EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Mateo 11,16-19.
¿Con quién puedo comparar a esta generación? Se parece a esos mu chachos que,
sentados en la plaza, gritan a los otros:
'¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no
lloraron!'.
Porque llegó Juan, que no come ni bebe, y ustedes dicen: '¡Ha perdido la cabeza!'.
Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: 'Es un glotón y un borracho,
amigo de publicanos y pecadores'. Pero la Sabiduría ha quedado justificada por sus
obras".
Comentario del Evangelio por :
Santa Gertrudis de Helfta (1256-1301), monja benedictina
Ejercicios, n° 8 Sexto; SC 127
“A Él se debe que vosotros estéis en Cristo Jesús, el cual se ha hecho para
nosotros sabiduría de parte de Dios, justicia, santificación y redención”
(1Co 1,30)
¡Oh Sabiduría admirable de Dios, cuán poderosa y brillante es tu voz! Tu llamas
sin ninguna excepción a todos los que te desean; haces en los humildes tu morada;
amas a los que te aman (Pr 8,17); juzgas la causa del pobre; con bondad, te
compadeces de todos. "No odias nada de lo que has creado"; "no tienes en cuenta
los pecados de los hombres" y esperas misericordiosamente que se arrepientan (Sb
11,23-24)… Tu que renuevas todas las cosas, por tu bondad, renuévame y
santifícame en ti, con el fin de que puedas morar en mi alma… haz que, desde la
mañana, vele por ti, con el fin de encontrarte de verdad (Is 26,9; Sg 6,12-14); ven
delante mío, para que de verdad te desee con ardor.
¡Qué prudente eres en tus designios! Con qué providencia lo dispones todo,
cuando, con vistas a salvar al hombre, le inspiraste al Rey de gloria (Sal. 23,8; 1Co
2,8)… el pensamiento de la paz, el cumplimiento de la caridad: escondiendo su
majestad, pusiste sobre sus hombros el momento favorable del amor, con el fin de
que él "cargara sobre el leño de la cruz los pecados del pueblo" (1P 2,24).
Oh sí, Sabiduría desbordante de Dios, la malicia del diablo no pudo trabar
ninguna de tus obras magníficas…; la magnitud del mal que hicimos, no pudo
prevaler ante la multitud de tus misericordias, ante la inmensidad de tu amor, ante
la plenitud de tu bondad. Mucho más, tu soberano poder, eliminó todos los
obstáculos, disponiendo todas las cosas con dulzura, y "abarcando con fuerza de un
extremo al otro de la tierra” (Sb. 8,1).
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”