Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Ciclo C, Tiempo Ordinario,
Domingo de la Semana No. 34
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Ungieron a David como rey de Israel * Vamos alegres a la
casa del Señor. * Nos ha trasladado al reino de su Hijo querido * Señor, acuérdate
de mí cuando llegues a tu reino
Textos para este día:
2 Samuel 5, 1-3:
En aquellos días, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David y le
dijeron: "Hueso tuyo y carne tuya somos; ya hace tiempo, cuando todavía Saúl era
nuestro rey, eras tú quien dirigías las entradas y salidas de Israel. Además el Señor
te ha prometido: "Tú serás el pastor de mi pueblo Israel, tú serás el jefe de
Israel.""
Todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver al rey, y el rey David hizo con
ellos un pacto en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos ungieron a David como
rey de Israel.
Salmo 121, 1-2. 4-5:
¡Qué alegría cuando me dijeron:
"Vamos a la casa del Señor"!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R.
Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar
el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David.
R.
Colosenses 1, 12-20:
Hermanos: Damos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir la
herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su
Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los
pecados.
Él es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de
él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos,
Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.
Lucas 23, 35-43:
En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo: "A otros ha
salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido." Se
burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: "Si eres tú el
rey de los judíos, sálvate a ti mismo." Había encima un letrero en escritura griega,
latina y hebrea: "Éste es el rey de los judíos." Uno de los malhechores crucificados
lo insultaba, diciendo: "¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros."
Pero el otro lo increpaba: "¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo
suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibirnos el pago de lo que hicimos; en
cambio, éste no ha faltado en nada." Y decía: "Jesús, acuérdate de mí cuando
llegues a tu reino." Jesús le respondió: "Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el
paraíso."
Homilía
Temas de las lecturas: Ungieron a David como rey de Israel * Vamos alegres a la
casa del Señor. * Nos ha trasladado al reino de su Hijo querido * Señor, acuérdate
de mí cuando llegues a tu reino
1. Riqueza de un Misterio
1.1 Las lecturas de hoy nos ofrecen como tres ángulos de mirada distintos a Cristo
como Rey. En la primera lectura, él es el nuevo rey David; en la segunda, es el
primero en la creación y cabeza de la Iglesia; en el evangelio, es el rey compasivo y
poderoso a la vez, que padece la muerte y a la vez la vence.
1.2 Las lecturas de hoy son las propias de este año litúrgico, que para los domingos
ha estado bajo la guía de San Lucas. Es interesante notar que para esta misma
fiesta hay distintas lecturas en cada uno de los otros ciclos dominicales, lo cual
significa que en la Iglesia Católica celebramos a Cristo como Rey con una singular
abundancia de Palabra de Dios.
2. Un Nuevo Rey David
2.1 La primera lectura evoca la figura grande y fascinante del rey David. En efecto,
fue durante el reinado de David cuando los hebreos experimentaron de manera
más tangible a Dios en medio de su pueblo. Es decir: el reinado de David vino a ser
como una imagen de qué significa reinar sin quitarle el reinado de Dios. David era
el rey pero los bienes que el pueblo recibió en aquellos años hacían sentir a todos
que Dios estaba guiando, defendiendo y fortaleciendo a los suyos.
2.2 El rey David es el "rey-pastor." Habiendo sido él mismo pastor de ovejas en su
temprana juventud, David conoció que significa guiar al rebaño pero también qué
quiere decir poner la vida por el rebaño o buscar los mejores pastos y las aguas
más limpias. La enseñanza de esto es que hay dos maneras de gobernar: hay unos
que gobiernan para sí mismos, preocupándose de su gloria, su fama, sus riquezas,
su bienestar y nada más. Hay en cambio otros, como David, que tienen por norma
gobernar cuidando de los que gobiernan. Y tal es el reinado de Cristo: nuestro rey
de hecho ha dado su vida por nosotros.
3. Cristo, Primero entre Todos
3.1 También en la segunda lectura el reinado de Cristo queda caracterizado por su
manera de entregarse por nosotros, pues "por su sangre recibimos la redención, el
perdón de los pecados." Sin embargo, un tema nuevo aparece: Cristo, "el primero."
3.2 La idea es que Cristo no empieza a ser rey por su triunfo en la Cruz sino que de
hecho por él y para él han sido creadas todas las cosas. Cómo llego Pablo a esta
conclusión tan profunda y general es cosa que no sabemos al detalle pero es
posible sugerir un camino que sirve para que también nosotros reconozcamos la
amplitud del reinado del Señor.
3.3 Lo que nosotros conocemos más inmediatamente es la obra redentora de
Cristo. Al encuentro con él descubrimos que nuestras vidas pueden ser levantadas,
limpiadas, embellecidas y sanadas por el amor desbordante de Dios manifiesto en
Cristo Jesús. Descubrimos también que esa belleza y salud que recobran nuestras
almas no es otra cosa sino el plan original de Dios, y entonces entendemos que la
vida en Cristo no es un plan subsidiario o de emergencia sino que así nos quiso Dios
desde siempre: en él. Así pues, Cristo es el primero.
4. Vencido y Vencedor
4.1 La pregunta que le hacen los enemigos a Cristo nos ayuda también a penetrar
el sentido de su reinado. No parece muy poderoso este rey que queda en manos de
sus adversarios, que bien se ve cuánto lo odian. Y sin embargo, tal es su modo de
reinar: poniendo su vida, como el pastor por sus ovejas. En la Cruz, eso de "dar la
vida" deja de ser una metáfora bonita y se convierte en una viva y vivificante
realidad.
4.2 La nota característica, pues, de este rey nuestro es que no puede salvarse a sí
mismo, ocupado como está en salvarnos a nosotros. Un amor así tiene el poder
suficiente para reventar las cadenas que nos amarraban al pecado y querían
conducirnos a la muerte.