EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Juan 1,19-28.
Este es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas
desde Jerusalén, para preguntarle: "¿Quién eres tú?".
El confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: "Yo no soy el Mesías".
"¿Quién eres, entonces?", le preguntaron: "¿Eres Elías?". Juan dijo: "No". "¿Eres el
Profeta?". "Tampoco", respondió.
Ellos insistieron: "¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos
han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?".
Y él les dijo: "Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor,
como dijo el profeta Isaías".
Algunos de los enviados eran fariseos,
y volvieron a preguntarle: "¿Por qué bautizas, entonces, si tu no eres el Mesías, ni
Elías, ni el Profeta?".
Juan respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que
ustedes no conocen:
él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia".
Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba.
Comentario del Evangelio por:
Beato Guerrico de Igny (c. 1080-1157), abad cisterciense
5º sermón para Adviento; SC 166 (trad. SC p. 153 rev.)
“Yo soy la voz que grita en el desierto: Preparad el camino al Señor”
"Preparad el camino del Señor”. Hermanos, aunque vosotros estéis muy avanzados
en este camino…, no hay término a la bondad hacia la cual se progresa. Es por eso
que el viajero sabio se dirá cada día: " ahora, comienzo "… Son numerosos," los
que yerran en las soledades"; ninguno de ellos puede decir: "ahora comienzo".
"El comienzo de la sabiduría, es el temor del Señor": si es el comienzo de la
sabiduría, es necesariamente también el punto de partida de un buen viaje … Es
también quien provoca la confesión; quien incita al orgulloso al arrepentido y le
permite oír la voz del que grita en el desierto, del que ordena preparar el camino, el
que muestra por donde hay que comenzar: "Convertíos, porque el Reino de los
cielos está cerca" …
Por consiguiente, si estás en el camino, tu único temor sea desviarte, ofender al
Señor que te conduce por él. Si el camino te pareciera demasiado estrecho,
considera el fin hacia el cual te conduce, pues, si ves el fin de toda perfección,
inmediatamente dirás: Tu mandamiento es amplio en extremo. Si no puedes verlo,
cree entonces a Isaías cuando añadía: Y caminarán por esta senda los que fueron
liberados y redimidos por el Señor; vendrán a Sión con cantos de alabanza y
coronados de gozo sempiterno. Disfrutarán de gozo y alegría - y huirán de ellos el
dolor y el llanto. Quien medite suficientemente en este fin, pienso que no sólo
considerará espacioso el camino, sino que hasta tomará alas, de suerte que, más
que caminar, volará por él. Por tanto, hermanos, meditad siempre en la
recompensa final y corred por el camino, de los mandamientos con prontitud y
alegría. Que por él os conduzca y guíe el que es camino de los que corren y premio
de los que alcanzan la meta: Jesucristo.
(Referencias Bíblicas : Sal.76,11 Vulg; 106,4; Pr 1,72; Sal. 110,10; Mt 3,2; 4,17;
Is 57,17; Mt 7,14; Sal. 118,96; Is 35,10; Mt 7,14; Jn 14,6)
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”