EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Lucas 17,11-19.
Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea.
Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a
distancia
y empezaron a gritarle: "¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!".
Al verlos, Jesús les dijo: "Vayan a presentarse a los sacerdotes". Y en el camino
quedaron purificados.
Uno de ellos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios en voz
alta
y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un
samaritano.
Jesús le dijo entonces: "¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve,
¿dónde están?
¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?".
Y agregó: "Levántate y vete, tu fe te ha salvado".
Comentario del Evangelio por :
San Basilio Magno (c 330- 379), monje, obispo de Cesarea de Capadocia,
doctor de la Iglesia
Grandes Reglas monásticas
¿Dónde están los otros nueve?
Después de haber ofendido a nuestro Bienhechor por nuestra indiferencia ante las
muestras de su benevolencia, no hemos sido abandonados por la bondad del Señor
ni excluidos de su amor, antes bien, Nuestro Señor Jesucristo nos ha sacado de la
muerte y restituido a la vida. La manera de haber sido salvados es digno de una
admiración mayor todavía. “El cual, siendo de condición divina, no consideró como
presa codiciable es ser igual a Dios. Al contrario, se despojó de su grandeza, tomó
la condición de esclavo y se hizo semejante a los hombres.” (Fl 2, 6-7)
El tomó nuestra debilidad, cargó con nuestros dolores, fue muerto por nosotros
para salvarnos, sus heridos nos curaron. El nos ha rescatado de la maldición
haciéndose maldito por nosotros. Padeció la muerte más infame para conducirnos a
la vida de la gloria. Y no sólo restituyó la vida a los que yacían en la muerte, sino
que los revistió con la dignidad divina y les preparó en el descanso eterno una
felicidad que sobrepasa toda imaginación humana.
¿Cómo pagaremos, pues, al Señor todo lo que nos ha hecho? Es tan bueno que no
nos pide nada como recompensa de sus beneficios: se contenta con que le
amemos.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”