“REINO DE JUSTICIA, AMOR Y PAZ”
Carta monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas
en la solemnidad de Cristo Rey (24 de noviembre de 2013)
Al finalizar el año litúrgico y empezar a prepararnos durante el adviento para celebrar el nacimiento
del Señor, en la Navidad, quiero enviar a todas las comunidades de la Diócesis una especial
felicitación y agradecimiento por el fervor en la fe demostrado en la peregrinación diocesana a
Loreto.
El domingo 17 de noviembre pasado fue un momento fuerte, donde nos reunimos como pueblo de
Dios. La alegría de nuestros Jóvenes, de tantas familias en una peregrinación de miles de personas, a
pié, en bicicletas, colectivos, autos y motos… Fue una verdadera expresión de la fe de nuestro pueblo.
Agradezco a los medios de comunicación que hicieron presente Loreto en la Provincia. Quiero
agradecer especialmente a los sacerdotes, diáconos, consagrados, seminaristas, que acompañaron a las
comunidades, en ellos encontramos verdaderos animadores de nuestra evangelización. Todo esto nos
señala buenos augurios, para introducirnos en la cotidianidad de la evangelización del discipulado y la
misión.
En Loreto manifestamos que queremos ser los evangelizadores de los próximos meses y años, con
una fe encendida en el compromiso de una Iglesia que quiere amar y ponerlo a Jesucristo, Rey del
Universo en el centro de nuestra historia en Misiones y en nuestra Patria. Que estamos dispuestos a
avanzar en “la conversi￳n pastoral y renovaci￳n misionera” de nuestros agentes pastorales y
estructuras de nuestras comunidades. En Loreto quedó claro que aún en medio de las dificultades no
bajaremos los brazos y estamos dispuestos en la Esperanza a evangelizar en este inicio del siglo XXI.
Subrayo que este domingo celebramos a “Nuestro Se￱or Jesucristo, Rey del Universo”, y desde el
próximo domingo empezaremos a prepararnos para celebrar la Navidad, el nacimiento de Jesús y lo
haremos durante varias semanas en el llamado tiempo de Adviento.
Esta celebraci￳n de “Cristo Rey puede confundir a varios, asociando esta denominación con un mero
poder temporal o bien la fastuocidad de algunos reyes contemporáneos. Tampoco en la época de Jesús
entendían demasiado que tipo de reinado tenía Jesús y como era su Reino. Pilato en el Evangelio de
este domingo (Jn. 18,33b-37), expresa lo confundido que estaba sobre la realeza que tenía el Señor:
“Pilato le dijo: ¿Entonces tu eres Rey? Jesús respondi￳: tú lo dices. Yo soy Rey” (Jn. 18,37). De todas
maneras el Señor explica a Pilato, algo que seguramente por su alejamiento de Dios y ceguera, éste no
podía comprender: “Mi realeza no es de este mundo…” (Jn. 18,35).
No es fácil captar “el núcleo” del cristianismo. La peque￱ez, como camino a la grandeza del espíritu,
el tener alma de pobre, para pertenecer al reino, el morir para vivir en la condición de Hijos de Dios y
acceder a la vida eterna. Esto exige la fe para comprenderlo y dicha comprensión se hace más difícil
en un contexto muchas veces plagado de propuestas excesivamente materialistas y sin valores, donde
la verdad se desdibuja por el individualismo y relativismo, sin percibir que sin algunos valores como
la vida, la solidaridad, la familia… será muy difícil generar un tiempo mejor. ¿Es posible tener
esperanza y creer que podremos construir una cultura con valores? No dudamos en responder que sí,
que es posible. La gracia de Dios obra en todos lados, donde quiere, y esto lo demuestra el testimonio
de tantos hermanos y hermanas del pasado y del presente.
El Evangelio de este domingo nos muestra la figura de Pilato confundido por donde pasaba el reinado
de Jesús y cuál era su mensaje. Nuestro tiempo necesita que los cristianos podamos tener simplicidad
de coraz￳n para comprender y anunciar este Reino de Jesús “el reino de la verdad y la vida, de la
santidad y la gracia, el reino de la justicia, el amor y la paz”.
¡Un saludo cercano y hasta el próximo domingo!
Mons. Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas