creen en la reencarnación o sea en
que su espíritu vivió en otras personas u otros seres vivientes, en diferentes épocas del
pasado y se encaminan a vivir otras vidas en el futuro. Sin darse cuenta que la
reencarnación no es compatible con la revelación cristiana y con la resurrección. Otros
erróneamente le ponen el nombre de ecumenismo o espíritu amplio a aceptar cualquier
propuesta supersticiosa o sincretista (mezcla de todo). El ecumenismo es un camino de
comunión muy importante, querido por Dios y que hemos iniciado los cristianos, que no
intenta una mera unificación mezclando todo, sino que busca la profundización de la verdad
y del misterio de Dios. Es uno de los grandes desafíos para los cristianos, pero también es
cierto que muchos confunden eclecticismo (mezcla de todo) con ecumenismo.
Hace algún tiempo la Comisión Episcopal de Fe y Cultura emitió un documento llamado
“Frente a la Nueva Era...” La lectura del mismo es importante porque aclara que este
fen￳meno cultural post moderno, se refiere a lo religioso pero “lo vacía de trascendencia” y
por lo tanto no cree en la vida eterna y menos en “la Resurrecci￳n”, tema que el Se￱or
subraya en el texto bíblico de este domingo. Dicho documento nos dice: “Como hemos
indicado la Nueva Era no se presenta propiamente como una religión, busca ponerse por
sobre las religiones, por sobre la división que significan los diversos credos, para profesar
el culto de la unidad. Se habla propiamente de técnicas de oraci￳n: de un “desarrollo
crístico”, de potenciar las “dimensiones espirituales” del hombre, de un cosmos donde la
“ley suprema es el Amor”. En el caso particular de nuestro país, sus difusores más
fervorosos se manifiestan públicamente y sin ningún reparo como católicos, y se alude
reiteradamente a figuras culturalmente distintivas de lo católico, como la Madre Teresa de
Calcuta o el mismo Santo Padre” (5). Todo esto provoca en el Pueblo de Dios confusi￳n e
interrogantes por poner todo en un paquete: la fe católica, los seres y astros extraterrestres,
las flores de Bach, la reencarnación, la invocación a entidades misteriosas, la adoración a la
diosa Gaia. Últimamente celebraciones ligadas a la brujería...
Los cristianos convencidos que Cristo es el Señor de la Historia, en Él encontramos todas
nuestras respuestas. El texto del Evangelio de este domingo nos habla sobre la resurrección,
al igual que la primera lectura del segundo libros de los Macabeos. La resurrección del
Señor es un tema central para los cristianos, que debe impregnar nuestra cotidianidad y
sostenernos en la esperanza. Por esta certeza sabemos, que aún en medio de tantas
incertidumbres y desorientación en nuestro tiempo, tenemos la seguridad, que tiene sentido
buscar caminos nuevos, la participación y el protagonismo comprometido en nuestra
historia, porque en definitiva la Vida triunfa sobre la muerte.
¡Un saludo cercano y hasta el próximo domingo!
Mons. Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas