Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 33, Lunes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Una cólera terrible se abatió sobre Israel * Dame vida,
Señor, para que observe tus decretos. * ¿Qué quieres que haga por ti? Señor, que
vea otra vez
Textos para este día:
1 Macabeos 1,10-15.41-43.54-57.62-64:
En aquellos días, brotó un vástago perverso: Antíoco Epifanes, hijo del rey Antíoco.
Había estado en Roma como rehén, y subió al trono el año ciento treinta y siete de
laera seléucida. Por entonces hubo unos israelitas apóstatas que convencieron a
muchos: "¡Vamos a hacer un pacto con las naciones vecinas, pues, desde que nos
hemos aislado, nos han venido muchas desgracias!" Gustó la propuesta, y algunos
del pueblo se decidieron a ir al rey. El rey los autorizó a adoptar las costumbres
paganas, y entonces, acomodándose a los usos paganos, construyeron un gimnasio
en Jerusalén; disimularon la circuncisión, apostataron de la alianza santa,
emparentaron con los paganos y se vendieron para hacer el mal.
El rey Antíoco decretó la unidad nacional para todos sus súbditos de su imperio,
obligando a cada uno a abandonar su legislación particular. Todas las naciones
acataron la orden del rey, e incluso muchos israelitas adoptaron la religión oficial:
ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron el sábado. El día quince del mes de
Casleu del año ciento cuarenta y cinco, el rey mandó poner sobre el altar un ara
sacrílega, y fueron poniendo aras por todas las poblaciones judías del contorno:
quemaban incienso ante las puertas de las casas y en las plazas; los libros de la Ley
que encontraban, los rasgaban y los echaban al fuego, al que le encontraban en
casa un libro de la alianza y al que vivía de acuerdo con la Ley, lo ajusticiaban,
según el decreto real.
Pero hubo muchos israelitas que resistieron, haciendo el firme propósito de no
comer alimentos impuros; prefirieron la muerte antes que contaminarse con
aquellos alimentos y profanar la alianza santa. Y murieron. Una cólera terrible se
abatió sobre Israel.
Salmo 118:
Sentí indignación ante los malvados, / que abandonan tu voluntad. R.
Los lazos de los malvados me envuelven, / pero no olvido tu voluntad. R.
Líbrame de la opresión de los hombres, / y guardaré tus decretos. R.
Ya se acercan mis inicuos perseguidores, / están lejos de tu voluntad. R.
La justicia está lejos de los malvados, / que no buscan tus leyes. R.
Viendo a los renegados, sentía asco, / porque no guardan tus mandatos. R.
Lucas 18,35-43:
En aquel tiempo, cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al
borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era
aquello; y le explicaron: "Pasa Jesús Nazareno." Entonces gritó: "¡Jesús, hijo de
David, ten compasión de mí!" Los que iban delante le regañaban para que se
callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!" Jesús se
paró y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: "¿Qué quieres
que haga por ti?" Él dijo: "Señor, que vea otra vez." Jesús le contestó: "Recobra la
vista, tu fe te ha curado." En seguida recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios.
Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios.
Homilía
Temas de las lecturas: Una cólera terrible se abatió sobre Israel * Dame vida,
Señor, para que observe tus decretos. * ¿Qué quieres que haga por ti? Señor, que
vea otra vez
1. Tiempo del Fin, Tiempo de Mártires
1.1 La primera lectura de hoy nos invita a unir los tiempos decisivos del final con la
opción decisiva por Dios. Vendrán cosas difíciles, y entre ellas es posible que
muchos cristianos deban afrontar, una vez más, la posibilidad de entregar su vida
por la fe.
1.2 Los mártires, hombres y mujeres, han dejado rubricadas con su sangre los
caminos de la evangelización. Han mostrado con un valor que viene del Cielo a qué
Cielo esperaban entrar con ansia enamorada.
1.3 Juan Pablo II ha predicado muchas veces sobre este don máximo que es el
martirio. En un texto breve y elocuente, del 22 de julio de 1998, relaciona la vida
"normal" con la vida "martirial", bajo el sello de la acción de un mismo Espíritu.
1.4 " La presencia del Espíritu Santo obra una transformación que influye verdadera
e íntimamente en el hombre: es la gracia santificante o deificante, que eleva
nuestro ser y nuestro obrar, capacitándonos para vivir en relación con la santísima
Trinidad. Esto sucede a través de las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la
caridad, que adaptan las facultades del hombre a la participación de la naturaleza
divina (Catecismo de la Iglesia católica, n. 1.812).
1.5 "Así, con la fe, el creyente considera a Dios, a sus hermanos y la historia no
simplemente según la perspectiva de la razón, sino desde el punto de vista de la
revelación divina. Con la esperanza, el hombre contempla el futuro con certeza
confiada y activa, esperando contra toda esperanza (cf. Rm 4, 18), con la mirada
fija en la meta de la bienaventuranza eterna y de la realización plena del reino de
Dios. Con la caridad, el discípulo se esfuerza por amar a Dios con todo su corazón y
a los demás como el Señor Jesús nos amó, es decir, hasta la entrega total de sí."
2. "Sé que voy a Morir"
2.1 Un pastor protestante, Fernando Jiménez, predicó una vez sobre el sentido de
dar la vida, que es en últimas el resumen del martirio cristiano. Lo que sigue es de
él.
2.2 Hay preguntas que jamás tendrán respuesta. ¿Por qué no hice esto o aquello y
perdí esa oportunidad?¿Por qué no dije no a tiempo y me evite tantos
problemas?¿Por qué estudie esta carrera para darle gusto a mis padres y no la
profesión que verdaderamente quería? Pero hay una pregunta mucho más
importante, que quizá nunca podremos responder: ¿Por qué no ayudé a esa
persona que me necesitaba cuando tuve la oportunidad de hacerlo?
2.3 Esa respuesta sí pudo ofrecerla el médico epidemiólogo, Mattew Lukwiya horas
antes de morir, postrado en una fría cama del Hospital Santa María de Gulu, en el
norte de Uganda, un domingo en la madrugada. "Se que voy a morir, y espero que
sea el último..." fueron las últimas palabras que le escucharon las personas que
estuvieron a su lado.
2.4 Mettew falleció víctima del ébola, la enfermedad que combatió por espacio de
catorce meses. Lo contagió un paciente al que atendió días antes. El enfermo, en la
fase terminal, desesperado y en un ataque de nervios le escupió la cara. Y en
circunstancias así el contagio es inevitable. Lo condenó a morir.
2.5 Aunque creció en una aldea sumida en la miseria, se sobrepuso a la adversidad
y con esfuerzo concreto el sueño de estudiar medicina. En opinión de los
superiores, era un extraordinario profesional, y para sus amigos, un excelente
compañero. Su familia le consideraba un padre, esposo y amigo excepcional. Pero
murió. Y lo hizo sirviendo a los demás...