EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
lunes 11 Noviembre 2013
Lunes de la trigésima segunda semana del tiempo ordinario
Libro de la Sabiduría 1,1-7.
Amen la justicia, ustedes, los que gobiernan la tierra, piensen rectamente acerca
del Señor y búsquenlo con sencillez de corazón.
Porque él se deja encontrar por los que no lo tientan, y se manifiesta a los que no
desconfían de él.
Los pensamientos tortuosos apartan de Dios, y el Poder puesto a prueba, confunde
a los insensatos.
La Sabiduría no entra en un alma que hace el mal ni habita en un cuerpo sometido
al pecado.
Porque el santo espíritu, el educador, huye de la falsedad, se aparta de los
razonamientos insensatos, y se siente rechazado cuando sobreviene la injusticia.
La Sabiduría es un espíritu amigo de los hombres, pero no dejará sin castigo las
palabras del blasfemo, porque Dios es el testigo de sus sentimientos, el observador
veraz de su corazón, y escucha todo lo que dice su lengua.
Porque el espíritu del Señor llena la tierra, y él, que mantiene unidas todas las
cosas, sabe todo lo que se dice.
Salmo 139(138),1-3.4-6.7-8.9-10.
Señor, tú me examinas y conoces,
sabes si me siento o me levanto,
tú conoces de lejos lo que pienso.
Ya esté caminando o en la cama me escudriñas,
eres testigo de todos mis pasos.
Aún no está en mi lengua la palabra
cuando ya tú, Señor, la conoces entera.
Me aprietas por detrás y por delante
y colocas tu mano sobre mí.
Me supera ese prodigio de saber,
son alturas que no puedo alcanzar.
¿A dónde iré lejos de tu espíritu,
a dónde huiré lejos de tu rostro?
Si escalo los cielos, tú allí estás,
si me acuesto entre los muertos,
allí también estás.
Si le pido las alas a la aurora
para irme a la otra orilla del mar,
también allá tu mano me conduce
y me tiene tomado tu derecha.
Evangelio según San Lucas 17,1-6.
Después dijo a sus discípulos: "Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de
aquel que los ocasiona!
Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar,
antes que escandalizar a uno de estos pequeños.
Por lo tanto, ¡tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente,
perdónalo.
Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: 'Me
arrepiento', perdónalo".
Los Apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe".
El respondió: "Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran
a esa morera que está ahí: 'Arráncate de raíz y plántate en el mar', ella les
obedecería.
Comentario del Evangelio por :
Papa Francisco
Audiencia general 29/05/2013 (trad. © copyright Librería Editrice
Vaticana)
Aumentar nuestra fe en la Iglesia
Hoy desearía empezar algunas catequesis sobre el misterio de la Iglesia, misterio
que todos nosotros vivimos y del que somos parte. Lo querría hacer con
expresiones bien presentes en los textos del Concilio Ecuménico Vaticano II.
Hoy la primera: la Iglesia como familia de Dios… La palabra misma “Iglesia”, del
griego ekklesia, significa “convocación”: Dios nos convoca, nos impulsa a salir del
individualismo, de la tendencia a encerrarse en uno mismo, y nos llama a formar
parte de su familia…
Todavía hay quien dice hoy: “Cristo sí, la Iglesia no”. Como los que dicen: “yo creo
en Dios, pero no en los sacerdotes”. Pero es precisamente la Iglesia la que nos lleva
a Cristo y nos lleva a Dios; la Iglesia es la gran familia de los hijos de Dios. Cierto,
también tiene aspectos humanos; en quienes la componen, pastores y fieles,
existen defectos, imperfecciones, pecados; también el Papa los tiene, y tiene
muchos, pero es bello que cuando nos damos cuenta de ser pecadores encontramos
la misericordia de Dios, que siempre nos perdona. No lo olvidemos: Dios siempre
perdona y nos recibe en su amor de perdón y de misericordia. Hay quien dice que
el pecado es una ofensa a Dios, pero también una oportunidad de humillación para
percatarse de que existe otra cosa más bella: la misericordia de Dios. Pensemos en
esto.
Preguntémonos hoy: ¿cuánto amo a la Iglesia? ¿Rezo por ella? ¿Me siento parte de
la familia de la Iglesia? ¿Qué hago para que sea una comunidad donde cada uno se
sienta acogido y comprendido, sienta la misericordia y el amor de Dios que renueva
la vida? La fe es un don y un acto que nos incumbe personalmente, pero Dios nos
llama a vivir juntos nuestra fe, como familia, como Iglesia.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”