Ánimo, no teman
Trescientas sesenta y cinco veces está en la Palabra de Dios la expresi￳n “No teman”.
Es un Dios amoroso que se acerca a nuestras vidas ayudando a levantar aquella carga
existencial que nos derrumba y, como poniendo las manos al hombro, nos va
susurrando: “Ánimo, no tengan miedo, levanten sus cabezas, soy Yo”, dice el Se￱or.
El siglo XXI parece ser el “siglo del miedo”. ¿Por qué tanto miedo? Las crisis se
suceden unas a otras y dejan secuelas de pánico, dolor, hambre, incertidumbre. Isaías
viene a alentar nuestro espíritu. Son palabras de consuelo, de valentía, de fortaleza. El
Dios Liberador abre nuevos caminos, sacude nuestras perezas, levanta nuestra mirada y
reanima nuestros huesos disecados y nuestros ojos enceguecidos.
Pablo condimenta su voz de ánimo con la paciencia. Una paciencia no como indolencia
sino como dinamismo abrevado en la fuente de la esperanza. Para entender los signos de
los tiempos hoy, urge retomar la fuerza combativa de los profetas, aquellos que supieron
denunciar las demencias de los tiranos y las miopías de quienes se encerraron tanto en
sus “propios saberes” que los volvieron insensibles ante los problemas globales.
Mateo nos pide una religión y una fe que sepan responder a situaciones reales y no a
simples teorías. Es la respuesta que da Jesús a los discípulos de Juan y nos da hoy: Los
pobres tienen dignidad, la mesa es para todos, la salud es un derecho universal, la
libertad nos hace hijos de la luz, las creencias deben unir y no servir para la guerra.
Todo esto quitaría los miedos y haría creíble nuestra fe.
Cochabamba 15.12.13
Jesús e. Osorno g. mxy
Jesus.osornog@gmail.com