EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Mateo 1,18-24.
Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y,
cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu
Santo.
José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente,
resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo:
"José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido
engendrado en ella proviene del Espíritu Santo.
Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su
Pueblo de todos sus pecados".
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el
Profeta:
La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel,
que traducido significa: "Dios con nosotros".
Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a
su casa,
Comentario del Evangelio por:
San Alfonso María de Ligorio (1696-1787), obispo y doctor de la Iglesia
Meditaciones para la octava de Navidad, n° 8
“Dará a luz a un hijo, y le pondrás por nombre Jesús”
El nombre de Jesús es nombre divino, anunciado á María de parte de Dios por el
arcángel san Gabriel; y por esto dijo san Pablo, que era nombre sobre todo
nombre, en el que solamente se halla la salvación. Este nombre es comparado por
el Espíritu Santo al aceite, por la razón, dice san Bernardo, de que así como el
aceite es luz y comida, y también medicina; así el nombre de Jesús es luz para el
entendimiento, alimento para el corazón y medicina para el alma.
Es luz para el entendimiento, pues con este nombre se convirtió el mundo,
sacándole de las tinieblas de la idolatría a la luz de la fe. Nosotros que hemos
nacido en estas regiones, donde antes de la venida de Jesucristo, todos nuestros
antepasados eran gentiles, seríamos aun tales, si no hubiese venido el Mesías a
iluminarlos. ¡Cuánto, pues, debemos agradecer a Jesucristo el don de la fe!...
Es también el nombre de Jesús alimento que nutre nuestros corazones; porque él
nos recuerda lo que Jesús ha hecho por salvarnos. De aquí es que nos consuela
este nombre en las tribulaciones , nos da fuerza para andar por el camino de la
salvación, nos anima en las desconfianzas, nos enciende para amar, recordando lo
que ha padecido nuestro Redentor por salvarnos.
Este nombre, finalmente, es medicina para el alma, haciéndola fuerte contra las
tentaciones de nuestros enemigos. Tiembla el infierno, y huye al invocar este santo
nombre, según aquello que dice el Apóstol: “Al nombre de Jesús se doblará toda
rodilla en el cielo, en la tierra y en los infiernos” (Fl. 2,10). El que es tentado y
llama a Jesús, no cae, y quien siempre le invocare no caerá y se salvará (Sal.
17,4).
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”