EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Juan 1,29-34.
Al día siguiente, Juan vio acercarse a Jesús y dijo: "Este es el Cordero de Dios, que
quita el pecado del mundo.
A él me refería, cuando dije: Después de mí viene un hombre que me precede,
porque existía antes que yo.
Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua para que él fuera manifestado
a Israel".
Y Juan dio este testimonio: "He visto al Espíritu descender del cielo en forma de
paloma y permanecer sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: 'Aquel sobre el
que veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, ese es el que bautiza en el
Espíritu Santo'.
Yo lo he visto y doy testimonio de que él es el Hijo de Dios".
Comentario del Evangelio por :
Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, (1891-1942), carmelita
descalza, mártir, copatrona de Europa
Las Bodas del Cordero, 14/9/1940
“El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”
En el Apocalipsis, el ap￳stol Juan escribe: “Vi entonces en medio del trono…un
Cordero en pie con se￱ales de haber sido degollado” (Ap 5,6). Cuando el vidente de
Patmos contempló esta visión, aún estaba vivo en él el recuerdo inolvidable de ese
día junto al Jordán, cuando Juan el Bautista le se￱al￳ al “Cordero de Dios” que
“quita el pecado del mundo”…
Pero, el Señor ¿por qué había elegido el cordero como símbolo privilegiado? ¿Por
qué se mostró, incluso, de ese modo en el trono de la eterna gloria? Porque él
estaba libre de pecado y era humilde como un cordero; y porque él había venido
para “dejarse llevar como cordero al matadero” (Is 53,7). Todo eso también lo
presenció Juan cuando el Señor se dejó atar en el Monte de los Olivos. Allí, en el
Gólgota, fue llevado a cumplimiento el auténtico sacrificio de reconciliación. A partir
de entonces los antiguos sacrificios perdieron su eficacia; y pronto desaparecerían
del todo, ig ual que el antiguo sacerdocio, cuando el templo fue destruido. Todo
esto lo vivió Juan de cerca. Por eso no le asombraba ver al Cordero en el Trono.
Igual que el Cordero tuvo que ser matado para ser elevado sobre el trono de la
gloria, así el camino hacia la gloria conduce a todos los elegidos para “el banquete
de bodas” a través del sufrimiento y de la cruz. El que quiera desposar al Cordero
tiene que dejarse clavar con él en la cruz. Para esto están llamados todos los que
están marcados con la sangre del Cordero (cf Ex 12,7), y éstos son todos los
bautizados. Pero no todos entienden esta llamada y la siguen.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”