Fiesta de la Sagrada Familia 2013 A
Entre el cúmulo de festividades que constituyen estos días de Navidad y Año
Nuevo, corremos el riesgo de dejar de lado una fiesta singular, la Fiesta de la
Sagrada Familia, que constituye en estos momentos de tantos peligros para la
familia humana, un puntal para defender esta institución que ha sido definida por el
Papa Benedicto XVI como “patrimonio de la humanidad”.
Para el intento de acercarnos respetuosamente a esta fiesta, podemos seguir por el
camino que nos se￱ala la Oraci￳n Colecta de la Misa del día: “Se￱or Dios, tú que
nos has dado en la Sagrada Familia de tu Hijo el modelo perfecto para nuestras
familias…” y aquí nos encontramos con una primerísima dificultad, pues ﾿c￳mo
tomar como modelo para la nuestra una familia tan distante el tiempo y en la
geografía como fue la de María, José y el pequeño Jesús? Para el efecto también
podemos valernos de aquel refrán muy conocido: “De tal palo, tal astilla”, y es
verdad porque Cristo fue fruto precisamente de una familia, de unas costumbres,
de un folclore, de una cultura y de una fe bien determinadas. Bastaría echar una
mirada a Cristo para descubrir cómo sería su propia familia, pues no podemos
imaginarnos a un Cristo ya hecho, ya formado, como de una pieza, como si ya
hubiera bajado así del cielo, pero eso no es verdad, los padres de Jesús tuvieron las
mismas dificultades de toda familia para ir formando paso a paso la vida de Jesús
hasta entregárnoslo como el mejor de los hombres y el modelo para todas las
épocas y para todas las latitudes. Me resisto a pensar que a María y a José ya se les
había dado desde el cielo al hijo perfectamente formado. Ellos tuvieron que batallar
porque además de la educación propia de todas las familias, ellos tuvieron
dificultades extras, como fue la de ser deportados a los cuántos meses de nacer el
niño, por el peligro que corría en su propia tierra por motivos políticos, y luego,
cuando regresaron, otra tormenta los fue arrojando hasta la lejana y oscura
Nazaret donde por fin pudieron establecerse para ver crecer a su Hijo y entregarlo
para servicio de la humanidad.
“concédenos practicar sus virtudes domésticas y estar unidos por los lazos de tu
amor… “﾿Cuáles serían entonces esas virtudes de la familia Nazaretana? Pues en
primer lugar la fe en el Dios de los cielos que los había llamado a confiar en la
bondad de Dios para todos los hombres al concederles a aquella criatura excepción,
su propio Hijo como el hijo de una mujer que había concebido siendo Virgen y como
el hijo del que tendría la descendencia de David, aunque José no fuera su padre
carnal. En ese ambiente de fe se desarrollaba un gran amor a aquella criatura que
fueron forjando como todos los hijos de la tierra pero con una fe grande en el Dios
de los cielos que los animaba a proseguir cada día para vencer en todas las
dificultades de la vida. Es la virtud que los padres de hoy tienen que encarnar en su
propia vida, al decir del documento de Aparecida: “El gran tesoro de la educaci￳n
de los hijos en la fe consiste en la experiencia de una vida familiar que recibe la fe,
la conserva, la celebra, la transite y testimonia”. ᄀQué gran tesoro se les confía hoy
a los padres en la fe de Cristo Jesús! Cada uno de esos verbos significaría una
consideraci￳n aparte… recibirla… como el gran tesoro..conservarla, porque hoy es
difícil y todo se vuelve en contra..celebrarla, en las pequeñas celebraciones
familiares de cada día y luego la gran celebración de la familia que asiste a su
Eucaristía...la transmite a los hijos en medio de un mundo de violencia, mentira y
erotismo… y testimonia, que es lo máximo que los padres pueden hacer, hacer de
su propia vida un testimonio viviente de esperanza y amor a los hijos y a este
mundo en el que vamos desarrollando nuestra propia vida.
“Para que podamos ir a gozar con ella eternamente de la alegría de tu casa”. Esa
es nuestra meta, la casa de todos los cristianos, la casa de todos los hombres, de
todos los que hemos emprendido por voluntad de Dios la aventura de la vida.
Caminar y caminar en la alegría, porque el Buen Padre de todos los hombres nos
espera con los brazos abiertos para hacernos vivir para siempre en su compañía, en
la alegría de todos los que fueron dignos de Cristo el Primogénito de Dios.
El Padre Alberto Ramírez Mozqueda espera sus comentarios en
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