Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 32, Lunes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres; el
espíritu del Señor llena la tierra * Guíame, Señor, por el camino eterno. * Si siete
veces en un día vuelve a decirte: "Lo siento", lo perdonarás
Textos para este día:
Sabiduría 1,1-7:
Amad la justicia, los que regís la tierra, pensad correctamente del Señor y buscadlo
con corazón entero. Lo encuentran los que no exigen pruebas, y se revela a los que
no desconfían. Los razonamientos retorcidos alejan de Dios, y su poder, sometido a
prueba, pone en evidencia a los necios. La sabiduría no entra en alma de mala ley
ni habita en cuerpo deudor del pecado. El espíritu educador y santo rehúye la
estratagema, levanta el campo ante los razonamientos sin sentido y se rinde ante
el asalto de la injusticia. La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres que no
deja impune al deslenguado; Dios penetra sus entrañas, vigila puntualmente su
corazón y escucha lo que dice su lengua. Porque el espíritu del Señor llena la tierra
y, como da consistencia al universo, no ignora ningún sonido.
Salmo 138:
Señor, tú me sondeas y me conoces; / me conoces cuando me siento o me levanto,
/ de lejos penetras mis pensamientos; / distingues mi camino y mi descanso. R.
Todas mis sendas te son familiares. / No ha llegado la palabra a mi lengua, / y ya,
Señor, te la sabes toda. / Me estrechas detrás y delante, / me cubres con tu palma.
/ Tanto saber me sobrepasa, / es sublime, y no lo abarco. R.
¿Adónde iré lejos de tu aliento, / adónde escaparé de tu mirada? / Si escalo el cielo,
allí estás tú; / si me acuesto en el abismo, allí te encuentro. R.
Si vuelo hasta el margen de la aurora, / si emigro hasta el confín del mar, / allí me
alcanzará tu izquierda, / me agarrará tu derecha. R.
Lucas 17, 1-6:
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Es inevitable que sucedan
escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos
pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo
arrojasen al mar. Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se
arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día y siete veces vuelve a
decirte: "Lo siento", lo perdonarás."
Los apóstoles le pidieron al Señor: "Auméntanos la fe." El Señor contestó: "Si
tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y
plántate en el mar." Y os obedecería."
Homilía
Temas de las lecturas: La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres; el
espíritu del Señor llena la tierra * Guíame, Señor, por el camino eterno. * Si siete
veces en un día vuelve a decirte: "Lo siento", lo perdonarás
1. Gobernar con Sabiduría
1.1 La Biblia invita en muchos lugares a buscar la sabiduría; hoy, sin embargo,
hace apremiante ese llamado para aquellos que tienen la posibilidad o la
responsabilidad del gobierno.
1.2 Esto llama la atención porque fácilmente tenemos la idea de que un político es
alguien que "ya sabe", y precisamente porque sabe, ha logrado subir, "escalar"
hasta llegar al lugar que tiene. El lugar de mando, por tanto, es visto como un
"logro" y como un "pago". La consecuencia es que, gobernar se vuelve un ejercicio
de astucia (para ganar poder) y de codicia (para acrecentar el propio pago).
1.3 La primera lectura de hoy ve las cosas de muy diverso modo. El gobernante, a
imagen del rey Salomón, debe ser ante todo y siempre un alumno, un discípulo de
la eterna sabiduría. Según este otro esquema, gobernar no es escalar, sino ser
elegido, invitado, ungido; gobernar no es disfrutar de un botín, sino recibir un
llamado a la pureza de intención y a la lucidez de mente.
2. Perdonar y Creer
2.1 Así provenga sólo de los azares del proceso redaccional de Lucas, es muy
ilustrativo en el evangelio de hoy la relación entre perdonar y creer. Uno como que
puede decir, después de oír el texto de hoy, que perdonar es un ejercicio de fe, y
que creer es el gran principio para llegara perdonar.
2.2 Y nada de ello suena descabellado: el que cree llega a conocer las dimensiones
del perdón divino, y ello, solamente ello, le faculta para dejarse invadir de la fuerza
maravillosa y restauradora del perdón que alcanza a los demás. Según esto, sin un
crecimiento en la fe es imposible un verdadero avance en el perdón.