EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Lucas 1,26-38.
En el sexto mes, el Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret,
a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de
David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el
Señor está contigo".
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar
ese saludo.
Pero el Angel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido.
Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús;
él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de
David, su padre,
reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin".
María dijo al Angel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún
hombre?".
El Angel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo
te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era
considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes,
porque no hay nada imposible para Dios".
María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has
dicho". Y el Angel se alejó.
Comentario del Evangelio por :
Beata Isabel de la Trinidad (1880-1906), carmelita descalza
El cielo en la tierra, Manuscrito A, día décimo, Julio 1906 (trad. Obras
Completas. Editorial Monte Carmelo, 1985)
“Ave María, llena de gracia”
Si conocieras el don de Dios, decía una tarde Cristo a la Samaritana (Jn 4,10).
Pero ¿qué don de Dios es ese sino Él mismo? El discípulo amado nos dice: “Vino a
su casa, pero los suyos no le recibieron” (Jn 1,11). San Juan Bautista podría dirigir
también a muchas almas este reproche: En medio de vosotros está, “en vosotros
mismos”, el que vosotros no conocéis (Jn 1,26; cf Lc 17,21).
¡Si conocieras el don de Dios!... Hubo una criatura que conoció ese don de Dios;
una criatura que no desperdició nada de él; una criatura tan pura, tan luminosa que
parecía ser la luz misma: “speculum justitiae / espejo de justicia”. Una criatura
cuya vida fue tan sencilla, tan absorta en Dios que apenas puede decirse algo de
ella.
“Virgo fidelis”. Es la Virgen fiel, la que guardaba todas aquellas cosas en su
corazón (Lc 2,19.51). Ella se consideraba un ser tan insignificant e y permanecía
tan recogida delante de Dios en el santuario de su alma, que atrajo las
complacencias de la Santísima Trinidad. “Porque ha puesto los ojos en la humildad
de su esclava, por eso me llamarán feliz todas las generaciones” (Lc 1,48). El Padre
al contemplar esta criatura tan bella, tan ignorante de su hermosura, determinó
que fuera en el tiempo la Madre de Aquel de quien Él es el Padre en la eternidad.
Vino entonces sobre Ella el Espíritu de amor que preside todas las operaciones
divinas. La Virgen pronunci￳ su “Fiat”: Aquí está la esclava del Se￱or, hágase en mí
según tu palabra (Lc. 1,38) y se realizó el mayor de los misterios. Por la
Encarnación del Verbo, María fue para siempre posesión de Dios.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”