Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Ciclo C, Tiempo Ordinario,
Domingo de la Semana No. 33
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Os iluminará un sol de justicia * El Señor llega para regir
los pueblos con rectitud. * El que no trabaja, que no coma * Con vuestra
perseverancia salvaréis vuestras almas
Textos para este día:
Malaquías 3, 19-20a:
Mirad que llega el día, ardiente como un horno: malvados y perversos serán la
paja, y los quemaré el día que ha de venir
-dice el Señor de los ejércitos-, y no quedará de ellos ni rama ni raíz.
Pero a los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud
en las alas.
Salmo 97:
Tañed la cítara para el Señor, suenen los instrumentos: con clarines y al son de
trompetas, aclamad al Rey y Señor. R.
Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan; aplaudan los ríos,
aclamen los montes al Señor, que llega para regir la tierra. R.
Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud. R.
2 Tesalonicenses 3, 7-12:
Hermanos: Ya sabéis cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: no vivimos entre
vosotros sin trabajar, nadie nos dio de balde el pan que comimos, sino que
trabajamos y nos cansamos día y noche, a fin de no ser carga para nadie.
No es que no tuviésemos derecho para hacerlo, pero quisimos daros un ejemplo
que imitar.
Cuando vivimos con vosotros os lo mandarnos: el que no trabaja, que no coma.
Porque nos hemos enterado de que algunos viven sin trabajar, muy ocupados en no
hacer nada.
Pues a esos les mandamos y recomendamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen
con tranquilidad para ganarse el pan.
Lucas 21, 5-19:
En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la
piedra y los exvotos. Jesús les dijo: "Esto que contempláis, llegará un día en que no
quedará piedra sobre piedra: todo será destruido."
Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que
todo eso está para suceder?"
Él contesto: "Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando
mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca; no vayáis tras
ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.
Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida."
Luego les dijo: "Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes
terremotos, y en diversos países epidemias y hambre.
Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.
Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las
sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por
causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio.
Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y
sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y
matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía.
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis
vuestras almas."