LOS MÁRTIRES DE LAS MISIONES
Homilía monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas
para el 33º domingo durante el año
(17 de noviembre 20132)
Este sábado 16 y domingo 17 estamos realizando nuestra 12º peregrinación a nuestro centro de
espiritualidad de “Loreto”. Como todos los a￱os este tercer domingo de noviembre a las 9,00hs
celebramos la Misa principal en memoria de nuestros Santos Mártires de las Misiones, San Roque
González de Santa Cruz, San Juan del Castillo y San Alonso Rodríguez, junto a nuestra Madre de
Loreto patrona de las Misiones. Aquí nos reunimos desde toda la región y Provincia, para
profundizar la memoria de la Evangelización, y renovamos nuestra fe para proyectarnos en el
ardor misionero en este inicio del siglo XXI.
Mucha gente durante meses prepara esta peregrinación expresando el compromiso evangelizador.
Aquí en Loreto llegan peregrinos caminando, en bicicletas, colectivos, en autos… para celebrar la
fe y la vida de tantos siglos de evangelización. Los peregrinos podrán visitar las reducciones, la
capilla de la Virgen donde esta nuestra Madre, la recuperación de los 1500 metros de la vía
procesional al Monte Calvario donde está el vía crucis bíblico y nuestro “Templo Mayor de los
Mártires”. Aquí están los restos de uno de los jesuitas protagonistas de las Misiones: el Padre
Antonio Ruiz de Montoya. En este lugar alimentamos nuestra espiritualidad y compromiso para
ser como Pueblo de Dios los testigos de nuestra Fe en Jesucristo en nuestro tiempo. Con esta
celebración masiva concluiremos el año de la Fe, dispuestos a vivir comprometidamente nuestra
condición de Discípulos y Misioneros.
En esta celebraci￳n en “Loreto” quiero reflexionar cuatro palabras que pueden ser importantes de
considerar especialmente en estos días. Ellas son las palabras “comuni￳n”, “alegría”, “misi￳n” y
“esperanza”. En realidad el realizar una profundizaci￳n de las mismas implicará el seguir
asumiendo el compromiso con el camino que estamos realizando en relación a nuestro primer
Sínodo diocesano y la aplicación del documento de Aparecida.
La primera palabra es “comuni￳n”. El Se￱or nos ense￱a que no seremos creíbles en el anuncio del
Reino si no buscamos amarnos los unos a los otros. Desde hace años venimos acentuando la
eclesiología de comunión y la necesidad de una mayor pastoral orgánica tan reclamada en nuestro
Sínodo. El encuentro en Loreto de todos los que peregrinamos como Diócesis, con las únicas
Misas durante esa mañana en el Centro de espiritualidad, expresará la comunión y el compromiso
de santidad y misión en nuestro tiempo. Nos reunimos como pueblo de Dios y nos
comprometeremos en la comunión y participación a asumir esta dimensión de la revelación
expresada en la eclesiología del Concilio Vaticano II.
Quizá la expresi￳n más apropiada sea “la alegría del Espíritu”. Tanto en Aparecida, como en
nuestro Sínodo hemos expresado la alegría del don de ser discípulos. Esta alegría del Espíritu en
general, o por lo menos muchas veces, es portadora de la cruz, de dolores y sufrimientos, y por la
fe se van convirtiendo en “Pascuas” que vivimos en nuestro coraz￳n. Podremos evangelizar si
estamos agradecidos por este don maravilloso y gratuito que hemos recibido de ser discípulos y
misioneros de Él.
La tercera palabra es “misi￳n”. Como se plantea en varias oportunidades en las orientaciones
pastorales retomando expresiones de Aparecida, necesitamos seguir asumiendo “la conversi￳n
pastoral y renovaci￳n misionera” de los agentes y estructuras de nuestras comunidades. La misi￳n
la entendemos no como un acontecimiento extraordinario, sino en la cotidianidad de nuestras
motivaciones, estructuras, metodología, lenguaje…
Finalmente quiero subrayar la palabra “esperanza”. Desde Loreto, celebramos la memoria,
agradecemos y ofrecemos el presente, nos proyectaremos en la esperanza, y nos
comprometeremos a ser testigos como lo fueron los Mártires de nuestras Misiones, los Santos
Roque, Juan y Alonso. A pesar de las persecuciones y dificultades de nuestro tiempo no
claudicamos porque tenemos la certeza de Jesucristo, el Señor, quien es nuestra esperanza.
Loreto, como nuestro centro de espiritualidad fue testigo de parte de nuestra historia. En este
inicio del siglo XXI seguimos transitando, y en Loreto decimos presente para seguir construyendo
el Reino de Dios”.
¡Un saludo cercano y hasta el próximo domingo!
Mons. Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas