EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Lucas 21,5-11.
Y como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas
piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo:
"De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo
será destruido".
Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de
que va a suceder?".
Jesús respondió: "Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se
presentarán en mi Nombre, diciendo: 'Soy yo', y también: 'El tiempo está cerca'.
No los sigan.
Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que
esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin".
Después les dijo: "Se levantará nación contra nación y reino contra reino.
Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también
fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo.
Comentario del Evangelio por
Papa Francisco
Audiencia general del 26/06/2013 (trad. © copyright Libreria Editrice
Vaticana)
“Destruid este templo y en tres días lo levantaré… él hablaba del templo de
su cuerpo”
El antiguo Templo estaba edificado por las manos de los hombres: se quería “dar
una casa” a Dios para tener un signo visible de su presencia en medio del pueblo.
Con la Encarnación del Hijo de Dios, se cumple la profecía de Natán al rey David
(cf. 2 Sam 7, 1-29): no es el rey, no somos nosotros quienes “damos una casa a
Dios”, sino que es Dios mismo quien “construye su casa” para venir a habitar entre
nosotros, como escribe san Juan en su Evangelio (cf. 1, 14). Cristo es el Templo
viviente del Padre, y Cristo mismo edifica su “casa espiritual”, la Iglesia, hecha no
de piedras materiales, sino de “piedras vivientes” (1P 2,5), que somos nosotros.
El Apóstol Pablo dice a los cristianos de Éfeso: “Estáis edificados sobre el
cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular.
Por Él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantado hasta formar un templo
consagrado al Señor. Por Él también vosotros entráis con ellos en la construcción,
para ser morada de Dios, por el Espíritu” (Ef 2, 20-22). ¡Esto es algo bello!
Nosotros somos las piedras vivas del edificio de Dios, unidas profundamente a
Cristo, que es la piedra de sustentación, y también de sustentación entre nosotros.
¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que el templo somos nosotros, nosotros somos
la Iglesia viviente, el templo viviente, y cuando estamos juntos entre nosotros está
también el Espíritu Santo, que nos ayuda a crecer como Iglesia.
Nosotros no estamos aislados, sino que somos pueblo de Dios: ¡ésta es la
Iglesia!...
Desearía entonces que nos preguntáramos: ¿cómo vivimos nuestro ser Iglesia?
¿Somos piedras vivas o somos, por así decirlo, piedras cansadas, aburridas,
indiferentes? ¿Habéis visto qué feo es ver a un cristiano cansado, aburrido,
indiferente? Un cristiano así no funciona; el cristiano debe ser vivo, alegre de ser
cristiano; debe vivir esta belleza de formar parte del pueblo de Dios que es la
Iglesia.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”