¡DESCIENDE EL AMOR!
Padre Javier Leoz
¡Alegrémonos, hermanos y amigos! ¡Celebremos el amor de Dios! ¡En la
profundidad de esta oscura y esperada noche, Dios ha nacido! ¡Dios se ha
hecho Niño! ¿Puede hacer algo más Dios por nosotros?
A este momento, culminante y final del adviento, nos estábamos
preparando desde la contemplación, la conversión, el asombro, la oración y
con la compañía de María. ¡Ha nacido el Salvador! ¡Aleluya, aleluya!
1. En estas horas de la noche, no nace un gran filósofo, historiador, líder o
científico; en estos instantes de gran emoción para los creyentes, no se acerca al
mundo un poderoso hidalgo ni rey de tierras y feudos.
-Quien nace y se revela es el AMOR DIVINO que se hace hombre
-El amor con el pasaporte de la humildad
-La ternura con el reflejo y la impronta magnífica de Dios.
¿Qué tenemos de bueno para que, el Señor, se aproxime de estas maneras hasta
nosotros? ¿Qué pretende Dios con este descenso tan vertiginoso, humano y divino
a la vez?
El Nacimiento de Cristo nos trae en esta noche muchas vivencias y otras tantas
sensaciones personales y comunitarias: si Dios se hace hombre, es porque el día a
día del ser humano, está abocado y llamado a Dios.
Si Dios, viene hasta nosotros (Niño, pequeño, infante, débil) es para que
comprendamos que, en la pequeñez, está la autopista y la puerta para llegar y
encontrarse con El.
¡Qué gran regalo y qué gran sacramento! ¡Dios en un pesebre! Y, en ese pesebre,
en esta noche santa, se iluminan las cavernas más oscuras de la humanidad. En
ese establo, el hombre aprende la lección más magistral bajada desde el cielo: el
AMOR de un Dios.
Hoy, con el Nacimiento del Señor, Dios no nos da ninguna fórmula mágica para ser
felices. En cada uno de nosotros, en los que estamos aquí y ahora, esta la decisión
de aceptarle o rechazarle; de adorarle o de buscarnos a nosotros mismos; de
llevarle la ofrenda de nuestra existencia o de negarle hasta el más insignificante
detalle.
Sí; amigos. La Navidad es el gran descenso de Dios a la humanidad. Una
humanidad, que en números, acontecimientos, y en formas, está condicionada por
la violencia, el desasosiego, la crisis, la desconfianza, la intranquilidad, la pobreza,
la injusticia… (Pongamos todo lo que queramos). ¡C￳mo no agradecer a Dios que, a
través de Jesús, contemple en primera línea nuestros sufrimientos y éxitos,
nuestras fatigas y nuestras penas, nuestras caídas o nuestras alzadas!
2. Hoy, damos gracias a Dios. Los ojos de Jesús, serán los ojos de Dios en la tierra.
Los brazos de un Niño, serán los brazos del amor de Dios en el mundo. Los pies de
un Infante, serán pies de Dios que nos acompañen en nuestro caminar. El corazón
de Cristo, será el latir del mismo Dios en medio de un mundo, que en cuestiones de
fe y de amor a Dios, se encuentra con un constipado demasiado severo y
prolongado.
¡Bendita sea esta noche! ¡Noche santa y dichosa!
--Que Jesús , en estas primeras horas de su presencia en medio de nosotros, nos
lleve al descubrimiento de la belleza de Dios.
--Que Jesús , en los brazos de María y bajo la mirada serena de José, nos haga
renacer en nuestra fe. ¡Cómo no conmovernos ante este Misterio! ¿Cómo no
intentar de nuevo ser portadores de verdad, de bondad, de solidaridad y de perdón,
cuando vemos todo ello desbordado y desbordando sobre cuatro tablas cruzadas en
un pesebre?
¡Feliz noche, Señor! ¡Bienvenido a esta tierra! Te adoramos y te bendecimos. Te
amamos y creemos profundamente en Ti. Tú eres el Hijo de Dios. En este Año de la
Fe…te esperamos, te amamos y creemos en Ti
3.- HOY QUISIERA SER PASTOR
Ser el primero en llegarme hasta Ti, Señor
y bendecir tu Nombre
Arrodillarme con lo todo lo que soy, pienso y tengo
y postrarme, sabedor, de que mi corazón
a veces anda demasiado perdido en las montañas del mundo.
HOY QUISIERA SER PASTOR, SEÑOR
Y, en medio de la noche fría,
que fueran mis palabras calor en tu regazo
Que en la oscuridad y silencio de tu Nacimiento,
fuese mi FE lámpara que iluminase
las sombras y los rostros de este establo
¿ME DEJAS SER PASTOR, SEÑOR?
No tengo más riqueza que la vida que Dios me ha dado
Ni más dulce, que la alegría de tu alumbramiento
Ni más apoyo, que el saber que Tú has venido a nuestro lado
HOY QUISIERA SER PASTOR, SEÑOR
Por ello mismo, he dejado los valles de mi comodidad
Porque, la noticia que tus Ángeles me han dado,
ha rebasado con creces,
la importancia de todo lo que yo estaba haciendo
¡DÉJAME SER PASTOR, EN ESTAS HORAS, MI SEÑOR!
Me ha costado esfuerzo llegar hasta Belén
Me perdido por otros senderos
con los que el maligno me tentaba para alejarme de tu sendero.
Pero lo importante, Señor,
es que he tocado tus divinas sienes;
que he alcanzado ese rincón del amor y de ternura
que, los tiempos antiguos, nos anunciaron
y los cuales reyes, patriarcas y profetas so￱aron… y desearon vivir.
¡QUIERO SER PASTOR, SEÑOR!
Y cuidarte en esta Noche Santa
como quien sabe, que de su rebaño,
eres el más bello Cordero
que, entre maderas nació,
y en dos maderos se desangrará hasta morir
para dar al hombre, un eterno vivir.
¡DEJAME, TE LO RUEGO, SER UN PASTOR!
Y, a cambio de mi adoración y confianza,
dame, Tú Señor, lo que es tu gran tesoro y secreto:
AMOR Y SOLO AMOR DE DIOS
En este A￱o de la Fe…conocerte más, amarte más, adorarte más, escucharte más
y…hacer presente con mis palabras y obras