¡HASTA EL FINAL CON EL SEÑOR!
Padre Javier Leoz
Llegamos, con el próximo domingo en que contemplaremos a Jesús como
Rey, al final del año litúrgico y a la clausura del Año de la Fe que, el Papa
emérito abrió en octubre del año 2012 y que, el Papa Francisco, clausurará
el próximo día 24 de noviembre. El Año de la Fe, su clausura, no puede
tener mejor resumen y proyección: en Cristo Rey, con todo lo que ello
significa, está el fondo y el sustrato de nuestra fe. Luego, profesarla,
vivirla y testimoniarla será consecuencia de nuestro encuentro personal
con Él.
1.- Con San Pablo podemos concluir que, mientras no sucede la llegada de Cristo,
nos toca dar testimonio y trabajar para que el Señor, y su mensaje, sean
conocidos. Hagamos todo lo posible, como compromiso con el Año de la FE, para
que el evangelio sea más extendido en todos los rincones de nuestro mundo
El Papa Benedicto XVI en su corto pero intenso viaje apostólico a España nos dejó
la siguiente reflexión: “Dios tiene que volver a resonar bajo los cielos”. Para ello,
hoy más que nunca, es necesario presentar a Dios mismo como esa luz que ilumina
toda sombra y que indica con sabiduría el horizonte que al hombre espera. Nuestro
esfuerzo y creatividad, siempre sustentado todo en la inspiración del Espíritu Santo,
ha de ir precisamente en esa dirección: trabajar sin desmayo, sin pereza y con
entusiasmo hasta el día en el que Señor aparezca definitivamente. Y, el Papa
Francisco con su locuacidad siempre acertada, nos prevenía sobre una realidad que
atenaza frecuentemente a la Iglesia: no podemos conformarnos con ser católicos de
salón de estar.
2.- Como desde hace siglos, se sigue hablando si estamos en una etapa final de la
historia, del hombre y del mundo mismo. ¿Qué hacer? ¿Cómo reaccionar? ¿Hacia
dónde caminar? Las pistas nos las ofrece el evangelio de este día: “No hagáis caso”.
Estamos en la hora del testimonio. Nos toca, hoy más que nunca, separar la paja
del trigo, la auténtica fe de la religión a la carta. ¿Qué conlleva todo ello?
Incomprensión, persecuciones o incluso el intento sistemático de reducir lo religioso
al ámbito privado. ¿Vale la pena creer y esforzarse por el Reino de Dios? ¿Vendrá el
Señor a nuestro encuentro? ¿Seremos capaces de aguantar o de soportar las
arremetidas que, constantemente, brotan desde la visceralidad de algunas
ideologías dominantes? ¡Claro que sí! Recordemos aquello de aquella gota de agua,
que por su persistencia, fue capaz de romper con el paso de los años la firmeza de
una roca.
3.- Que el Señor nos acompañe en nuestro deseo de transformar el mundo y, de
prepararlo también, para que cuando El vuelva encuentre gente amándole,
siguiéndole y dando la cara por su Evangelio. ¿Lo intentamos?
Frente a una realidad, el hombre y el mundo acabarán, se nos recuerda algo que
nos llena de esperanza: Dios ofrece su salvación.
Que el Señor, a punto de culminar este Año de la Fe, nos ayude a dar más
consistencia a nuestras convicciones religiosas y, desde ahí, ser antorcha viva en
un mundo que dice tener todas luces encendidas cuando, en verdad, son pólvora de
un día.
4.- ¡HASTA QUE VUELVAS, SEÑOR!
¿Dónde está mi futuro personal?
Con mi FE, Señor, que esté en Ti
¿En dónde alcanzar la felicidad eterna?
Por mi FE, Señor, que la alcance en Ti
¿Dónde buscar rincones y estancias indestructibles?
¡Sólo Tú, Señor, tienes Palabras de vida eterna!
¡Sólo Tú, Señor, eres inmortal!
Danos la gracia, Señor, de perseverar
para hacer de nuestro mundo un racimo de amistad
Danos la audacia, Señor, de ser valientes
y que la tierra conozca tu poder y tu salvación
Para que, en este Año de la Fe,
lejos de ceder ante el camino fácil
emprendamos rutas, evangélicas y divinas,
para ofrecerte como manjar que nunca perece.
Danos la esperanza, Señor, que no defrauda
y podamos sembrar semillas de tu reino
allá donde, la violencia de un mundo inmisericorde
labra desasosiego, desconsuelo y falta de horizontes
Danos el entusiasmo, Señor, sin decaer en el camino
para llevar con alegría tu verdad y tú presencia
tu rostro y tu Palabra, tu amor y tus promesas
¡HASTA QUE VUELVAS, SEÑOR!
Haz que seamos decididos y vigilantes
Aventureros y heraldos de tus valores
Auténticos y comprometidos con tu causa.
Hasta que vuelvas, Señor
Hasta el final de todo, Señor
En este Año de la FE, Señor,
contigo, Señor
por Ti, Señor
para Ti, Señor