Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 34, Jueves
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Dios envió su ángel a cerrar las fauces de los leones *
Ensalzadlo con himnos por los siglos. * Jerusalén será pisoteada por los gentiles,
hasta que a los gentiles les llegue su hora
Textos para este día:
Daniel 6,12-28:
En aquellos días, unos hombres espiaron a Daniel y lo sorprendieron orando y
suplicando a su Dios. Entonces fueron a decirle al rey: "Majestad, ¿no has firmado
tú un decreto que prohíbe hacer oración, durante treinta días, a cualquier dios o
cualquier hombre fuera de ti, bajo pena de ser arrojado al foso de los leones?" El
rey contestó: "El decreto está en vigor, como ley irrevocable de medos y persas."
Ellos le replicaron: "Pues Daniel, uno de los deportados de Judea, no te obedece a
ti, majestad, ni al decreto que has firmado, sino que tres veces al día hace oración
a su Dios."
Al oírlo, el rey, todo sofocado, se puso a pensar la manera de salvar a Daniel, y
hasta la puesta del sol hizo lo imposible por librarlo. Pero aquellos hombres le
urgían, diciéndole: "Majestad, sabes que, según la ley de medos y persas, un
decreto o edicto real es válido e irrevocable." Entonces el rey mandó traer a Daniel
y echarlo al foso de los leones. El rey dijo a Daniel: "¡Que te salve ese Dios a quien
tú veneras tan fielmente!" Trajeron una piedra, taparon con ella la boca del foso, y
el rey la selló con su sello y con el de sus nobles, para que nadie pudiese modificar
la sentencia dada contra Daniel. Luego el rey volvió a palacio, pasó la noche en
ayunas, sin mujeres y sin poder dormir. Madrugó y fue corriendo al foso de los
leones. Se acercó al foso y gritó afligido: "¡Daniel, siervo del Dios vivo! ¿Ha podido
salvarte de los leones ese Dios a quien veneras tan fielmente?" Daniel le contestó:
"¡Viva siempre el rey! Mi Dios envió su ángel a cerrar las fauces de los leones, y no
me han hecho nada, porque ante él soy inocente, como tampoco he hecho nada
contra ti."
El rey se alegró mucho y mandó que sacaran a Daniel del foso. Al sacarlo, no tenía
ni un rasguño, porque había confiado en su Dios. Luego mandó el rey traer a los
que habían calumniado a Daniel y arrojarlos al foso de los leones con sus hijos y
esposas. No habían llegado al suelo, y ya los leones los habían atrapado y
despedazado. Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas
de la tierra: "¡Paz y bienestar! Ordeno y mando que en mi imperio todos respeten y
teman al Dios de Daniel. Él es el Dios vivo que permanece siempre. Su reino no
será destruido, su imperio dura hasta el fin. Él salva y libra, hace signos y prodigios
en el cielo y en la tierra. Él salvó a Daniel de los leones."
Daniel 3,68-74:
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor. R.
Témpanos y hielos, bendecid al Señor. R.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor. R.
Noche y día, bendecid al Señor. R.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor. R.
Rayos y nubes, bendecid al Señor. R.
Bendiga la tierra al Señor. R.
Lucas 21,20-28:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando veáis a Jerusalén sitiada por
ejércitos, sabed que está cerca su destrucción. Entonces, los que estén en Judea,
que huyan a la sierra; los que estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el
campo, que no entren en la ciudad; porque serán días de venganza en que se
cumplirá todo lo que está escrito. ¡Ay de las que estén encinta o criando en
aquellos días! Porque habrá angustia tremenda en esta tierra y un castigo para este
pueblo. Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones,
Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su
hora.
Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes,
enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin
aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues
los astros se tambalearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube,
con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la
cabeza: se acerca vuestra liberación."
Homilía
Temas de las lecturas: Dios envió su ángel a cerrar las fauces de los leones *
Ensalzadlo con himnos por los siglos. * Jerusalén será pisoteada por los gentiles,
hasta que a los gentiles les llegue su hora
1. Daniel en el Foso
1.1 ¡Nos impacta tanto en la primera lectura la imagen de Daniel, honesto y
perseguido, rodeado de peligros y sin embargo a salvo! Todo se reúne para hacer
de este uno de esos relatos que, una vez escuchados, sencillamente no podemos
olvidar: la tensión de una noche de pesadilla que se convierte en una alborada de
gozo; la dulce sensación de ver triunfar el bien y de descubrir que hay un límite
para la iniquidad de los malvados; la actitud serena pero tan digna de este hombre
condenado en su inocencia, que sin embargo no se rinde a los poderes de la tierra
sino que se abandona en las manos del rey de los Cielos...
1.2 Yo quisiera destacar hoy, sin embargo, un rasgo aparentemente menor de este
relato magnífico. Hay en él una denuncia sutil pero muy aguda del poder de
aquellos reyes que se endiosan a sí mismos. Es el caso que este gran rey, Darío,
supuestamente el más poderoso hombre de aquella época, resulta obligado a
condenar a alguien de cuya inocencia está convencido. Es casi cómica después la
imagen de este poderoso señor incapaz de conciliar el sueño, porque ha obrado en
contra de sí mismo. Y luego su júbilo por la victoria de Daniel no es sino el
reconocimiento de su descanso al ver que hubo uno más grande, Dios, que sí fue
capaz de salvar a sus amigos.
2. Hora de Combate, Hora de Liberación
2.1 El cuadro abigarrado y dramático del evangelio de hoy puede confundirnos.
Podríamos sentir que la crueldad de aquellas horas últimas hace incierto el
desenlace de nuestra propia historia. Mas la intención de Cristo es claramente
opuesta a esa incertidumbre: él pretende, por el contrario, mostrar cómo, aunque
se agiten y convulsionen cielos y tierra, esas horas finales de combate son también
las horas iniciales de nuestra verdadera liberación. El texto, pues, nos habla de un
final pero también de un comienzo. Y la idea es: "aunque todo parezca acabar, no
será así para ti, si tienes puesta tu fe en el que nunca termina."
2.2 En otro sentido, es claro que hay aquí una enseñanza con respecto a Jerusalén.
La consigna es: "¡apártate del epicentro de la catástrofe!" A Jerusalén le ha llegado
su hora, y hay un momento en el que no tiene más sentido pretender sostener lo
que se derrumba; es preciso saber dejar atrás un pasado que no volverá, una gloria
que tuvo su época pero que renegó de su propia vocación.
2.3 ¿Se ha cumplido ya todo esto por el hecho de que Jerusalén cayó en el año 70
de nuestra era y fue pisoteada? Hay quienes entienden que sí; otros piensan que
hay un significado permanente en este texto, un algo que va más allá del siglo I de
nuestra era. Lo cierto es que, aunque nosotros no estemos exactamente en esa
situación, porque desde luego la mayoría de los cristianos estarán o estaremos muy
lejos de una Jerusalén física cuando esto suceda en su consumación última, todos
tenemos un algo que dejar, un algo que abandonar y por eso necesitamos una
conciencia ágil y un corazón libre y dispuesto a partir. Si Cristo dice que se acerca
nuestra liberación y nos aferramos a lo que ya no será, querría decir que
preferimos nuestras esclavitudes a su libertad.