Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Adviento,
Semana No. 3, Lunes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Avanza la constelación de Jacob * Señor, instrúyeme en
tus sendas. * El bautismo de Juan ¿de dónde venía?
Textos para este día:
Números 24, 2-7.15-17a:
En aquellos días, Balaán, tendiendo la vista, divisó a Israel acampado por tribus. El
espíritu de Dios vino sobre él, y entonó sus versos:
Oráculo, de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos; oráculo del
que escucha palabras de Dios, que contempla visiones del Poderoso, en éxtasis, con
los ojos abiertos:
¡Qué bellas las tiendas de Jacob y las moradas de Israel!
Como vegas dilatadas, como jardines junto al río, como áloes que plantó el Señor o
cedros junto a la corriente; el agua fluye de sus cubos, y con el agua se multiplica
su simiente.
Su rey es más alto que Agag, y su reino descuella.
Y entonó sus versos:
Oráculo de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos; oráculo del
que escucha palabras de Dios y conoce los planes del Altísimo, que contempla
visiones del Poderoso, en éxtasis, con los ojos abiertos:
Lo veo, pero no es ahora, lo contemplo, pero no será pronto:
Avanza la constelación de Jacob, y sube el cetro de Israel .
Salmo 24:
Señor, enséñame tus caminos, / instrúyeme en tus sendas: / haz que camine con
lealtad; / enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.
Recuerda, Señor, que tu ternura / y tu misericordia son eternas; / acuérdate de mi
con misericordia, / por tu bondad, Señor. R.
El Señor es bueno y es recto, / y enseña el camino a los pecadores; / hace caminar
a los humildes con rectitud, / enseña su camino a los humildes. R.
Mateo 21, 23-27:
En aquel tiempo, Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los
sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle:
- ¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?
Jesús les replicó:
- Os voy a hacer yo también una pregunta; si me la contestáis, os diré yo también
con qué autoridad hago esto.
El bautismo de Juan ¿de dónde venía, del cielo o de. los hombres?
Ellos se pusieron a deliberar:
- Si decimos "del cielo", nos dirá: "¿Por qué no le habéis creído?" Si le decimos "de
los hombres", tememos a la gente; porque todos tienen a Juan por profeta.
Y respondieron a Jesús:
-No sabemos.
Él, por su parte, les dijo:
- Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto.
Homilía
Temas de las lecturas: Avanza la constelación de Jacob * Señor, instrúyeme en
tus sendas. * El bautismo de Juan ¿de dónde venía?
1. Entender a Juan para entender a Jesús
1.1 El evangelio de hoy nos presenta una escena singular: Cristo responde a una
pregunta con otra pregunta, y supedita su respuesta a la respuesta de quien le
pregunta. Parece un juego o un modo elegante de evadir un asunto
comprometedor, pero debe haber algo más de fondo aquí.
1.2 Jesús no les pregunta cualquier cosa; les pregunta por Juan. Es posible que el
sentido de su interrogante sea algo como: "¿entendieron ustedes el mensaje de
Juan?". Porque quien no entiende el mensaje del arrepentimiento no entiende el
mensaje de la gracia. La gracia no significa nada para quien cree que no la
necesita. El alimento no significa nada para quien no tiene hambre.
2. Un cetro se levanta
2.1 Se necesitaron los ojos inspirados de Balaán para reconocer en esos israelitas
desarrapados una semilla de majestad y de realeza. Se necesita una mirada así
inspirada para reconocer en Jesús el Mesías esperado.
2.2 Aquellas autoridades no podían ver en Jesús al Mesías y por eso le preguntan
por la autoridad que preside y gobierna su vida. Ellos establecen el diálogo en
términos de su poder y quieren saber qué poder está ahí en competencia con el de
ellos. Juzgan a Jesús desde los intereses que ellos tienen, es decir, desde su deseo
y su convicción de poseer una autoridad sin discusión. Eso precisamente los hace
ciegos. Ceguera es buscar ver lo que uno quiere ver.
2.3 El lenguaje que Balaán utiliza para referirse a sus propios ojos es un poco
ampuloso a nuestros oídos: "varón de ojos penetrantes", dice la traducción que
aquí transcribimos. Quitando la vanidad que pudieran contener estas palabras, eso
es lo que necesitamos para encontrar y descubrir a Jesús: ojos penetrantes. Ojos
que sepan penetrar el muro de nuestras propias conveniencias y la barrera de
nuestros deseos miopes.