Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 33, Miércoles
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: El creador del universo os devolverá el aliento y la vida *
Al despertar, Señor, me saciaré de tu semblante. * ¿Por qué no pusiste mi dinero
en el banco?
Textos para este día:
2 Macabeos 7, 1.20-31:
En aquellos días, arrestaron a siete hermanos con su madre. El rey los hizo azotar
con látigos y nervios para forzarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la ley.
Pero ninguno más admirable y digno de recuerdo que la madre. Viendo morir a sus
siete hijos en el espacio de un día, lo soportó con entereza, esperando en el Señor.
Con noble actitud, uniendo un temple viril a la ternura femenina, fue animando a
cada uno, y les decía en su lengua: "Yo no sé cómo aparecisteis en mi seno; yo no
os di el aliento ni la vida, ni ordené los elementos vuestro organismo. Fue el
creador del universo, el que modela la raza humana y determina el origen de todo.
Él, con su misericordia, os devolverá el aliento y la vida, si ahora os sacrificáis por
la ley."
Antíoco creyó que la mujer lo despreciaba, y sospechó que lo estaba insultando.
Todavía quedaba el más pequeño, y el rey intentaba persuadirlo, no sólo con
palabras, sino que le juraba que si renegaba de sus tradiciones lo haría rico y feliz,
lo tendría por amigo y le daría algún cargo. Pero como el muchacho no hacía
ningún caso, el rey llamó a la madre y le rogaba que aconsejase al chiquillo para su
bien. Tanto le insistió, que la madre accedió a persuadir al hijo; se inclinó hacia él
y, riéndose del cruel tirano, habló así en su idioma: "Hijo mío, ten piedad de mí,
que te llevé nueve meses en el seno, te amamanté y crié tres años y te he
alimentado hasta que te has hecho un joven. Hijo mío, te lo suplico, mira el cielo y
la tierra, fíjate en todo lo que contiene y verás que Dios lo creó todo de la nada, y
el mismo origen tiene el hombre. No temas a ese verdugo, no desmerezcas de tus
hermanos y acepta la muerte. Así, por la misericordia de Dios, te recobraré junto
con ellos."
Estaba todavía hablando, cuando el muchacho dijo: "¿Qué esperáis? No me someto
al decreto real. Yo obedezco los preceptos de la ley dada a nuestros antepasados
por medio de Moisés. Pero tú, que has tramado toda clase de crímenes contra los
hebreos, no escaparás de las manos de Dios."
Salmo 16:
Señor, escucha mi apelación, / atiende a mis clamores, / presta oído a mi súplica, /
que en mis labios no hay engaño. R.
Mis pies estuvieron firmes en tus caminos, / y no vacilaron mis pasos. / Yo te
invoco porque tú me respondes, Dios mío; / inclina el oído y escucha mis palabras.
R.
Guárdame como a las niñas de tus ojos, / a la sombra de tus alas escóndeme. /
Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia, / y al despertar me saciaré de tu
semblante. R.
Lucas 19,11-28:
En aquel tiempo, dijo Jesús una parábola; el motivo era que estaba cerca de
Jerusalén, y se pensaban que el reino de Dios iba a despuntar de un momento a
otro. Dijo, pues: "Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el
título de rey, y volver después. Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez
onzas de oro, diciéndoles: "Negociad mientras vuelvo."
Sus conciudadanos, que le aborrecían, enviaron tras él una embajada para
informar: "No queremos que él sea nuestro rey." Cuando volvió con el título real,
mandó llamar a los empleados a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo
que había ganado cada uno. El primero se presentó y dijo: "Señor, tu onza ha
producido diez." Él le contestó: "Muy bien, eres un empleado cumplidor; como has
sido fiel en una minucia, tendrás autoridad sobre diez ciudades." El segundo llegó y
dijo: "Tu onza, señor, ha producido cinco." A ése le dijo también: "Pues toma tú el
mando de cinco ciudades." El otro llegó y dijo: "Señor, aquí está tu onza; la he
tenido guardada en el pañuelo; te tenía miedo, porque eres un hombre exigente,
que reclamas lo que no prestas y siegas lo que no siembras." Él le contestó: "Por tu
boca te condeno, empleado holgazán. ¿Conque sabías que soy exigente, que
reclamo lo que no presto y siego lo que no siembro? Pues, ¿por qué no pusiste mi
dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses."
Entonces dijo a los presentes: "Quitadle a éste la onza y dádsela al que tiene diez."
Le replicaron: "Señor, si ya tiene diez onzas." "Os digo: 'Al que tiene se le dará,
pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.' Y a esos enemigos míos, que
no me querían por rey, traedlos acá y degolladlos en mi presencia."" Dicho esto,
echó a andar delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.
Homilía
Temas de las lecturas: El creador del universo os devolverá el aliento y la vida *
Al despertar, Señor, me saciaré de tu semblante. * ¿Por qué no pusiste mi dinero
en el banco?
1. La Historia de un Espantoso Martirio
1.1 La primera lectura nos deja ver el rostro impresionante de la fe en momentos
de máxima prueba. Es una hora de confrontación total: un poder altivo, en este
caso el de Antíoco Epífanes, y unos muchachos inconmovibles en su fe, y además
soportados por la palabra de una creyente fenomenal: la propia madre.
1.2 El mensaje se pude resumir en una frase, tomada del salmo 63: "tu gracia vale
más que la vida". La peor amenaza del peor de los tiranos será siempre: "te voy a
torturar hasta matarte". Cuando una persona encuentra una razón y una fuerza
para sobreponerse a esa suprema intimidación, ya no se le puede hacer nada más.
Se ha vuelto invencible. Despedazarás su cuerpo, pero no su resolución. Y eso, en
el fondo, te convierte en un perdedor.
1.3 Esta es la lógica maravillosa de los mártires, la lógica que hizo posible, unos
pocos siglos después de estos Macabeos que hoy admiranmos, que una horda de
pobres despreciados —los cristianos— resultara más fuerte que el Imperio Romano
con todas sus huestes.
2. Aprovecha tu Tiempo
2.1 El evangelio de hoy nos invita a aprovechar con seriedad el tiempo y cada don
que nos da el Señor. Démonos cuenta que llenamos de tantas disculpas la vida que
no queda espacio para las obras buenas. Si el tiempo que gastamos en inventar
disculpas lo invirtiéramos en hacer las cosas, no tendríamos seguramente que
disculparnos.
2.2 San Josemaría Escrivá de Balaguer abundó en predicación y testimonios sobre
las virtudes propias de quien aprovecha el tiempo y las circunstancias, y va
adelante con la obra de Dios. Las frases que siguen son suyas y nos sirven a todos.
2.3 He leído un proverbio muy popular en algunos países: "el mundo es de Dios,
pero Dios lo alquila a los valientes", y me ha hecho reflexionar. - ¿A qué esperas?
2.4 Me dirás, quizá: ¿y por qué habría de esforzarme? No te contesto yo, sino San
Pablo: el amor de Cristo nos urge.
2.5 Cuando remuerde la conciencia, por haber dejado de realizar una cosa buena,
es señal de que el Señor quería que no la omitiéramos. - Efectivamente. Además,
ten por cierto que "podías" haberla hecho, con la gracia de Dios.
2.6 Toda la vida del Señor me enamora. Tengo, además una debilidad particular
por sus treinta años de existencia oculta en Belén, en Egipto y en Nazaret. Ese
tiempo -largo-, del que apenas se habla en el Evangelio, aparece desprovisto de
significado propio a los ojos de quien lo considera con superficialidad. Y, sin
embargo, siempre he sostenido que ese silencio sobre la biografía del Maestro es
bien elocuente, y encierra lecciones de maravilla para los cristianos. Fueron años
intensos de trabajo y de oración, en los que Jesucristo llevó una vida corriente -
como la nuestra, si queremos-, divina y humana a la vez; en aquel sencillo e
ignorado taller de artesano, como después ante la muchedumbre todo lo cumplió a
la perfección.