“¿De dónde venía el bautismo de Juan, del cielo o de la tierra’?”
Mt 21, 23-27
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. ¿CON QUÉ DERECHO HACES TODAS ESTAS COSAS?
Los tres Evangelios sinópticos relatan este incidente donde se le acercaron los sumos sacerdotes y
los ancianos del pueblo y le preguntaron: Con qué derecho haces todas estas cosas?. En Marcos está
Jesús paseando por uno de los pórticos del templo. En Lucas, aunque con mayor amplitud
cronol￳gica, pero la escena es la misma, dice: “En aquellos días, mientras Jesús ense￱aba en el
templo” , ya que los rabís tenían sus lecciones en el templo, cuando va a ser interrogado por la
autoridad religiosa, que los tres sin￳pticos explicitan: “príncipes de los sacerdotes,” entre los que se
contaban los ex sumos sacerdotes y representantes de estas familias, “escribas,” peritos en la Ley, y
“ancianos,” representantes de las familias influyentes. Extra￱a el que intervengan los “príncipes de los
sacerdotes”; deben de estar simplemente por el sanedrín. A él competía esta investigaci￳n. Se le
exige a Cristo que dé cuenta de: “Con qué derecho haces todas estas cosas? ¿Quién te ha dado
semejante autoridad?”. Poder de actuar prodigios, y en el templo, y poder de enseñar. ¿Acaso
querían comprometerlo con un poder divino? Es lo que parece en la disyuntiva que se plantea.
2. SE BUSCABA COMPROMETERLO
El poder para enseñar oficialmente en Israel requería un largo aprendizaje con algún rabí y luego
recibir de él, mediante la “imposici￳n de manos,” este poder. Si no procedía de esta cadena, que se
decía se entroncaba con Moisés, su ense￱anza no era lícita, oficial ni “ortodoxa.” Así se tiraba la
sospecha sobre su doctrina.
Y con relación a los actos mesiánicos en el templo, se buscaba comprometerlo, pues ya tenían de
atrás organizada la persecución del mismo. Estaba en el ambiente rabínico que se pedirían o darían
“se￱ales” en el Mesías para acreditarse como tal.
3. ¿DE DÓNDE VENÍA EL BAUTISMO DE JUAN, DEL CIELO O DE LA TIERRA’?”
Pero Cristo les plantea una disyuntiva como condici￳n para contestarles a esto: “Yo también les voy a
hacer una pregunta, y si me la responden, les diré con qué autoridad hago lo que hago: ¿De dónde
venía el bautismo de Juan, del cielo o de la tierra’?”
El prestigio del Bautista en Israel y la conmoción causada fue tal, que hasta el sanedrín le envió una
representación para interrogarle si él era el Mesías: Y este fue el testimonio de Juan, cuando los
judíos enviaron donde él desde Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle: ¿Quién eres tú? (Juan
(SBJ) 1,19). El historiador judío Josefo habla de su prestigio y conmoción en Israel.
4. ENTONCES, ¿POR QUÉ NO LE CREYERON?
Pero ellos no respondieron al origen de su bautismo. Pues si era del cielo, eran culpables de no
haberlo oído, y reconocer a Cristo Mesías, a quien él preparaba el camino; o si decían que de los
hombres, temían al pueblo, por lo que el Bautista representaba para ellos; o como dice Lucas con
frase redonda, temían que “el pueblo entero les apedrease,” como reaccionaba masivamente en
ciertos casos religiosos: Los judíos trajeron otra vez piedras para apedrearle. Jesús les dijo: Muchas
obras buenas que vienen del Padre os he mostrado. (Juan (SBJ) 10,31). Al no responder ellos, Cristo
tampoco lo hizo. Varias veces les dijo que si no lo creían a Él, que creyesen a sus “obras” que le daba
a hacer el Padre, como Nicodemo y otros dijeron: Rabbí, sabemos que has venido de Dios como
maestro, porque nadie puede realizar las señales que tú realizas si Dios no está con él. (Juan (SBJ)
3,2)
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant